La relación diplomática de Guatemala con Colombia vive un momento de tensión luego que el Ministerio Público (MP) anunció emprender acciones legales contra el ministro de Defensa colombiano, Iván Velásquez, por su trabajo como titular de la desaparecida Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig). 

Ambos países llamaron a consulta sus respectivos embajadores, lo que a decir del catedrático y analista político, Roberto Wagner, "se trata de un proceso normal cuando se da una situación que se considera preocupante, de molestia o que infringe los derechos de un connacional en otro país". 

"Pero cuánto tiempo el embajador permanezca en consulta y sin emitir ninguna postura, se entendería como un asunto de no gravedad, aunque sí con implicaciones negativas en las relaciones bilaterales y multilaterales ante otros organismos internacionales cuando se aborde el tema", dice el experto. 

"En estos asuntos la frialdad debe prevalecer", afirma Wagner, lo que a su consideración no ocurre desde el momento en que los presidentes de ambos países emiten discursos políticos.

Petro advirtió el lunes 16 de enero que "si Guatemala insiste en apresar hombres justos, pues nosotros nada tenemos que hacer con Guatemala". Mientras que Alejandro Giammattei respondió "voy a dejar que el presidente Petro siga cometiendo el error de un guerrillero, pero que es poco político".

De lo anterior, Wagner comenta que la situación "está en el rango de lo diplomático, pero se ha vuelto mediático por las desafortunadas declaraciones de ambos mandatarios con o sin previa consulta a los cancilleres", agrega Wagner. 

¿Hasta dónde podría escalar?

De los dimes y diretes Wagner agrega "son berrinches de dos presidentes que desconocen de estos procesos, por lo que dependerá en gran parte de los asesores de los presidentes y las respectivas Cancillerías, de qué tanto el tema puede escalar o congelarse". 

Los panoramas que plantea Wagner es que si el tiempo transcurre sin una solución podría derivar en un enfriamiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

También podría llevar a una revisión de las relaciones políticas en temas de cooperación internacional: turismo, defensa seguridad, cultura, etc.... Es decir, "un efecto bola de nieve donde la peor que podría ocurrir es la suspensión de las relaciones diplomáticas quedándose ambos países únicamente con una oficina consular", añade.

El punto extremo sería el rompimiento de las relaciones comerciales, lo cual el experto considera lejano tomando en cuenta casos de fricción más severos en América Latina donde la decisión no ha ocurrido.

Wagner da como ejemplo la invasión militar que hizo Colombia en 2008 a un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador, que llevó a un rompimiento de las relaciones diplomáticas, pero que dos años después se retomaron. 

"Lo más probable es que Guatemala tenga una relación bilateral fría por semanas o meses", puntualiza Wagner, no sin antes nuevamente lamentar la reacción de ambas partes y la mancha que dejan las declaraciones políticas".