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“Tecnología Agrícola”

Ramon Parellada
18 de febrero, 2016

Con una población cada vez mayor el mundo y la tierra limitada muchas personas consideran que llegará el momento en que ya no habrá posibilidad de alimentar a todos los habitantes de la Tierra. Este pensamiento negativo no es nuevo sino que viene de la época de Thomas Malthus, un clérigo anglicano que se hizo famoso por su s estudios en economía política y demografía pero sobretodo saltó a la fama en 1,798 por su libro  “Ensayo sobre el principio de la población” en el que afirmaba, estudiando microorganismos, que la población aumentaba geométricamente mientras que los alimentos lo hacían aritméticamente.

Las consecuencias de Matlhus no se hicieron esperar y se extrapolaron hacia la población de seres humanos donde se llegó a creer que el fin del mundo vendría a ser algo así como una hambruna terrible donde la gente se pelearía por los alimentos ya que habría un punto en que habría más gente que la que se pudiera alimentar. No solo la tierra se volvería más escasa sino el agua y todos los demás recursos naturales.

Pero nada de esto ha ocurrido y al contrario, cada vez hay más población pero cada día también hay más alimentos gracias a la creatividad e ingenio humano que ha sabido mejorar la productividad de la producción de alimentos usando tecnologías diferentes para que una misma hectárea de tierra pueda producir cantidades muy superiores de granos, vegetales, frutas y cuantos productos alimenticios de la agricultura podamos disfrutar.

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Una de estas tecnologías es el uso de los plásticos en la agricultura. El ser humano a través de su imaginación y creatividad ha logrado innovar la forma en que se producen los alimentos. Nuevas tecnologías y creatividad han causado que los alimentos se produzcan a un mayor ritmo que la cantidad de personas que viven en la Tierra. Cada día se necesita menos tierra para producir los mismos alimentos y es menos el porcentaje de la población en los países más desarrollados dedicados a la producción de alimentos que hace cien o doscientos años.

Con la Tecnología agrícola ahora existe maquinaria que puede hacer casi de todo, desde sembrar grandes extensiones de tierra con exactitud milimétrica, trabajando día y noche, hasta cosechar los productos que nunca se pensó que podrías cosecharse mecánicamente. No digamos los fertilizantes modernos especializados para cada tipo de tierra, agroquímicos, sistemas de riesgo, análisis de suelos, las semillas bien seleccionadas y tratadas, la genética de las mismas y la plasticultura.

El uso de toda esta tecnología ha permitido un incremento tal en la productividad que cada día son más baratos los productos agrícolas. La combinación de ventajas comparativas y el uso de las nuevas tecnologías han permitido que el ser humano pueda disponer en todo el mundo de alimentos producidos en los cinco continentes a precios muy económicos. Donde no ocurre esto se debe a las protecciones arancelarias y no arancelarias que aún mantienen muchos gobiernos mercantilistas. Y son precisamente, los gobiernos con sus intervencionismos los causantes de las peores hambrunas que jamás hayamos tenido debido a su ignorancia económica injustificable en un mundo al que le sobran alimentos.

En cuanto a la Tecnología agrícola, es increíble ver el incremento de la productividad cuando las personas utilizan invernaderos (espacios protegidos por películas plásticas con aditivos que permiten alargar la duración y resistencia del mismo, diseminar la luz para que no entre directamente al cultivo y lo queme, evitar que se formen gotas que luego caigan sobre las plantas y dañen la fruta o los vegetales, controlar la temperatura, evitar vientos, granizo, y otros riesgos climáticos de la naturaleza, etc…)

Por si fuera poco, en un invernadero se coloca además tubería de riego (siempre de polietileno o PVC que son dos de los plásticos más utilizados para esta aplicación) que permite dosificar las cantidades exactas de agua que necesita la planta, ni más ni menos. Y para controlar las malezas y la temperatura del suelo se utilizan acolchados (“Mulch”) de polietileno, algunos con barrera al oxígeno y humedad como el “Etilen-Vinil-Alcohol” (EVOH o EVAL), de color negro o una combinación entre negro y plata o negro y blanco, que evitan el paso de la luz al suelo evitando así que salga la maleza y compita por los nutrientes que necesita la planta y que son dosificados con cada gota de agua que alimenta también a las plantas pero que la parte reflectiva de los colores de la superficie, plata o blanco permiten una mayor cantidad de luz a las plantas permitiéndoles crecer más vigorosamente.

