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Los Estados Frágiles del 2014

Redacción
02 de julio, 2014

El Fund for Peace y la revista Foreign Policy presentaron el índice Estados Frágiles 2014, donde jerarquizan a los países en un ranking, en donde los que están considerados como Estados Débiles ocupan las primeras posiciones, con una evaluación entre 59 y 120 puntos, y las últimas posiciones las ocupan los Estados Fuertes, con una evaluación entre 0 y 60 puntos.

El término Estado Fallido hace referencia a una serie de condiciones que debilitan al Gobierno en relación a la demanda económica, política y social que hace la sociedad. Para evaluar este tema, el Índice de Estados Frágiles integra 12 elementos sobre los cuáles se evalúa la capacidad de respuesta del Gobierno a las necesidades que enfrentan sus ciudadanos, cada uno de los cuales se evalúan en una escala de 0 a 10. La evaluación más alta que un país puede obtener es 120 puntos, que implica que el país se considera un Estado fallido.

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En el índice 2014, el país con la peor calificación, en la casilla 1, es Sudán del Sur; el mejor, en la casilla 178, Finlandia. El mayor énfasis que hace el índice en cuanto a la evaluación de cada país es el avance que se ha dado históricamente en la búsqueda de la construcción de un Estado capaz de hacer cumplir las leyes de forma uniforme: Estado de Derecho. 

El país que más mejoró por calificación es Irán. De Latinoamérica, México aparece dentro de este grupo de 10 países ubicado en la 5ta posición junto con Cuba, de la zona del Caribe. Ambos países aparecen también en los 10 países que más mejoraron por ranking. México con 8 posiciones y Cuba con 6 posiciones. El mayor avance es para la República de Kirguistán con 10 casillas de mejora.


El avance más significativo es el que se genera en los últimos 5 años (2009-2014). Zimbabue con -11.2 es el país que más ha avanzado. Cuba con -9.8 representa a la región del Caribe, mientras que de Latinoamérica sobresalen Brasil y Bolivia.

El caso de Guatemala

En relación al año anterior, Guatemala retrocedió 4 casillas: De estar en la posición 70 con 80.7 puntos, retrocedió al puesto 66, con 80.3 puntos. 

El país sólo mejoró en 5 de los 12 indicadores, con leves avances en los resultados. Todos los resultados en esta edición no son menores a 6.0, lo cual evidencia que el país no ha logrado mejorar en ninguno de los indicadores de manera significativa. La tabla refleja el total de resultados en todos los indicadores con calificaciones similares y no menores a 5.0. En 8 años de edición del índice, el país no ha logrado avanzar en una línea de continuidad. Las mejores calificaciones a nivel mundial oscilan en 0.5 -1.50 en todos los indicadores. El país está lejos de una evaluación de este tipo.

Por otro lado, Guatemala empeoró en 4 de los 12 indicadores: manifestaciones y agravios como forma de demanda social, deterioro de servicios públicos y amenazas a la soberanía. Aunque los retrocesos fueron leves, resulta preocupante. En 3 indicadores mantuvo la misma calificación en relación al año anterior, lo cual tampoco refleja ninguna mejoría sino un problema de estancamiento, particularmente porque es el tercer año consecutivo con las mismos resultados.

Esta edición del índice enriquece el contenido con una comparación de países mostrando los cambios de cada uno en los años 2006-2014. Esto permite conocer la evolución de cada país a lo largo del tiempo y su tendencia de convertirse en un Estado Frágil o un Estado Fuerte.

                     

Para el año 2014, Guatemala obtiene una puntuación de 80.3 y se ubica en la clasificación de ‘Muy Alto Riesgo’. Esa clasificación la comparte con Colombia, los únicos dos países de América Latina en esa clasificación. Otros Estados en esa clasificación son Sierra Leona, República del Congo, Líbano y Angola, entre otros.

¿Cómo entender la medición?

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Para el analista Roberto Wagner, estas mediciones afectan al Gobierno y sus instituciones.Este Índice de Estados Frágiles implica una serie de indicadores que determinan si se avanzó en un año, o que tan estable o inestable es un Gobierno, dice. Según Wagner, uno de los aspectos que se ven afectados es la inversión, porque muchosse basan en informes como éste para decidir si invertirán en determinado país.El resultado es como decir: “dime cómo estás y te diré quién invertirá en tu país”. Muchos Gobiernos dicen estar en desacuerdo con elinforme, o que los datos no coinciden, pero internacionalmente la mayoría de datosson oficiales, de los mismos Gobiernos, indica el analista. Al mismo tiempo hace una reflexión en relación al índice social: ‘no me extrañaría que el otroaño baje más puntos, ya que estamos en el último escalón, en riesgo ‘muy alto’ y pasaríamosa un ‘alerta’; un problema sería la situación del incremento  de los migrantes, sobre todo niños’, enfatiza Wagner.Ejemplifica que en el aspecto político, con figuras en el país como la CICIG, hasta cierto punto es un aspecto negativo a loexterno, porque las cosas en relación a los aparatos clandestinos no manifiestan un gran avance, concluye Wagner. 

Para la Fundación para el Desarrollo (FUNDESA), para que el país avance y el Estado de Derecho se fortalezca deben mejorarse los siguientes aspectos: liderazgo político (combatir la corrupción y sanear las finanzas), fuerzas de seguridad (fortalecer a la policía, trabajo conjunto con el Ejército, recuperar la confianza), sistema judicial (mejorar eficiencia, profesionalización, incentivos y evaluación a jueces), cultura política (erradicar la mediocridad en el Organismo Judicial), modernización Institucional (acortar la burocracia, mejorar operatividad), gobernabilidad (trabajo conjunto entre poderes del Estado), partidos políticos (que trabajen por el bien del país). Estas recomendaciones engloban componentes importantes para el mejoramiento del país en el tema de la fundación de un estado fuerte y lo que esto implica. Representan áreas que deben ser abordadas de manera eficiente y que deben considerarse parte de la agenda nacional.

¿Un estado frágil? 

El concepto de “estado fallido” o “estados frágiles” no tiene una definición universal y su debate aún es inconcluso. Sin embargo, muchos países son incluidos en índices de esta naturaleza por centros de pensamiento u organizaciones que radican en países que han reconocido en la existencia de éstos una amenaza a su seguridad nacional. Los críticos al índice de Estados Fallidos de Found for Peace argumentan que el concepto no es universalmente reconocido ni existe una definición universal del mismo. Además, se señalan vacíos en la medición cuantitativa, ya que se agrupan Estados ‘intermedios’, que no son considerados exitosos ni fallidos. También existen dudas en cuanto a la manera de tabulación de las variables y la objetividad en su valoración; particularmente se señala que la conceptualización de los indicadores es vaga y con ambigüedades.
Para autores como el reconocido Noam Chomsky, el término estado fallido ha sido utilizado por Gobiernos como el de Estados Unidos de América para centrar esfuerzos contra Estados cuyas políticas no se acoplan a la visión del país del Norte. En su Estrategia de Seguridad Nacional, en el año posterior a los ataques del 11S, Estados Unidos incluye a los “Estados frágiles” como una amenaza fundamental para la seguridad nacional norteamericana. 
Algunas definiciones hacen referencia al funcionamiento del Estado y pretenden medir su capacidad de desempeño en áreas como seguridad, política, estado de derecho y bienestar social, entre otros. En ese sentido, países como Afganistán, Irak, Somalia, Yemen y Haití han sido considerados como fallidos por algunos de esos índices. Incluso, México en el año 2009, generó un profundo debate internacional al conocerse que corría el riesgo de convertirse en un estado fallido debido a la ola de violencia que azotaba su nación. El Presidente en ese entonces, Felipe Calderón, se apresuró a aclarar que “no había perdido (el control) de ninguna parte, ni una sola parte, del territorio mexicano” por la violencia relacionada con el crimen organizado. 
Otro elemento de atención en índices como el de Estado fallido tiene relación con la soberanía de los Estados. La justificación de la “intervención” extranjera en aquellos países frágiles, o que son considerados incapaces de cumplir con sus responsabilidades básicas, parece subyacer atrás de conceptos como el del índice en cuestión.
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Los Estados Frágiles del 2014

Redacción
02 de julio, 2014

El Fund for Peace y la revista Foreign Policy presentaron el índice Estados Frágiles 2014, donde jerarquizan a los países en un ranking, en donde los que están considerados como Estados Débiles ocupan las primeras posiciones, con una evaluación entre 59 y 120 puntos, y las últimas posiciones las ocupan los Estados Fuertes, con una evaluación entre 0 y 60 puntos.

