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Colapso Total en Salud

José Carlos Ortega
10 de septiembre, 2016

Amanecemos con el brutal asesinato de la vocera del Hospital San Juan de Dios, aparentemente como represalia de pandilleros por la negativa de los médicos de recibir a los reos si no se mejoraban las condiciones de seguridad al recibirlos en los nosocomios para su tratamiento. Esta negativa no es un capricho, tiene su causal en el tiroteo que cobró la vida de 5 guatemaltecos, cuatro de ellos víctimas circunstanciales del ataque contra un pandillero condenado a 45 años de prisión, que recibía asistencia médica en la Unidad Nacional de Atención al Enfermos Renal – UNAERC y de la detención de una fémina portando un arma no registrada dentro del hospital.
Ayer se conoció del fallecimiento de cuatro niños infectados por soluciones salinas contaminadas con bacterias en el Hospital Infantil de Infectología y Rehabilitación, ¡casualmente de la casa que denunció a los implicados en el caso “Traficantes de la Salud” porque no fueron designados a ser los contratistas del contrato de los tratamientos renales en el IGSS! Un reporte de la Unidad de Supervisión Hospitalaria del Procurador de los Derechos Humanos denuncia la muerte de 75 menores en el área de Chiquimula para el primer trimestre de este año por falta de equipo, insumos, medicamentos, recursos humanos o capacidad instalada – con un incremento del 75% con respecto al mismo periodo del año anterior. Hay denuncias de otros departamentos, en el área de Alta Verapaz que indican un incremento en el indicador, y por lo tanto son muertes de guatemaltecos que no debían haber sucedido, de materno-infantil, ¡nuevamente! Hemos regresado a los niveles en ese indicador, y en el de desnutrición, a los de hace 20 años según reportes de instituciones independientes y de la misma PDH. Se cree que 4.5 millones de guatemaltecos han sufrido las consecuencias del colapso total del sistema público de salud, mucho de esto por la eliminación de programas de prevención, de atención primaria al ser atendidos antes que las personas agraven, no sólo reduce el tiempo y la severidad de la enfermedad, sino obviamente los costos, y por supuesto, muertes y consecuencias permanentes en algunos pacientes.
El cuadro es desolador. Lastimosamente, y con dolor y emoción de impotencia, con lo que quisiera fuera un grito que se oyera de forma estruendosa por lo indignante que resultan estas muertes, este abandono en el que se encuentra el sistema de salud no es más que la consecuencia de haber convertido al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social – MSPAS, en uno de los “negocios” más importantes de cada gobierno desde 1991 donde empezó a convertirse el Estado-botín, en ese Estado cleptocrático, en un Estado que en su diseño no hace más que privilegiar el enriquecimiento a través de los negocios corruptos, de sobornos, extorsiones para quien trabajaba honradamente, pactos colectivos lesivos, contrataciones como beneficios políticos y que no agregan valor al sistema. La corrupción se enquistó en todos los niveles, desde directores de hospitales, ministros, funcionarios, encargados de compras, pagadores, médicos, llegando hasta conserjes. Es el reflejo más doloroso y más angustiante de lo que puede suceder cuando la corrupción de adueña de las instituciones.
¡Por supuesto que todo el sistema está corrompido! De tal manera que la solución pasa por un sistema integral de reforma, de renovación, una reingeniería total… Todo contrato debe ser revisado, toda asignación de compra, de alquiler de equipos, pactos colectivos, asignación de plazas, compra de equipo, de insumos, etc. Se debe replantear todo el sistema. Estamos en medio de una amenaza terrible, de la que desconocemos datos de lo que ya está sucediendo, de la epidemia del Zika, de Chikinkuya y dengue y no se está llevando una campaña de prevención con fumigación y de control domiciliar. Tiene que haber una redirección al control preventivo regresando a los niveles que se lograron en vacunación (¿en dónde están las vacunas?) en años anteriores, de atención primaria para no permitir que las enfermedades se agraven en un individuo, pero que tampoco se vuelvan fuente de mayor contaminación hasta convertirse en epidemia.
