La menor Dulce Raquel Velásquez Lara fue secuestrada el 25 de septiembre
por los guardianes del centro educativo, Edwin Haroldo Vanegas Castañeda, de 53
años, y Debia Patricia Pensamiento Hernández, de 45.
La pareja de secuestradores exigía a la familia
de la víctima Q100 mil en efectivo a cambio de la vida de la niña. Vanegas
admite al momento de su captura que se inspiró en una película para
cometer el crimen. En torre de tribunales confesó que mató a la menor y exigía el rescate porque tenía una deuda de Q50 mil. Mientras que Pensamiento Hernández, por motivo de salud, fue trasladada
al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) de zona 6.
La comisaría de la policía dedicada a impedir
secuestros logró ubicar el cuerpo de la niña luego de identificar dónde se encontraba a través de las llamadas que recibió la familia. Estas provenían del centro
estudiantil, desde el celular de uno de los capturados.
De la mano de las investigaciones, la policía
determinó que el conserje raptó a la niña en el momento en que iba a salir de
la escuela y le pidió que lo acompañara a un cuarto para darle unas libras de
azúcar para su padre.
Cuando se encontraron a solas, la ató de manos
y pies, le cubrió la boca con una mordaza y la encerró. Luego la menor se soltó
del amarre e intentó huir, pero cuando Edwin Vanegas la alcanzó, la golpeó y la
estranguló. El conserje decidió enterrarla en la misma escuela sin ropa, la que tiró en un basurero de la zona 8 de la capital, según se informó.
La escuela fue clausurada
para salvaguardar la vida de los demás estudiantes.
La menor Dulce Raquel Velásquez Lara fue secuestrada el 25 de septiembre
por los guardianes del centro educativo, Edwin Haroldo Vanegas Castañeda, de 53
años, y Debia Patricia Pensamiento Hernández, de 45.
La pareja de secuestradores exigía a la familia
de la víctima Q100 mil en efectivo a cambio de la vida de la niña. Vanegas
admite al momento de su captura que se inspiró en una película para
cometer el crimen. En torre de tribunales confesó que mató a la menor y exigía el rescate porque tenía una deuda de Q50 mil. Mientras que Pensamiento Hernández, por motivo de salud, fue trasladada
al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) de zona 6.
La comisaría de la policía dedicada a impedir
secuestros logró ubicar el cuerpo de la niña luego de identificar dónde se encontraba a través de las llamadas que recibió la familia. Estas provenían del centro
estudiantil, desde el celular de uno de los capturados.
De la mano de las investigaciones, la policía
determinó que el conserje raptó a la niña en el momento en que iba a salir de
la escuela y le pidió que lo acompañara a un cuarto para darle unas libras de
azúcar para su padre.
Cuando se encontraron a solas, la ató de manos
y pies, le cubrió la boca con una mordaza y la encerró. Luego la menor se soltó
del amarre e intentó huir, pero cuando Edwin Vanegas la alcanzó, la golpeó y la
estranguló. El conserje decidió enterrarla en la misma escuela sin ropa, la que tiró en un basurero de la zona 8 de la capital, según se informó.
La escuela fue clausurada
para salvaguardar la vida de los demás estudiantes.