Delegados de los ministerios del interior o seguridad de América Latina y el Caribe acordaron sumar esfuerzos para combatir el problema de las drogas, al concluir una cita de dos días en Antigua Guatemala, Sacatepéquez. ‘La reunión constituyó una oportunidad para reiterar el compromiso para enfrentar los desafíos que representa el problema de las drogas en la región y sumar esfuerzos para atender las amenazas, riesgos y vulnerabilidades que genera’, indica el comunicado final de la cita. 

El encuentro de Ministros de Seguridad de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) fue inaugurado el martes por el presidente Otto Pérez Molina, en un hotel ubicado en la  ciudad colonial. El objetivo de la cita era ‘intercambiar experiencias e identificar y analizar lecciones aprendidas y buenas prácticas en la región’ para llegar con posiciones similares a una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se realizará a principios de 2016 en Nueva York, Estados Unidos, centrada en el tema de las drogas. 

‘Es necesario avanzar en un debate sin tapujos o tabúes’ sobre las drogas, dijo a la estatal Agencia Guatemalteca de Noticias Julio Calzada, secretario general de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay y artífice de la ley para la regularización de la marihuana en su país. Calzada afirmó que Guatemala y Uruguay comparten la visión de un debate que permita encontrar nuevas formas para combatir el narcotráfico, incluso la opción de legalizar algunas drogas.
‘Llevamos 50 años en una lucha armada contra el narcotráfico sin ningún cambio y que solo se centró en el control de la oferta, interdicción y ley penal, eso está dando marcha atrás’, afirmó. 

Además comentó que con la legalización de la marihuana tienen ‘la expectativa de que esta herramienta económica afectará a las estructuras criminales y será de ayuda para su desarticulación’. Pérez Molina propuso en febrero de 2012 discutir la despenalización del consumo, tráfico y comercio de drogas ante el fracaso de la lucha frontal contra el narcotráfico, que ha sumido a Centroamérica en una ola de violencia.