Así que la tecnología agrícola ha permitido que a través del uso de invernaderos, acolchados, riego por goteo, cultivos hidropónicos, ambientes controlados (puede agregarse al invernadero dióxido de carbono permitiendo así un incremento mayor en la productividad ya que el CO2 es alimento para las plantas), polinización a base de abejorros seleccionados, aplicación de nutrientes, plaguicidas y agua justo lo necesario para que las plantas crezcan sanas y produzcan mejorando sustancialmente la productividad hortícola.

Para que tengan una idea de lo que se incrementa la productividad en un invernadero sembrado en forma hidropónica en comparación con el cultivo tradicional es como mínimo siete veces superior usando la tecnología agrícola que el método tradicional. Es cierto que hay que hacer una fuerte inversión inicialmente pero ésta se paga con creces gracias a la productividad lograda en el cultivo. Es una inversión de capital que incrementa la productividad, disminuye los costos unitarios, permite más producción y con ellos hace más competitivo al productor agrícola.

El uso de la tecnología agrícola permite así usar menos tierra, menos agua, menos fertilizantes y pesticidas y libera tierra para dejarla para otros usos como bosques o lo que sea. Es un uso que protege el medio ambiente haciendo más eficiente la producción de alimentos en forma intensiva. Y el plástico, al final de su vida útil en el invernadero o como acolchado puede ser reciclado, por supuesto, generando valor para otros usos del mismo.

Ayer comenzó el 5to. Congreso de Plasticultura, Alimentación y Medio Ambiente. Tuvimos la oportunidad de escuchar a expertos conferencistas de varios países explicar el uso de las diversas tecnologías para el uso de plásticos en la agricultura. Todavía hay conferencias el día de hoy por si Ud. tiene interés y se anima. Las conferencias se llevan a cabo en el Teatro del IGA. Por otro lado, si no quiere asistir a las conferencias puede ver las exhibiciones de productos y servicios relacionados con la plasticultura en las calles de Cuatro Grados Norte.

“Tecnología Agrícola”

Ramon Parellada
18 de febrero, 2016

Con una población cada vez mayor el mundo y la tierra limitada muchas personas consideran que llegará el momento en que ya no habrá posibilidad de alimentar a todos los habitantes de la Tierra. Este pensamiento negativo no es nuevo sino que viene de la época de Thomas Malthus, un clérigo anglicano que se hizo famoso por su s estudios en economía política y demografía pero sobretodo saltó a la fama en 1,798 por su libro  “Ensayo sobre el principio de la población” en el que afirmaba, estudiando microorganismos, que la población aumentaba geométricamente mientras que los alimentos lo hacían aritméticamente.

Las consecuencias de Matlhus no se hicieron esperar y se extrapolaron hacia la población de seres humanos donde se llegó a creer que el fin del mundo vendría a ser algo así como una hambruna terrible donde la gente se pelearía por los alimentos ya que habría un punto en que habría más gente que la que se pudiera alimentar. No solo la tierra se volvería más escasa sino el agua y todos los demás recursos naturales.

Pero nada de esto ha ocurrido y al contrario, cada vez hay más población pero cada día también hay más alimentos gracias a la creatividad e ingenio humano que ha sabido mejorar la productividad de la producción de alimentos usando tecnologías diferentes para que una misma hectárea de tierra pueda producir cantidades muy superiores de granos, vegetales, frutas y cuantos productos alimenticios de la agricultura podamos disfrutar.

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Una de estas tecnologías es el uso de los plásticos en la agricultura. El ser humano a través de su imaginación y creatividad ha logrado innovar la forma en que se producen los alimentos. Nuevas tecnologías y creatividad han causado que los alimentos se produzcan a un mayor ritmo que la cantidad de personas que viven en la Tierra. Cada día se necesita menos tierra para producir los mismos alimentos y es menos el porcentaje de la población en los países más desarrollados dedicados a la producción de alimentos que hace cien o doscientos años.

Con la Tecnología agrícola ahora existe maquinaria que puede hacer casi de todo, desde sembrar grandes extensiones de tierra con exactitud milimétrica, trabajando día y noche, hasta cosechar los productos que nunca se pensó que podrías cosecharse mecánicamente. No digamos los fertilizantes modernos especializados para cada tipo de tierra, agroquímicos, sistemas de riesgo, análisis de suelos, las semillas bien seleccionadas y tratadas, la genética de las mismas y la plasticultura.

El uso de toda esta tecnología ha permitido un incremento tal en la productividad que cada día son más baratos los productos agrícolas. La combinación de ventajas comparativas y el uso de las nuevas tecnologías han permitido que el ser humano pueda disponer en todo el mundo de alimentos producidos en los cinco continentes a precios muy económicos. Donde no ocurre esto se debe a las protecciones arancelarias y no arancelarias que aún mantienen muchos gobiernos mercantilistas. Y son precisamente, los gobiernos con sus intervencionismos los causantes de las peores hambrunas que jamás hayamos tenido debido a su ignorancia económica injustificable en un mundo al que le sobran alimentos.

En cuanto a la Tecnología agrícola, es increíble ver el incremento de la productividad cuando las personas utilizan invernaderos (espacios protegidos por películas plásticas con aditivos que permiten alargar la duración y resistencia del mismo, diseminar la luz para que no entre directamente al cultivo y lo queme, evitar que se formen gotas que luego caigan sobre las plantas y dañen la fruta o los vegetales, controlar la temperatura, evitar vientos, granizo, y otros riesgos climáticos de la naturaleza, etc…)

Por si fuera poco, en un invernadero se coloca además tubería de riego (siempre de polietileno o PVC que son dos de los plásticos más utilizados para esta aplicación) que permite dosificar las cantidades exactas de agua que necesita la planta, ni más ni menos. Y para controlar las malezas y la temperatura del suelo se utilizan acolchados (“Mulch”) de polietileno, algunos con barrera al oxígeno y humedad como el “Etilen-Vinil-Alcohol” (EVOH o EVAL), de color negro o una combinación entre negro y plata o negro y blanco, que evitan el paso de la luz al suelo evitando así que salga la maleza y compita por los nutrientes que necesita la planta y que son dosificados con cada gota de agua que alimenta también a las plantas pero que la parte reflectiva de los colores de la superficie, plata o blanco permiten una mayor cantidad de luz a las plantas permitiéndoles crecer más vigorosamente.

Así que la tecnología agrícola ha permitido que a través del uso de invernaderos, acolchados, riego por goteo, cultivos hidropónicos, ambientes controlados (puede agregarse al invernadero dióxido de carbono permitiendo así un incremento mayor en la productividad ya que el CO2 es alimento para las plantas), polinización a base de abejorros seleccionados, aplicación de nutrientes, plaguicidas y agua justo lo necesario para que las plantas crezcan sanas y produzcan mejorando sustancialmente la productividad hortícola.

Para que tengan una idea de lo que se incrementa la productividad en un invernadero sembrado en forma hidropónica en comparación con el cultivo tradicional es como mínimo siete veces superior usando la tecnología agrícola que el método tradicional. Es cierto que hay que hacer una fuerte inversión inicialmente pero ésta se paga con creces gracias a la productividad lograda en el cultivo. Es una inversión de capital que incrementa la productividad, disminuye los costos unitarios, permite más producción y con ellos hace más competitivo al productor agrícola.

El uso de la tecnología agrícola permite así usar menos tierra, menos agua, menos fertilizantes y pesticidas y libera tierra para dejarla para otros usos como bosques o lo que sea. Es un uso que protege el medio ambiente haciendo más eficiente la producción de alimentos en forma intensiva. Y el plástico, al final de su vida útil en el invernadero o como acolchado puede ser reciclado, por supuesto, generando valor para otros usos del mismo.

Ayer comenzó el 5to. Congreso de Plasticultura, Alimentación y Medio Ambiente. Tuvimos la oportunidad de escuchar a expertos conferencistas de varios países explicar el uso de las diversas tecnologías para el uso de plásticos en la agricultura. Todavía hay conferencias el día de hoy por si Ud. tiene interés y se anima. Las conferencias se llevan a cabo en el Teatro del IGA. Por otro lado, si no quiere asistir a las conferencias puede ver las exhibiciones de productos y servicios relacionados con la plasticultura en las calles de Cuatro Grados Norte.