Ante esta crisis, la nueva y recién estrenada ministra de Salud da ideas, replantea problemas, y propone nuevas cosas. No creo que sea tiempo para incluir enfermedades que no puedan comprobarse con el método científico, con estudios de casos que puedan sustentarse, ¡es tiempo de priorizar y de utilizar los escasos recursos en lo urgente!
Como guatemalteco deseo el éxito de su gestión. Pero creo que se requerirá de mucho más, de una intervención de Calamidad Nacional o Catástrofe Nacional, con una fuerza importante que pueda remover las estructuras, que pueda realizar los cambios, que esos cambios lleguen a todos los guatemaltecos.
COMENTARIOS
Acertada la decisión presidencial de destituir al Secretario y subsecretario de la SAAS para no interrumpir cualquier tipo de investigación relacionada con el espionaje a opositores y otros grupos. Esperamos que con esa investigación se aclare lo sucedido y sean deducidas las responsabilidades de acuerdo a los hechos. La función de la SAAS de ninguna manera incluye esas funciones de supuesta “inteligencia”, y mucho menos en estos tiempos democráticos y de paz. Además, que con ello se aleje la intromisión y la influencia de los que siempre andan metiéndole miedo a todos los presidentes, y que más que miedo es la forma de mantenerlos alejados del resto de la población, engañados y con miedo a hacer lo que se debe hacer.
Poco acertado es el proceso de las nuevas reformas a la ley electoral y de partidos políticos, que a diferencia del proceso del año pasado, y del Diálogo para la Reforma Constitucional al Sector Justicia que fue incluyente, éste no lo fue, y sobre todo que deja de lado la resolución de la verdadera representatividad a través de listados abiertos para elegir a diputados, en distritos más uniformes (2 ó 3 representantes máximos), y también a los Concejos Municipales.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Colapso Total en Salud

José Carlos Ortega
10 de septiembre, 2016

Amanecemos con el brutal asesinato de la vocera del Hospital San Juan de Dios, aparentemente como represalia de pandilleros por la negativa de los médicos de recibir a los reos si no se mejoraban las condiciones de seguridad al recibirlos en los nosocomios para su tratamiento. Esta negativa no es un capricho, tiene su causal en el tiroteo que cobró la vida de 5 guatemaltecos, cuatro de ellos víctimas circunstanciales del ataque contra un pandillero condenado a 45 años de prisión, que recibía asistencia médica en la Unidad Nacional de Atención al Enfermos Renal – UNAERC y de la detención de una fémina portando un arma no registrada dentro del hospital.
Ayer se conoció del fallecimiento de cuatro niños infectados por soluciones salinas contaminadas con bacterias en el Hospital Infantil de Infectología y Rehabilitación, ¡casualmente de la casa que denunció a los implicados en el caso “Traficantes de la Salud” porque no fueron designados a ser los contratistas del contrato de los tratamientos renales en el IGSS! Un reporte de la Unidad de Supervisión Hospitalaria del Procurador de los Derechos Humanos denuncia la muerte de 75 menores en el área de Chiquimula para el primer trimestre de este año por falta de equipo, insumos, medicamentos, recursos humanos o capacidad instalada – con un incremento del 75% con respecto al mismo periodo del año anterior. Hay denuncias de otros departamentos, en el área de Alta Verapaz que indican un incremento en el indicador, y por lo tanto son muertes de guatemaltecos que no debían haber sucedido, de materno-infantil, ¡nuevamente! Hemos regresado a los niveles en ese indicador, y en el de desnutrición, a los de hace 20 años según reportes de instituciones independientes y de la misma PDH. Se cree que 4.5 millones de guatemaltecos han sufrido las consecuencias del colapso total del sistema público de salud, mucho de esto por la eliminación de programas de prevención, de atención primaria al ser atendidos antes que las personas agraven, no sólo reduce el tiempo y la severidad de la enfermedad, sino obviamente los costos, y por supuesto, muertes y consecuencias permanentes en algunos pacientes.
