Ingresar al Hospital San Juan de Dios en día de visita es un procedimiento catalogado por muchos como fácil. Se ingresa por la 9a. calle A y los controles en la entrada recaen en dos personas de seguridad.
No hay registro de bolsas o enseres en muchas ocasiones y en las rampas que llevan al segundo nivel, por lo regular hay paso libre y hay personas pidiendo ayuda para comprar medicinas.
En el segundo y cuarto nivel, lugares en donde están las camas de recuperación, por lo regular se ven custodios del sistema penitenciario al resguardo de algunas áreas en donde se recuperan personas que son trasladados desde los centros penitenciarios.
El personal del hospital está integrado por enfermeras, asistentes y médicos debidamente identificados, con gafetes a la vista de pacientes. A los visitantes no se les solicita identificación en ningún momento.
En algunas áreas se observa grupos que acuden y oran por los pacientes. Por lo regular, el calor sofoca a los visitantes y como pueden, tratan de darse aire pese a lo cercanas que están las camas.
Familiares de personas que han sido atendidas en el San Juan de Dios los últimos días, describen que ven mejoras en la atención, el personal es más amable y las instalaciones son limpias, sin embargo, se sienten intimidados por custodios o presuntos pandilleros.
- Vea también: Asesinan a quemarropa a relacionista del Hospital SJD
Lucrecia Hernández Mack, ministra de Salud, acudió este domingo en horas de la mañana con representantes del Ministerio de Gobernación, para dar seguimiento a la situación luego del asesinato de la portavoz de dicho centro asistencial Ana Guerra Olmedo, ocurrido el viernes último.
La funcionaria informó que pidieron apoyo a la Policía Nacional Civil (PNC) para reformar la seguridad perimetral del hospital y que buscan otros espacios para atender a los reos que acuden por tratamiento o cirugías al San Juan de Dios o reducir la cantidad de salidas de estos.
Las autoridades de Gobernación también plantearon la necesidad de instalar clínicas en algunos centros de reclusión, como Pavoncito.
Ingresar al Hospital San Juan de Dios en día de visita es un procedimiento catalogado por muchos como fácil. Se ingresa por la 9a. calle A y los controles en la entrada recaen en dos personas de seguridad.
No hay registro de bolsas o enseres en muchas ocasiones y en las rampas que llevan al segundo nivel, por lo regular hay paso libre y hay personas pidiendo ayuda para comprar medicinas.
En el segundo y cuarto nivel, lugares en donde están las camas de recuperación, por lo regular se ven custodios del sistema penitenciario al resguardo de algunas áreas en donde se recuperan personas que son trasladados desde los centros penitenciarios.
El personal del hospital está integrado por enfermeras, asistentes y médicos debidamente identificados, con gafetes a la vista de pacientes. A los visitantes no se les solicita identificación en ningún momento.
En algunas áreas se observa grupos que acuden y oran por los pacientes. Por lo regular, el calor sofoca a los visitantes y como pueden, tratan de darse aire pese a lo cercanas que están las camas.
Familiares de personas que han sido atendidas en el San Juan de Dios los últimos días, describen que ven mejoras en la atención, el personal es más amable y las instalaciones son limpias, sin embargo, se sienten intimidados por custodios o presuntos pandilleros.
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Lucrecia Hernández Mack, ministra de Salud, acudió este domingo en horas de la mañana con representantes del Ministerio de Gobernación, para dar seguimiento a la situación luego del asesinato de la portavoz de dicho centro asistencial Ana Guerra Olmedo, ocurrido el viernes último.
La funcionaria informó que pidieron apoyo a la Policía Nacional Civil (PNC) para reformar la seguridad perimetral del hospital y que buscan otros espacios para atender a los reos que acuden por tratamiento o cirugías al San Juan de Dios o reducir la cantidad de salidas de estos.
Las autoridades de Gobernación también plantearon la necesidad de instalar clínicas en algunos centros de reclusión, como Pavoncito.