El nombre de Byron Lima despierta distintas pasiones. Mientras unos lo describen como una persona leal, disciplinado y padre amoroso, otros lo recuerdan como la persona condenada por la muerte de Monseñor Juan José Gerardi y por ser el amo y señor de las cárceles del país. Este tema busca describir al hombre que estuvo detrás de ese poder.
De sus hermanos, fue el único que siguió la carrera militar.
Byron Miguel Lima Oliva nació el dos de octubre de 1969 en el seno de una familia católica. Tenía cinco hermanos, dos de ellos de matrimonios anteriores de su papá y mamá. Hace trece años, Byron, supo que tenía otro hermano.
“Su mamá en su lecho de muerte le dijo quién era su papá, no fue difícil creerlo ya que es muy parecido a Byron, solo que más pequeño y desnutrido”, detalla el hermano menor de Lima, Luis.
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De los seis fue el único que siguió la carrera militar. La decisión no sorprendió en la familia ya que su papá y abuelo fueron coroneles del ejército. Luis Lima recuerda que su abuelo fue asesinado por la guerrilla en 1969 en la Calle Martí, el mismo año que nació Byron.
Sus primeros años los cursó en el Colegio Ignacio de Loyola. Luego ingresó en el Instituto Adolfo V. Hall, posteriormente estudió en la Escuela Politécnica. “El siempre fue muy disciplinado….es la cualidad que siempre quiso heredarle a sus hijas y a mi”.
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El liderazgo fue algo que siempre lo caracterizó, así lo recuerda Moisés Galindo, su abogado y quien después de 16 años reconoce que los unió un lazo de amistad. “Era un hombre de palabra y líder innato”. Además menciona su amor por los animales. “Tenía patos, gallos y varios perros”.
Byron Lima tuvo cuatro hijas.
En las constantes visitas que hizo, recuerda el gran amor que siempre profesaba por sus cuatro hijas. Galindo también recuerda que conoció a Lima por una amiga de la infancia que le pidió que lo defendiera.
El capitán retirado dejó cuatro hijas. La mayor de 18 años, otras dos niñas (15 y 11 años) de una relación anterior y una menor de dos años, fruto de su relación con Alejandra Reyes, sindicada en el caso de red de corrupción en el Sistema Penitenciario.
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Aunque nunca imaginó ser encarcelado, llegó a adaptarse de tal manera que logró replicar la disciplina en las cárceles que lo resguardaron, lo que le permitió tejer redes que favorecieron su poderío y su economía personal, según las autoridades del Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
Dos años antes de ir a prisión se convirtió en cristiano-evangélico.
Para su abogado, la mayor preocupación de Lima era mantener el orden, lo que hizo que ofreciera oportunidades de empleo para los privados de libertad.
Galindo recuerda el deseo de su defendido por salir de prisión. Desde ya trabajaba en varios proyectos siendo el más ambicioso: ser Presidente de Guatemala. La idea no le resultaba descabellada, ya que según cuenta, Lima tenía muchos seguidores dentro y fuera de la prisión.
Pero el deseo de Lima se cortó de tajo el pasado 18 de julio, cuando fue asesinado junto a 13 personas. La primera de las hipótesis de las autoridades apunta a que Marvin Montiel alias El Taquero, fue el responsable; sin embargo, su hermano tiene dos versiones: la reapertura del Caso Geradi con un testigo protegido desde Estados Unidos y una reforma al sistema penitenciario en el marco del Plan Alianza para la Prosperidad.
Al final, la esperanza de Luis Lima está en la institución que tanto odió su hermano, la CICIG, para que esclarezca los verdaderos motivos del crimen del hombre que un 3 de septiembre de 2014, fue calificado por el jefe de esa institución, Iván Velásquez, como “la verdadera autoridad” de Presidios.
El nombre de Byron Lima despierta distintas pasiones. Mientras unos lo describen como una persona leal, disciplinado y padre amoroso, otros lo recuerdan como la persona condenada por la muerte de Monseñor Juan José Gerardi y por ser el amo y señor de las cárceles del país. Este tema busca describir al hombre que estuvo detrás de ese poder.
De sus hermanos, fue el único que siguió la carrera militar.
Byron Miguel Lima Oliva nació el dos de octubre de 1969 en el seno de una familia católica. Tenía cinco hermanos, dos de ellos de matrimonios anteriores de su papá y mamá. Hace trece años, Byron, supo que tenía otro hermano.
“Su mamá en su lecho de muerte le dijo quién era su papá, no fue difícil creerlo ya que es muy parecido a Byron, solo que más pequeño y desnutrido”, detalla el hermano menor de Lima, Luis.
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De los seis fue el único que siguió la carrera militar. La decisión no sorprendió en la familia ya que su papá y abuelo fueron coroneles del ejército. Luis Lima recuerda que su abuelo fue asesinado por la guerrilla en 1969 en la Calle Martí, el mismo año que nació Byron.
Sus primeros años los cursó en el Colegio Ignacio de Loyola. Luego ingresó en el Instituto Adolfo V. Hall, posteriormente estudió en la Escuela Politécnica. “El siempre fue muy disciplinado….es la cualidad que siempre quiso heredarle a sus hijas y a mi”.
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El liderazgo fue algo que siempre lo caracterizó, así lo recuerda Moisés Galindo, su abogado y quien después de 16 años reconoce que los unió un lazo de amistad. “Era un hombre de palabra y líder innato”. Además menciona su amor por los animales. “Tenía patos, gallos y varios perros”.
Byron Lima tuvo cuatro hijas.
En las constantes visitas que hizo, recuerda el gran amor que siempre profesaba por sus cuatro hijas. Galindo también recuerda que conoció a Lima por una amiga de la infancia que le pidió que lo defendiera.
El capitán retirado dejó cuatro hijas. La mayor de 18 años, otras dos niñas (15 y 11 años) de una relación anterior y una menor de dos años, fruto de su relación con Alejandra Reyes, sindicada en el caso de red de corrupción en el Sistema Penitenciario.
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Aunque nunca imaginó ser encarcelado, llegó a adaptarse de tal manera que logró replicar la disciplina en las cárceles que lo resguardaron, lo que le permitió tejer redes que favorecieron su poderío y su economía personal, según las autoridades del Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
Dos años antes de ir a prisión se convirtió en cristiano-evangélico.
Para su abogado, la mayor preocupación de Lima era mantener el orden, lo que hizo que ofreciera oportunidades de empleo para los privados de libertad.
Galindo recuerda el deseo de su defendido por salir de prisión. Desde ya trabajaba en varios proyectos siendo el más ambicioso: ser Presidente de Guatemala. La idea no le resultaba descabellada, ya que según cuenta, Lima tenía muchos seguidores dentro y fuera de la prisión.
Pero el deseo de Lima se cortó de tajo el pasado 18 de julio, cuando fue asesinado junto a 13 personas. La primera de las hipótesis de las autoridades apunta a que Marvin Montiel alias El Taquero, fue el responsable; sin embargo, su hermano tiene dos versiones: la reapertura del Caso Geradi con un testigo protegido desde Estados Unidos y una reforma al sistema penitenciario en el marco del Plan Alianza para la Prosperidad.
Al final, la esperanza de Luis Lima está en la institución que tanto odió su hermano, la CICIG, para que esclarezca los verdaderos motivos del crimen del hombre que un 3 de septiembre de 2014, fue calificado por el jefe de esa institución, Iván Velásquez, como “la verdadera autoridad” de Presidios.