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Interpelación de Ministro de Cultura y Deporte cumple un año

Redacción
22 de enero, 2014

La cita inicio a partir del 22 de enero del 2013, pero debido a la ausencia de congresistas del Partido Patriota (PP) y de bancadas aliadas, la interpelación era suspendida como estrategia para detener el juicio político.

La falta de quórum no se vivió solo al principio sino que fue una constante, así como el retraso, la falta de convocatoria a sesiones y frecuentes salidas de los diputados oficialistas o aliados del hemiciclo, que obligaban a suspender las sesiones plenarias. 
Diputados de Líder usaron en el hemiciclo pelotas, uniformes, zapatos y otras vestimentas para demostrar la supuesta sobrevaloración en compras durante el proceso de interrogatorio. 
Pedro Muadi, afirmó que no convocaba a sesiones porque la interpelación se había vuelto “estéril” y solo obstaculizaba la labor legislativa. Así mismo, el Congreso tuvo que acudir a la Corte de Costitucionalidad para poder interrumpir la interpelación.
 “Lo más difícil de la interpelación son los señalamientos directos y el trato, porque no es en medio de respeto, sino que deteriora la imagen personal, y ha costado mucho recuperar la confianza”, aseguró Batzín.
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Interpelación de Ministro de Cultura y Deporte cumple un año

Redacción
22 de enero, 2014

La cita inicio a partir del 22 de enero del 2013, pero debido a la ausencia de congresistas del Partido Patriota (PP) y de bancadas aliadas, la interpelación era suspendida como estrategia para detener el juicio político.

La falta de quórum no se vivió solo al principio sino que fue una constante, así como el retraso, la falta de convocatoria a sesiones y frecuentes salidas de los diputados oficialistas o aliados del hemiciclo, que obligaban a suspender las sesiones plenarias. 
Diputados de Líder usaron en el hemiciclo pelotas, uniformes, zapatos y otras vestimentas para demostrar la supuesta sobrevaloración en compras durante el proceso de interrogatorio. 
Pedro Muadi, afirmó que no convocaba a sesiones porque la interpelación se había vuelto “estéril” y solo obstaculizaba la labor legislativa. Así mismo, el Congreso tuvo que acudir a la Corte de Costitucionalidad para poder interrumpir la interpelación.
 “Lo más difícil de la interpelación son los señalamientos directos y el trato, porque no es en medio de respeto, sino que deteriora la imagen personal, y ha costado mucho recuperar la confianza”, aseguró Batzín.