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Un país ocupado…

José Carlos Ortega
06 de febrero, 2016

Despertando ayer con la noticia que un panel de expertos, no vinculante, pero moralmente simbólico de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias, ha denunciado la “detención” indebida de Julian Assange, fundador y director de Wikileaks, el sitio mundialmente conocido por denunciar varias intromisiones de gobiernos en la libertad de los individuos, su privacidad y revelar secretos de estado sobre sus métodos invasivos, especialmente de los Estados Unidos de América.

El “Task Force” ha votado que su detención es arbitraria y que no permitirle salir del país, pese a estar refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, Reino Unido, desde junio de 2012, así como la violación de otras libertades, como la de recibir debida atención médica, violenta sus derechos humanos. En el Reino Unido se le negó un salvoconducto pese a su estado de refugiado, por tener pendiente una audiencia para determinar su situación legal en Suecia, donde se sospecha estuvo involucrado en conducta sexual inapropiada, pero no le ha acusado formalmente. Se le negó también una debida atención médica, que no puede recibir adecuadamente dentro de la embajada ecuatoriana.

Indudablemente no puede permitirse que una persona acusada de delitos ordinarios pueda esconderse detrás de privilegios como el refugio político y otros de este tipo, antejuicios, etc. Permitirlo sería un grave precedente. Pero tampoco podemos tolerar que escondido en acusaciones espurias (me recuerda una resolución reciente de nuestra Corte Suprema), se pretenda limitar las libertades y los derechos de las personas. En el derecho que utilizan los europeos, por el simple hecho de estar retenido en esa embajada por 3 años, ya debiera analizarse el lapso de la pena supuesta si fuera cierto, para determinar si ese tiempo es suficiente para sobreseer el caso, es decir, el tiempo de estar preso e inmovilizado en una embajada ya es considerablemente suficiente y proporcional a la pena del delito, que no ha sido acusado, para terminar con la causa. Si por las personas que supuestamente fueron objeto del delito de Assange no pudieron demostrar su acusación, como para que el Estado sueco pudiera formalizar la acusación, dudo que su declaración le acuse, pues él no va a probar su inocencia…

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Además, la duda de una acusación falsa para retener a Assange y extraditarlo a los Estados Unidos de América, aunque no soy propenso a teorías de conspiración, pero por la gran influencia que tuvo en la escandalosa retención del avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, por supuestamente llevar escondido al estadounidense Edward Snowden, que filtró a Wikileaks toda esa trama de espionaje a millones de ciudadanos estadounidenses y también ciudadanos y líderes de otros países. A los estadounidenses, por vivir en la cultura del miedo, se han olvidado o han flexibilizado los derechos de sus libertades transada por su necesidad de seguridad y de no ser atacados por el terrorismo. Lo que no se explica, es la actitud de los espiados europeos, incluyendo a su liderazgo. Sospecho que en esta global lucha contra el terrorismo no somos el único país ocupado, sino que varios países se han confabulado detrás del gobierno americano, no de sus ciudadanos, para imponer valores, democracias, justicias, equidades, que no son propias de la fundación de la misma república democrática estadounidense.

Me parece interesantísimo que tanto Suecia, como el Reino Unido, hayan sido condenados moralmente por esta Fuerza de Tarea de Retenciones Arbitrarias, que es parte del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Seremos vigilantes de la respuesta, pues a países como el nuestro imponen sus agendas antojadizas, y no son capaces de acatar lo que ellos imponen fuera de sus fronteras, como su intromisión constante en nuestros tribunales, en nuestras instituciones, presupuesto, y en el apoyo de grupos que no construyen la paz, ni respetan el derecho, y que no construyen las instituciones que tanto necesitamos.

Se dice que toda la designación de los funcionarios pasa ahora por la Comisión de Postulación, inconstitucional, de la “Embajada”. Dada nuestra historia de corrupción, impunidad e injusticia parece necesaria. Pero si no construimos nuestras propias instituciones, para construir un verdadero Estado de Derecho, que respete los derechos individuales de todos, superiores y anteriores al Estado, no se habrá logrado nada. Eso no se logra imponiendo sus valores, sino en todo caso, construyendo y apoyando que el Estado se construya sobre las bases de la justicia y la libertad.

