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Persiste la tensión en San Mateo Ixtatán

Redacción República
12 de mayo, 2014

Una semana después de la destrucción del campamento de la hidroeléctrica el Pajom II, ubicada en San Mateo Ixtatan, Huehuetenango, que dejaron pérdidas estimadas en 5 millones de dólares (unos 40 millones de quetzales), prevalece la tensión y el temor entre las 23 comunidades que apoyan el proyecto. 

Vecinos de esas comunidades, que pidieron ser no identificados, denunciaron que desconocidos de municipios aledaños han amenazado con quemar sus viviendas si siguen apoyando el proyecto hidroeléctrico y los exhortan a oponerse. 
En la madrugada del pasado 5 de mayo, hombres armados con gorros montañas incursionaron en el campamento de la empresa Promoción y Desarrollo Hídricos (PDH) y destruyeron la maquinaria que servía para construir la hidroeléctrica. 
Aunque el área de San Mateo Ixtatán se encuentra en una relativa calma, existe el temor entre los pobladores de que suceda lo mismo que ocurrió hace dos años en Santa Cruz Barillas, a pesar que se ha instalado en el lugar un destacamento militar. 
Proceso de 4 años 
Maricruz Villatoro, gestora social de la empresa PDH, explico que lograr el apoyo de las  comunidades alrededor del proyecto hidroeléctrico les llevó cuatro años.
 Una comisión integrada con sectores de la sociedad civil del municipio realizó visitas a varias hidroeléctricas. Al final, la comisión rindió un informe que concluía que estos proyectos no contaminaban ni reducían el caudal de los ríos. 
A partir de este informe se logró que los pobladores se involucraran en proyectos de apoyo comunitario como salud y educación y se logró convivir con las comunidades a través de programas de intereses compartidos, explica Rodrigo Rodas, ejecutivo de Pajom II. 
El proyecto hidroeléctrico busca generar 20 megavatios de energía eléctrica y se ubica a dos horas y media del municipio de San Mateo Ixtatán sobre el río Pajom, cerca de la frontera con México. 

 El apoyo de las 23 comunidades dio lugar a una alianza de apoyo inteligente con la empresa Promoción y Desarrollo Hídricos y, así se le dio luz verde al proyecto a través de un proceso similar a la consulta comunitaria. Incluso la empresa compró las tierras en donde se construirá la hidroeléctrica. Este proceso logró también el apoyo de la comuna de San Mateo Ixtatán y su corporación que incluso otorgó una autorización municipal. 
Sin embargo, la mancomunidad de alcaldes de otros municipios cercanos a San Mateo Ixtatán se opone a la hidroeléctrica. Incluso se ha llegado a formar un Gobierno pluricultural integrado por pobladores de la etnia Akateca, Chuj, Q´anjobal, Popti´ y Mestiza que ha solicitado al Gobierno la suspensión de las actividades hidroeléctricas en ese lugar. 
Codeca sale a las calles 
El Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) salió a manifestar este lunes para reiterar la exigencia al Gobierno de nacionalizar la energía eléctrica. A decir de Mauro Vay, dirigente de Codeca, las caminatas se realizaron en 20 departamentos. 
 Una de las protestas se realizó en Huehuetenango donde se reporta más conflictividad social. La Policía Nacional Civil mandó al lugar un pelotón antimotines en prevención de disturbios para evitar que se repitan hechos como los sucedidos la semana pasada en San Mateo Ixtatán cuando hombres armados destruyeron el campamento de una hidroeléctrica.
 En Zacapa, un grupo de campesinos también participó en una manifestación que recorrió la calle principal de esa cabecera, hicieron un plantón en el Ministerio Publico, donde gritaron consignas para que el Gobierno nacionalice la energía eléctrica y entregaron un documento en la Gobernación Departamental. 
 Codeca impulsa desde hace seis años un movimiento que promueve el robo de energía eléctrica en varios departamentos y, según Energuate, engaña a los pobladores para que hurten la electricidad directamente de las líneas de distribución y cobran cuotas bajas por el servicio, bajo el paraguas de la nacionalización.