El cuadro es desolador. Lastimosamente, y con dolor y emoción de impotencia, con lo que quisiera fuera un grito que se oyera de forma estruendosa por lo indignante que resultan estas muertes, este abandono en el que se encuentra el sistema de salud no es más que la consecuencia de haber convertido al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social – MSPAS, en uno de los “negocios” más importantes de cada gobierno desde 1991 donde empezó a convertirse el Estado-botín, en ese Estado cleptocrático, en un Estado que en su diseño no hace más que privilegiar el enriquecimiento a través de los negocios corruptos, de sobornos, extorsiones para quien trabajaba honradamente, pactos colectivos lesivos, contrataciones como beneficios políticos y que no agregan valor al sistema. La corrupción se enquistó en todos los niveles, desde directores de hospitales, ministros, funcionarios, encargados de compras, pagadores, médicos, llegando hasta conserjes. Es el reflejo más doloroso y más angustiante de lo que puede suceder cuando la corrupción de adueña de las instituciones.
¡Por supuesto que todo el sistema está corrompido! De tal manera que la solución pasa por un sistema integral de reforma, de renovación, una reingeniería total… Todo contrato debe ser revisado, toda asignación de compra, de alquiler de equipos, pactos colectivos, asignación de plazas, compra de equipo, de insumos, etc. Se debe replantear todo el sistema. Estamos en medio de una amenaza terrible, de la que desconocemos datos de lo que ya está sucediendo, de la epidemia del Zika, de Chikinkuya y dengue y no se está llevando una campaña de prevención con fumigación y de control domiciliar. Tiene que haber una redirección al control preventivo regresando a los niveles que se lograron en vacunación (¿en dónde están las vacunas?) en años anteriores, de atención primaria para no permitir que las enfermedades se agraven en un individuo, pero que tampoco se vuelvan fuente de mayor contaminación hasta convertirse en epidemia.
Ante esta crisis, la nueva y recién estrenada ministra de Salud da ideas, replantea problemas, y propone nuevas cosas. No creo que sea tiempo para incluir enfermedades que no puedan comprobarse con el método científico, con estudios de casos que puedan sustentarse, ¡es tiempo de priorizar y de utilizar los escasos recursos en lo urgente!
Como guatemalteco deseo el éxito de su gestión. Pero creo que se requerirá de mucho más, de una intervención de Calamidad Nacional o Catástrofe Nacional, con una fuerza importante que pueda remover las estructuras, que pueda realizar los cambios, que esos cambios lleguen a todos los guatemaltecos.
COMENTARIOS
Acertada la decisión presidencial de destituir al Secretario y subsecretario de la SAAS para no interrumpir cualquier tipo de investigación relacionada con el espionaje a opositores y otros grupos. Esperamos que con esa investigación se aclare lo sucedido y sean deducidas las responsabilidades de acuerdo a los hechos. La función de la SAAS de ninguna manera incluye esas funciones de supuesta “inteligencia”, y mucho menos en estos tiempos democráticos y de paz. Además, que con ello se aleje la intromisión y la influencia de los que siempre andan metiéndole miedo a todos los presidentes, y que más que miedo es la forma de mantenerlos alejados del resto de la población, engañados y con miedo a hacer lo que se debe hacer.
Poco acertado es el proceso de las nuevas reformas a la ley electoral y de partidos políticos, que a diferencia del proceso del año pasado, y del Diálogo para la Reforma Constitucional al Sector Justicia que fue incluyente, éste no lo fue, y sobre todo que deja de lado la resolución de la verdadera representatividad a través de listados abiertos para elegir a diputados, en distritos más uniformes (2 ó 3 representantes máximos), y también a los Concejos Municipales.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo