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MP pide juicio para pandilleros por ordenar 250 crímenes desde la cárcel.

Redacción
26 de diciembre, 2013

La solicitud del  Ministerio Público fue ante el Juzgado Primero A de Mayor Riesgo. Las investigaciones vinculan a los pandilleros de ordenar la muerte de custodios del Sistema Penitenciario, pilotos del transporte público, comerciantes y empresarios por negarse a pagar la extorsión entre los años 2010 y 2012.  .

Las pesquisas del MP revelaron que desde la cárcel El Boquerón, ubicada en Santa Rosa, se formó un Consejo de Nueve, estos cabecillas que tenía el control de la pandilla a escala nacional. Se estableció la identidad de los pandilleros a través de escuchas telefónicas, colaboradores eficaces, testimonios de ex pandilleros y testigos protegidos.  
Se logró establecer que las órdenes venía de arriba hacia bajó, las cuales eran discutidas por estos  delincuentes que guardan prisión y que se dedican al secuestro y el asesinato por encargo. 
Sus operaciones eran de tal magnitud, debido a su capacidad y logística empleada, que usaban a sus visitas, familiares y hasta abogados para mandar sus órdenes a quienes deberían ejecutar, ya sea cobrar rescates o pago por seguridad. Entendidos de matar a quienes se negaran al pago solicitado.

MP pide juicio para pandilleros por ordenar 250 crímenes desde la cárcel.

Redacción
26 de diciembre, 2013

La solicitud del  Ministerio Público fue ante el Juzgado Primero A de Mayor Riesgo. Las investigaciones vinculan a los pandilleros de ordenar la muerte de custodios del Sistema Penitenciario, pilotos del transporte público, comerciantes y empresarios por negarse a pagar la extorsión entre los años 2010 y 2012.  .

Las pesquisas del MP revelaron que desde la cárcel El Boquerón, ubicada en Santa Rosa, se formó un Consejo de Nueve, estos cabecillas que tenía el control de la pandilla a escala nacional. Se estableció la identidad de los pandilleros a través de escuchas telefónicas, colaboradores eficaces, testimonios de ex pandilleros y testigos protegidos.  
Se logró establecer que las órdenes venía de arriba hacia bajó, las cuales eran discutidas por estos  delincuentes que guardan prisión y que se dedican al secuestro y el asesinato por encargo. 
Sus operaciones eran de tal magnitud, debido a su capacidad y logística empleada, que usaban a sus visitas, familiares y hasta abogados para mandar sus órdenes a quienes deberían ejecutar, ya sea cobrar rescates o pago por seguridad. Entendidos de matar a quienes se negaran al pago solicitado.