El término Estado Fallido hace referencia a una serie de condiciones que debilitan al Gobierno en relación a la demanda económica, política y social que hace la sociedad. Para evaluar este tema, el Índice de Estados Frágiles integra 12 elementos sobre los cuáles se evalúa la capacidad de respuesta del Gobierno a las necesidades que enfrentan sus ciudadanos, cada uno de los cuales se evalúan en una escala de 0 a 10. La evaluación más alta que un país puede obtener es 120 puntos, que implica que el país se considera un Estado fallido.

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En el índice 2014, el país con la peor calificación, en la casilla 1, es Sudán del Sur; el mejor, en la casilla 178, Finlandia. El mayor énfasis que hace el índice en cuanto a la evaluación de cada país es el avance que se ha dado históricamente en la búsqueda de la construcción de un Estado capaz de hacer cumplir las leyes de forma uniforme: Estado de Derecho. 

El país que más mejoró por calificación es Irán. De Latinoamérica, México aparece dentro de este grupo de 10 países ubicado en la 5ta posición junto con Cuba, de la zona del Caribe. Ambos países aparecen también en los 10 países que más mejoraron por ranking. México con 8 posiciones y Cuba con 6 posiciones. El mayor avance es para la República de Kirguistán con 10 casillas de mejora.


El avance más significativo es el que se genera en los últimos 5 años (2009-2014). Zimbabue con -11.2 es el país que más ha avanzado. Cuba con -9.8 representa a la región del Caribe, mientras que de Latinoamérica sobresalen Brasil y Bolivia.

El caso de Guatemala

En relación al año anterior, Guatemala retrocedió 4 casillas: De estar en la posición 70 con 80.7 puntos, retrocedió al puesto 66, con 80.3 puntos. 

El país sólo mejoró en 5 de los 12 indicadores, con leves avances en los resultados. Todos los resultados en esta edición no son menores a 6.0, lo cual evidencia que el país no ha logrado mejorar en ninguno de los indicadores de manera significativa. La tabla refleja el total de resultados en todos los indicadores con calificaciones similares y no menores a 5.0. En 8 años de edición del índice, el país no ha logrado avanzar en una línea de continuidad. Las mejores calificaciones a nivel mundial oscilan en 0.5 -1.50 en todos los indicadores. El país está lejos de una evaluación de este tipo.

Por otro lado, Guatemala empeoró en 4 de los 12 indicadores: manifestaciones y agravios como forma de demanda social, deterioro de servicios públicos y amenazas a la soberanía. Aunque los retrocesos fueron leves, resulta preocupante. En 3 indicadores mantuvo la misma calificación en relación al año anterior, lo cual tampoco refleja ninguna mejoría sino un problema de estancamiento, particularmente porque es el tercer año consecutivo con las mismos resultados.

Esta edición del índice enriquece el contenido con una comparación de países mostrando los cambios de cada uno en los años 2006-2014. Esto permite conocer la evolución de cada país a lo largo del tiempo y su tendencia de convertirse en un Estado Frágil o un Estado Fuerte.

                     

Para el año 2014, Guatemala obtiene una puntuación de 80.3 y se ubica en la clasificación de ‘Muy Alto Riesgo’. Esa clasificación la comparte con Colombia, los únicos dos países de América Latina en esa clasificación. Otros Estados en esa clasificación son Sierra Leona, República del Congo, Líbano y Angola, entre otros.