Un país ocupado…

José Carlos Ortega
06 de febrero, 2016

Despertando ayer con la noticia que un panel de expertos, no vinculante, pero moralmente simbólico de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias, ha denunciado la “detención” indebida de Julian Assange, fundador y director de Wikileaks, el sitio mundialmente conocido por denunciar varias intromisiones de gobiernos en la libertad de los individuos, su privacidad y revelar secretos de estado sobre sus métodos invasivos, especialmente de los Estados Unidos de América.

El “Task Force” ha votado que su detención es arbitraria y que no permitirle salir del país, pese a estar refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, Reino Unido, desde junio de 2012, así como la violación de otras libertades, como la de recibir debida atención médica, violenta sus derechos humanos. En el Reino Unido se le negó un salvoconducto pese a su estado de refugiado, por tener pendiente una audiencia para determinar su situación legal en Suecia, donde se sospecha estuvo involucrado en conducta sexual inapropiada, pero no le ha acusado formalmente. Se le negó también una debida atención médica, que no puede recibir adecuadamente dentro de la embajada ecuatoriana.

Indudablemente no puede permitirse que una persona acusada de delitos ordinarios pueda esconderse detrás de privilegios como el refugio político y otros de este tipo, antejuicios, etc. Permitirlo sería un grave precedente. Pero tampoco podemos tolerar que escondido en acusaciones espurias (me recuerda una resolución reciente de nuestra Corte Suprema), se pretenda limitar las libertades y los derechos de las personas. En el derecho que utilizan los europeos, por el simple hecho de estar retenido en esa embajada por 3 años, ya debiera analizarse el lapso de la pena supuesta si fuera cierto, para determinar si ese tiempo es suficiente para sobreseer el caso, es decir, el tiempo de estar preso e inmovilizado en una embajada ya es considerablemente suficiente y proporcional a la pena del delito, que no ha sido acusado, para terminar con la causa. Si por las personas que supuestamente fueron objeto del delito de Assange no pudieron demostrar su acusación, como para que el Estado sueco pudiera formalizar la acusación, dudo que su declaración le acuse, pues él no va a probar su inocencia…

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Además, la duda de una acusación falsa para retener a Assange y extraditarlo a los Estados Unidos de América, aunque no soy propenso a teorías de conspiración, pero por la gran influencia que tuvo en la escandalosa retención del avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, por supuestamente llevar escondido al estadounidense Edward Snowden, que filtró a Wikileaks toda esa trama de espionaje a millones de ciudadanos estadounidenses y también ciudadanos y líderes de otros países. A los estadounidenses, por vivir en la cultura del miedo, se han olvidado o han flexibilizado los derechos de sus libertades transada por su necesidad de seguridad y de no ser atacados por el terrorismo. Lo que no se explica, es la actitud de los espiados europeos, incluyendo a su liderazgo. Sospecho que en esta global lucha contra el terrorismo no somos el único país ocupado, sino que varios países se han confabulado detrás del gobierno americano, no de sus ciudadanos, para imponer valores, democracias, justicias, equidades, que no son propias de la fundación de la misma república democrática estadounidense.

Me parece interesantísimo que tanto Suecia, como el Reino Unido, hayan sido condenados moralmente por esta Fuerza de Tarea de Retenciones Arbitrarias, que es parte del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Seremos vigilantes de la respuesta, pues a países como el nuestro imponen sus agendas antojadizas, y no son capaces de acatar lo que ellos imponen fuera de sus fronteras, como su intromisión constante en nuestros tribunales, en nuestras instituciones, presupuesto, y en el apoyo de grupos que no construyen la paz, ni respetan el derecho, y que no construyen las instituciones que tanto necesitamos.

Se dice que toda la designación de los funcionarios pasa ahora por la Comisión de Postulación, inconstitucional, de la “Embajada”. Dada nuestra historia de corrupción, impunidad e injusticia parece necesaria. Pero si no construimos nuestras propias instituciones, para construir un verdadero Estado de Derecho, que respete los derechos individuales de todos, superiores y anteriores al Estado, no se habrá logrado nada. Eso no se logra imponiendo sus valores, sino en todo caso, construyendo y apoyando que el Estado se construya sobre las bases de la justicia y la libertad.