Giammattei al Ejército: "No vamos a bajar la cabeza ante nadie y haremos que respeten a este país"
El presidente Alejandro Giammattei conmemoró los 171 años de la Batalla de la Arada y el Día de las Fuerzas de Tierra, con un mensaje de unidad al Ejercito y a no permitir imposiciones ideológicas.
Con un llamado a la unidad al Ejército y "a no bajar la cabeza ante nadie y hacer que respeten al país", el presidente Alejandro Giammattei conmemoró los 171 años de la Batalla de la Arada y el Día de las Fuerzas de Tierra.
"Hay naciones que se enfrentan por el control geopolítico y nosotros estamos inmersos en esa batalla ideológica. Hago un llamado a mantener la paz, gobernabilidad y democracia. Que no vengan a imponernos ideologías que son extraños, que no vengan a decirnos qué debemos hacer", dijo durante su discurso.
A la vez que prometió fortalecer la movilidad terrestre de las fuerzas castrenses en los dos años que restan de su Gobierno. Además, comentó que era el responsable de que la soberanía sea un hecho practique todos los días.
Deberías leer: Congreso aprueba ley que castiga a los "coyotes"
Según el mandatario, "la soberanía es hoy violada por el crimen transnacional, los traficantes de personas (coyotes)", pero también por imposiciones de naciones, las cuales rechazó categóricamente.
"Están a punto (soldados) de entrar no en la batalla de la Arada sino a la de la paz y preservación de la democracia", aseveró, sin dejar de reconocer las "acciones equivocadas de algunos miembros del Ejército".
La conmemoración
La Batalla de la Arada se libró el 2 de febrero de 1851 cerca de la ciudad de Chiquimula, Guatemala. El enfrentamiento fue entre las fuerzas de Guatemala y un ejército aliado de Honduras y El Salvador, según el portal de la Agencia de Noticias de Guatemala. (AGN).
El enfrentamiento fue parte de la guerra entre el Gobierno conservador de Guatemala y la coalición liberal de El Salvador y Honduras. Fue la amenaza más evidente para Guatemala de perder su soberanía.
La batalla significó la hegemonía de Guatemala en Centroamérica y aseguró el clima para una época de restauración y recuperación económica, así como el inicio del gobierno vitalicio de Rafael Carrera.
Giammattei al Ejército: "No vamos a bajar la cabeza ante nadie y haremos que respeten a este país"
El presidente Alejandro Giammattei conmemoró los 171 años de la Batalla de la Arada y el Día de las Fuerzas de Tierra, con un mensaje de unidad al Ejercito y a no permitir imposiciones ideológicas.
Con un llamado a la unidad al Ejército y "a no bajar la cabeza ante nadie y hacer que respeten al país", el presidente Alejandro Giammattei conmemoró los 171 años de la Batalla de la Arada y el Día de las Fuerzas de Tierra.
"Hay naciones que se enfrentan por el control geopolítico y nosotros estamos inmersos en esa batalla ideológica. Hago un llamado a mantener la paz, gobernabilidad y democracia. Que no vengan a imponernos ideologías que son extraños, que no vengan a decirnos qué debemos hacer", dijo durante su discurso.
A la vez que prometió fortalecer la movilidad terrestre de las fuerzas castrenses en los dos años que restan de su Gobierno. Además, comentó que era el responsable de que la soberanía sea un hecho practique todos los días.
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Según el mandatario, "la soberanía es hoy violada por el crimen transnacional, los traficantes de personas (coyotes)", pero también por imposiciones de naciones, las cuales rechazó categóricamente.
"Están a punto (soldados) de entrar no en la batalla de la Arada sino a la de la paz y preservación de la democracia", aseveró, sin dejar de reconocer las "acciones equivocadas de algunos miembros del Ejército".
La conmemoración
La Batalla de la Arada se libró el 2 de febrero de 1851 cerca de la ciudad de Chiquimula, Guatemala. El enfrentamiento fue entre las fuerzas de Guatemala y un ejército aliado de Honduras y El Salvador, según el portal de la Agencia de Noticias de Guatemala. (AGN).
El enfrentamiento fue parte de la guerra entre el Gobierno conservador de Guatemala y la coalición liberal de El Salvador y Honduras. Fue la amenaza más evidente para Guatemala de perder su soberanía.
La batalla significó la hegemonía de Guatemala en Centroamérica y aseguró el clima para una época de restauración y recuperación económica, así como el inicio del gobierno vitalicio de Rafael Carrera.