Persiste la tensión en San Mateo Ixtatán

Redacción República
12 de mayo, 2014

Una semana después de la destrucción del campamento de la hidroeléctrica el Pajom II, ubicada en San Mateo Ixtatan, Huehuetenango, que dejaron pérdidas estimadas en 5 millones de dólares (unos 40 millones de quetzales), prevalece la tensión y el temor entre las 23 comunidades que apoyan el proyecto. 

Vecinos de esas comunidades, que pidieron ser no identificados, denunciaron que desconocidos de municipios aledaños han amenazado con quemar sus viviendas si siguen apoyando el proyecto hidroeléctrico y los exhortan a oponerse. 
En la madrugada del pasado 5 de mayo, hombres armados con gorros montañas incursionaron en el campamento de la empresa Promoción y Desarrollo Hídricos (PDH) y destruyeron la maquinaria que servía para construir la hidroeléctrica. 
Aunque el área de San Mateo Ixtatán se encuentra en una relativa calma, existe el temor entre los pobladores de que suceda lo mismo que ocurrió hace dos años en Santa Cruz Barillas, a pesar que se ha instalado en el lugar un destacamento militar. 
Proceso de 4 años 
Maricruz Villatoro, gestora social de la empresa PDH, explico que lograr el apoyo de las  comunidades alrededor del proyecto hidroeléctrico les llevó cuatro años.
 Una comisión integrada con sectores de la sociedad civil del municipio realizó visitas a varias hidroeléctricas. Al final, la comisión rindió un informe que concluía que estos proyectos no contaminaban ni reducían el caudal de los ríos. 
A partir de este informe se logró que los pobladores se involucraran en proyectos de apoyo comunitario como salud y educación y se logró convivir con las comunidades a través de programas de intereses compartidos, explica Rodrigo Rodas, ejecutivo de Pajom II. 
El proyecto hidroeléctrico busca generar 20 megavatios de energía eléctrica y se ubica a dos horas y media del municipio de San Mateo Ixtatán sobre el río Pajom, cerca de la frontera con México. 

 El apoyo de las 23 comunidades dio lugar a una alianza de apoyo inteligente con la empresa Promoción y Desarrollo Hídricos y, así se le dio luz verde al proyecto a través de un proceso similar a la consulta comunitaria. Incluso la empresa compró las tierras en donde se construirá la hidroeléctrica. Este proceso logró también el apoyo de la comuna de San Mateo Ixtatán y su corporación que incluso otorgó una autorización municipal. 
Sin embargo, la mancomunidad de alcaldes de otros municipios cercanos a San Mateo Ixtatán se opone a la hidroeléctrica. Incluso se ha llegado a formar un Gobierno pluricultural integrado por pobladores de la etnia Akateca, Chuj, Q´anjobal, Popti´ y Mestiza que ha solicitado al Gobierno la suspensión de las actividades hidroeléctricas en ese lugar. 
Codeca sale a las calles 
El Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) salió a manifestar este lunes para reiterar la exigencia al Gobierno de nacionalizar la energía eléctrica. A decir de Mauro Vay, dirigente de Codeca, las caminatas se realizaron en 20 departamentos. 
 Una de las protestas se realizó en Huehuetenango donde se reporta más conflictividad social. La Policía Nacional Civil mandó al lugar un pelotón antimotines en prevención de disturbios para evitar que se repitan hechos como los sucedidos la semana pasada en San Mateo Ixtatán cuando hombres armados destruyeron el campamento de una hidroeléctrica.
 En Zacapa, un grupo de campesinos también participó en una manifestación que recorrió la calle principal de esa cabecera, hicieron un plantón en el Ministerio Publico, donde gritaron consignas para que el Gobierno nacionalice la energía eléctrica y entregaron un documento en la Gobernación Departamental. 
 Codeca impulsa desde hace seis años un movimiento que promueve el robo de energía eléctrica en varios departamentos y, según Energuate, engaña a los pobladores para que hurten la electricidad directamente de las líneas de distribución y cobran cuotas bajas por el servicio, bajo el paraguas de la nacionalización.