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Para el analista Roberto Wagner, estas mediciones afectan al Gobierno y sus instituciones.Este Índice de Estados Frágiles implica una serie de indicadores que determinan si se avanzó en un año, o que tan estable o inestable es un Gobierno, dice. Según Wagner, uno de los aspectos que se ven afectados es la inversión, porque muchosse basan en informes como éste para decidir si invertirán en determinado país.El resultado es como decir: “dime cómo estás y te diré quién invertirá en tu país”. Muchos Gobiernos dicen estar en desacuerdo con elinforme, o que los datos no coinciden, pero internacionalmente la mayoría de datosson oficiales, de los mismos Gobiernos, indica el analista. Al mismo tiempo hace una reflexión en relación al índice social: ‘no me extrañaría que el otroaño baje más puntos, ya que estamos en el último escalón, en riesgo ‘muy alto’ y pasaríamosa un ‘alerta’; un problema sería la situación del incremento  de los migrantes, sobre todo niños’, enfatiza Wagner.Ejemplifica que en el aspecto político, con figuras en el país como la CICIG, hasta cierto punto es un aspecto negativo a loexterno, porque las cosas en relación a los aparatos clandestinos no manifiestan un gran avance, concluye Wagner. 

Para la Fundación para el Desarrollo (FUNDESA), para que el país avance y el Estado de Derecho se fortalezca deben mejorarse los siguientes aspectos: liderazgo político (combatir la corrupción y sanear las finanzas), fuerzas de seguridad (fortalecer a la policía, trabajo conjunto con el Ejército, recuperar la confianza), sistema judicial (mejorar eficiencia, profesionalización, incentivos y evaluación a jueces), cultura política (erradicar la mediocridad en el Organismo Judicial), modernización Institucional (acortar la burocracia, mejorar operatividad), gobernabilidad (trabajo conjunto entre poderes del Estado), partidos políticos (que trabajen por el bien del país). Estas recomendaciones engloban componentes importantes para el mejoramiento del país en el tema de la fundación de un estado fuerte y lo que esto implica. Representan áreas que deben ser abordadas de manera eficiente y que deben considerarse parte de la agenda nacional.

¿Un estado frágil? 

El concepto de “estado fallido” o “estados frágiles” no tiene una definición universal y su debate aún es inconcluso. Sin embargo, muchos países son incluidos en índices de esta naturaleza por centros de pensamiento u organizaciones que radican en países que han reconocido en la existencia de éstos una amenaza a su seguridad nacional. Los críticos al índice de Estados Fallidos de Found for Peace argumentan que el concepto no es universalmente reconocido ni existe una definición universal del mismo. Además, se señalan vacíos en la medición cuantitativa, ya que se agrupan Estados ‘intermedios’, que no son considerados exitosos ni fallidos. También existen dudas en cuanto a la manera de tabulación de las variables y la objetividad en su valoración; particularmente se señala que la conceptualización de los indicadores es vaga y con ambigüedades.
Para autores como el reconocido Noam Chomsky, el término estado fallido ha sido utilizado por Gobiernos como el de Estados Unidos de América para centrar esfuerzos contra Estados cuyas políticas no se acoplan a la visión del país del Norte. En su Estrategia de Seguridad Nacional, en el año posterior a los ataques del 11S, Estados Unidos incluye a los “Estados frágiles” como una amenaza fundamental para la seguridad nacional norteamericana. 
Algunas definiciones hacen referencia al funcionamiento del Estado y pretenden medir su capacidad de desempeño en áreas como seguridad, política, estado de derecho y bienestar social, entre otros. En ese sentido, países como Afganistán, Irak, Somalia, Yemen y Haití han sido considerados como fallidos por algunos de esos índices. Incluso, México en el año 2009, generó un profundo debate internacional al conocerse que corría el riesgo de convertirse en un estado fallido debido a la ola de violencia que azotaba su nación. El Presidente en ese entonces, Felipe Calderón, se apresuró a aclarar que “no había perdido (el control) de ninguna parte, ni una sola parte, del territorio mexicano” por la violencia relacionada con el crimen organizado. 
Otro elemento de atención en índices como el de Estado fallido tiene relación con la soberanía de los Estados. La justificación de la “intervención” extranjera en aquellos países frágiles, o que son considerados incapaces de cumplir con sus responsabilidades básicas, parece subyacer atrás de conceptos como el del índice en cuestión.