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Vislumbran panorama desalentador para la CGC

Eder Juarez
14 de enero, 2015

La importancia de la figura del Contralor General de Cuentas radica en que debe prevenir, combatir y denunciar penalmente la corrupción, uno de los problemas que no permiten a Guatemala avanzar hacia el desarrollo. Entre el 25% y el 30% del presupuesto anual destinado para inversión pública se pierde por prácticas corruptas, según Acción Ciudadana (AC).

La Comisión de Postulación para Contralor General presentó una nómina de seis candidatos al Congreso de la República, la cual está conformada por Carlos Humberto Echeverría, Carlos Mencos, excontralor General, Sergio Oswaldo Pérez, actual subcontralor, César Armando Elías, Thelma Girón, y Hugo Ovidio Chacón. Sin embargo, ha sido una lista criticada por varias organizaciones, pues a criterio de las mismas hay personas que han estado al frente de la institución pero su legado es cero, además de no haber hecho una lucha frontal en contra  de la corrupción.

Sin cambios

Marielos Fuentes, de Guatemala Visible, indica que dentro de los aspirantes no hay ninguno que llene con gran satisfacción el perfil idóneo; sin embargo, como sucede con otros cargos de elección de esa naturaleza, la Comisión elige a las personas que más les convienen por distintos intereses, puntualiza, lo que debilita la institución.

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“Esto nos llevó a una lista que no tiene a las personalidades idóneas, porque hay personas que tienen cierta experiencia en la Contraloría, pero no fue una experiencia que destacó por su lucha frontal contra la corrupción o por los resultados positivos que tuvo en el combate a este flagelo”. Fuentes hace ver que la Contraloría es la única institución del estado que tendría la facultad de poder hacer esa fiscalización de una manera correcta, así que concretamente no se espera un trabajo brillante de ninguno de los que conforma la lista señala la activista.

Por su parte Marvin Flores, de Acción Ciudadana, dice que todo el proceso de elección a Contralor es un proceso totalmente obsoleto, al igual que el tema de las Cortes de Apelaciones y Suprema de Justicia, que también fue un proceso evidentemente débil. Por lo que No se puede esperar nada diferente, lo que se reflejaría es un proceso de continuidad donde prácticamente el máximo ente contralor del Estado del gasto público y de inversión, esté al servicio de los intereses particulares y no al servicio de la transparencia y la lucha contra la corrupción. Según Flores  es lamentablemente porque no se esperan mayores avances en la entidad por cualquiera de los candidatos que llegara a quedar, “no hay nada diferente de los que están propuestos, porque a la larga responden a intereses”, puntualiza.

Independencia para fortalecer institución

Según Flores, para que se fortalezca la institución, hay varios mecanismos, como la reforma a la Ley Orgánica de la Contraloría, con el objetivo de darle más fuerza y mayores herramientas; pero en lo que se ha insistido es el fortalecimiento de la subcontraloría de probidad. Hay dos subcontralorías, la de calidad del gasto público, que hace las auditorias municipales e institucionalidades, y por otro lado la subcontraloría de probidad una de las más débiles, porque  no tiene realmente un peso que debe tener en el control del delito como el enriquecimiento ilícito, que es algo para lo cual debe servir la declaración patrimonial.

Por su lado Fuentes, indica que la institución se fortalece cuando se cuenta con un Estado de Derecho, que tenga instituciones independientes, algo que sería idóneo para el país, si efectivamente se tuvieran la independencia de los tres poderes del Estado, que velen por el interés de los guatemaltecos y no de sus partidos políticos o de su grupo afín. Sin embargo esto no sucede cuando la Contraloría pretende hacer cambios por ejemplo a su Ley Orgánica para poner más de dientes,  porque se tiene a congresistas que se oponen o que han negociado para colocar al contralor junto con el Ejecutivo, que al final terminan siendo una sociedad entre los tres, “cubriendo los intereses propios y no atacando el problema principal”, dice Fuentes.

La activista esta convencida que “la Contraloría debe ser en primer lugar un ente independiente y no debería de tener ningún obstáculo para llevar a cabo esta labor para la que fue creada”. Fuentes insiste, que mientras el Contralor no tenga ningún vínculo, podrá ejecutar una tarea mejor de la que se ha hecho hasta la fecha.

Deben hacerse cosas diferentes

De acuerdo con la diputada Nineth Montenegro, de Encuentro por Guatemala, el Contralor debió haber sido elegido desde octubre del año pasado, sin embargo el proceso de selección ha sido por demás retardado, aunque se esperaría que se elija con algún criterio objetivo, de capacidades, de idoneidad y no porque vayan a respaldar o cubrir las espaldas a determinados partidos políticos, tanto los que creen que van a llegar como los que están por salir, dice la legisladora.

Una preocupación sería que se elija a una persona en reuniones de las bancadas mayoritarias, que han sido por demás fuera de lugar, porque  no ha sido en el Congreso de la República y no se han buscado los consensos en la instancia de jefes de bloque, por lo que se ha hecho en espacios ajenos para la institucionalidad, dice Montenegro. Hace ver que eso ya pone en duda que negociaciones se han hecho previas para que la persona llegue a ser el nuevo Contralor de Cuentas.

Hay que recordar que la Contraloría es la única que fiscaliza las políticas públicas, la fase de ejecución del presupuesto y puede detectar algunas anomalías, pero ha sido demasiado complaciente en los últimos años, señala la diputada de Encuentro por Guatemala..

Además refiere que hay denuncias de enriquecimiento ilícito,  malversación de fondos, que  llevan 17 años de estar en la palestra y a pesar de que se ha hecho la denuncia por parte de la Contraloría, no se le da seguimiento y  el Ministerio Público simplemente los archiva. Según la parlamentaria, hay casos extremos de alcaldes denunciados que simplemente han sido archivados y hasta se podían postular a un cargo de elección popular y continuar, otros se han ido del país, algo lamentable. “No dudo que esto vaya a seguir ocurriendo por la forma oscura en la que se está decidiendo entre los favoritos a Contralor General“.

Según la diputada, el fortalecimiento de la Contraloría General de Cuentas es un tema muy complejo, “creo que se necesita de una refundación profunda del sistema político, que en este momento es difícil dada la circunstancias, pero por lo menos estar atentos los partidos políticos y la sociedad civil para fiscalizar y saber porque se elige a esta o a otra persona y saber cuáles son los compromisos que lleva”. Montenegro indica que en la actualidad eso se puede observar con el subcontralor del gasto público, que nunca ha reparado sobre la inoperancia de las políticas públicas de salud, educación.

Coinciden que este momento es difícil hablar de una reforma a la Ley Orgánica de la Contraloría, para darle mayor fuerza coercitiva porque se está a pocos meses de la contienda electoral y a 11 meses que esta legislatura termine.

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Eder Juarez
14 de enero, 2015

La importancia de la figura del Contralor General de Cuentas radica en que debe prevenir, combatir y denunciar penalmente la corrupción, uno de los problemas que no permiten a Guatemala avanzar hacia el desarrollo. Entre el 25% y el 30% del presupuesto anual destinado para inversión pública se pierde por prácticas corruptas, según Acción Ciudadana (AC).

La Comisión de Postulación para Contralor General presentó una nómina de seis candidatos al Congreso de la República, la cual está conformada por Carlos Humberto Echeverría, Carlos Mencos, excontralor General, Sergio Oswaldo Pérez, actual subcontralor, César Armando Elías, Thelma Girón, y Hugo Ovidio Chacón. Sin embargo, ha sido una lista criticada por varias organizaciones, pues a criterio de las mismas hay personas que han estado al frente de la institución pero su legado es cero, además de no haber hecho una lucha frontal en contra  de la corrupción.

Sin cambios

Marielos Fuentes, de Guatemala Visible, indica que dentro de los aspirantes no hay ninguno que llene con gran satisfacción el perfil idóneo; sin embargo, como sucede con otros cargos de elección de esa naturaleza, la Comisión elige a las personas que más les convienen por distintos intereses, puntualiza, lo que debilita la institución.

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“Esto nos llevó a una lista que no tiene a las personalidades idóneas, porque hay personas que tienen cierta experiencia en la Contraloría, pero no fue una experiencia que destacó por su lucha frontal contra la corrupción o por los resultados positivos que tuvo en el combate a este flagelo”. Fuentes hace ver que la Contraloría es la única institución del estado que tendría la facultad de poder hacer esa fiscalización de una manera correcta, así que concretamente no se espera un trabajo brillante de ninguno de los que conforma la lista señala la activista.

Por su parte Marvin Flores, de Acción Ciudadana, dice que todo el proceso de elección a Contralor es un proceso totalmente obsoleto, al igual que el tema de las Cortes de Apelaciones y Suprema de Justicia, que también fue un proceso evidentemente débil. Por lo que No se puede esperar nada diferente, lo que se reflejaría es un proceso de continuidad donde prácticamente el máximo ente contralor del Estado del gasto público y de inversión, esté al servicio de los intereses particulares y no al servicio de la transparencia y la lucha contra la corrupción. Según Flores  es lamentablemente porque no se esperan mayores avances en la entidad por cualquiera de los candidatos que llegara a quedar, “no hay nada diferente de los que están propuestos, porque a la larga responden a intereses”, puntualiza.

Independencia para fortalecer institución

Según Flores, para que se fortalezca la institución, hay varios mecanismos, como la reforma a la Ley Orgánica de la Contraloría, con el objetivo de darle más fuerza y mayores herramientas; pero en lo que se ha insistido es el fortalecimiento de la subcontraloría de probidad. Hay dos subcontralorías, la de calidad del gasto público, que hace las auditorias municipales e institucionalidades, y por otro lado la subcontraloría de probidad una de las más débiles, porque  no tiene realmente un peso que debe tener en el control del delito como el enriquecimiento ilícito, que es algo para lo cual debe servir la declaración patrimonial.

Por su lado Fuentes, indica que la institución se fortalece cuando se cuenta con un Estado de Derecho, que tenga instituciones independientes, algo que sería idóneo para el país, si efectivamente se tuvieran la independencia de los tres poderes del Estado, que velen por el interés de los guatemaltecos y no de sus partidos políticos o de su grupo afín. Sin embargo esto no sucede cuando la Contraloría pretende hacer cambios por ejemplo a su Ley Orgánica para poner más de dientes,  porque se tiene a congresistas que se oponen o que han negociado para colocar al contralor junto con el Ejecutivo, que al final terminan siendo una sociedad entre los tres, “cubriendo los intereses propios y no atacando el problema principal”, dice Fuentes.

La activista esta convencida que “la Contraloría debe ser en primer lugar un ente independiente y no debería de tener ningún obstáculo para llevar a cabo esta labor para la que fue creada”. Fuentes insiste, que mientras el Contralor no tenga ningún vínculo, podrá ejecutar una tarea mejor de la que se ha hecho hasta la fecha.

Deben hacerse cosas diferentes

De acuerdo con la diputada Nineth Montenegro, de Encuentro por Guatemala, el Contralor debió haber sido elegido desde octubre del año pasado, sin embargo el proceso de selección ha sido por demás retardado, aunque se esperaría que se elija con algún criterio objetivo, de capacidades, de idoneidad y no porque vayan a respaldar o cubrir las espaldas a determinados partidos políticos, tanto los que creen que van a llegar como los que están por salir, dice la legisladora.

Una preocupación sería que se elija a una persona en reuniones de las bancadas mayoritarias, que han sido por demás fuera de lugar, porque  no ha sido en el Congreso de la República y no se han buscado los consensos en la instancia de jefes de bloque, por lo que se ha hecho en espacios ajenos para la institucionalidad, dice Montenegro. Hace ver que eso ya pone en duda que negociaciones se han hecho previas para que la persona llegue a ser el nuevo Contralor de Cuentas.

Hay que recordar que la Contraloría es la única que fiscaliza las políticas públicas, la fase de ejecución del presupuesto y puede detectar algunas anomalías, pero ha sido demasiado complaciente en los últimos años, señala la diputada de Encuentro por Guatemala..

Además refiere que hay denuncias de enriquecimiento ilícito,  malversación de fondos, que  llevan 17 años de estar en la palestra y a pesar de que se ha hecho la denuncia por parte de la Contraloría, no se le da seguimiento y  el Ministerio Público simplemente los archiva. Según la parlamentaria, hay casos extremos de alcaldes denunciados que simplemente han sido archivados y hasta se podían postular a un cargo de elección popular y continuar, otros se han ido del país, algo lamentable. “No dudo que esto vaya a seguir ocurriendo por la forma oscura en la que se está decidiendo entre los favoritos a Contralor General“.

Según la diputada, el fortalecimiento de la Contraloría General de Cuentas es un tema muy complejo, “creo que se necesita de una refundación profunda del sistema político, que en este momento es difícil dada la circunstancias, pero por lo menos estar atentos los partidos políticos y la sociedad civil para fiscalizar y saber porque se elige a esta o a otra persona y saber cuáles son los compromisos que lleva”. Montenegro indica que en la actualidad eso se puede observar con el subcontralor del gasto público, que nunca ha reparado sobre la inoperancia de las políticas públicas de salud, educación.

Coinciden que este momento es difícil hablar de una reforma a la Ley Orgánica de la Contraloría, para darle mayor fuerza coercitiva porque se está a pocos meses de la contienda electoral y a 11 meses que esta legislatura termine.