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El ciberataque contra Corea del Norte fue de consecuencias mínimas

Redacción República
24 de diciembre, 2014

Seúl (AFP)
Por JUNG Yeon-Je
Este ciberataque contra Sony fue imputado a Corea del Norte, que negó haberlo provocado, y la represalia contra el sistema informático norcoreano es atribuido a EEUU, que ni ha confirmado ni desmentido su implicación.

La película ‘The Interview’, de Sony Pictures, que se estrenará finalmente el 25 de diciembre, frente a un cine en Los Ángeles, California, el 23 de diciembre de 2014

Entre el lunes y el miércoles las páginas ‘web’ de los principales medios de prensa oficiales norcoreanos quedaron fuera de servicio durante varias horas. Sin embargo, estos cortes, que en otros países generan gran perjuicio a las empresas, pasan casi inadvertidos en Corea del Norte, donde sólo un puñado de personas está autorizado a consultar la red.

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Corea del Norte posee solamente cuatro redes de internet, frente a las 150.000 de Estados Unidos. Estas redes, operadas por el gigante chino de comunicaciones China Unicom, no conocen más que un millar de direcciones IP frente a los 112 millones en Corea del Sur.

“La mayoría de la gente ordinaria en Corea del Norte no tiene acceso a internet. Sólo algunos miembros de la élite se benefician de ello, y con serias restricciones”, explica Kim Seung Joo, profesor de la Korea University. “Como Corea del Norte es poco dependiente de internet, el efecto de los cortes es limitado”, añade.

– Un país cerrado y aislado –

Corea del Norte, un país cerrado y aislado, que sufre numerosas penurias, está dirigido desde finales de los años ’40 por la familia Kim. Kim Jong Un, tercero de la familia en ejercer el mando, accedió al poder en diciembre de 2011, tras la muerte de su su padre Kim Jong Il, hijo de Kim Il Sung, fundador de la dinastía.

Imagen sin datar de la visita del líder norcoreano, Kim Jong Un, a una factoría del país, distribuida por la agencia de noticias nacional (KCNA) el 23 de diciembre de 2014. AFP no se responsabiliza de los datos proporcionados con esta imagen Kcna/AFP/Archivos – Kcna

El país cuenta con dos millones de usuarios de teléfonos móviles que, además, no están conectados a internet y no permiten hacer llamadas al extranjero. Se estima que hay un millón de ordenadores -en general en centros escolares o administraciones- pero rara vez están conectados.

Asimismo, un intranet nacional (‘Kwangmyong’) ofrece un sistema de correo por ‘e-mail’, algunos videojuegos y un acceso a las páginas ‘web’ oficiales, pero nada más. El correo es escrupulosamente controlado por la censura y las autoridades han cerrado recientemente una mensajería instantánea (‘chat’) a causa de su popularidad, según Park Kun Ha, secretario general de Solidaridad Intelectuales Corea del Norte, una asociación de refugiados basada en Seúl. “La vida diaria de los norcoreanos no depende de los ordenadores ni de internet, como en el resto del mundo” explica.

Lim Jong In, otro ciberexperto surcoreano, también minimiza los efectos del pirateo en un país “donde no hay mucho que atacar”.

Corea del Norte es, en cambio, presentada por algunos especialistas como una de las cinco naciones del mundo capaces de llevar a cabo una ciberguerra, con un ejército de 6.000 ‘hackers’ dispuestos a enfrentarse a los enemigos de Pyongyang. Muchos de ellos operan desde las ciudades chinas fronterizas, bajo la supervisión de consultantes directamente reclutados por el régimen comunista. Si “quiere atacar a Corea del Norte, más le valdría a Estados Unidos neutralizar a los consultantes que paralizar la insignificante red del país”, opina Lim.

El ciberataque contra Corea del Norte fue de consecuencias mínimas

Redacción República
24 de diciembre, 2014

Seúl (AFP)
Por JUNG Yeon-Je
Este ciberataque contra Sony fue imputado a Corea del Norte, que negó haberlo provocado, y la represalia contra el sistema informático norcoreano es atribuido a EEUU, que ni ha confirmado ni desmentido su implicación.

La película ‘The Interview’, de Sony Pictures, que se estrenará finalmente el 25 de diciembre, frente a un cine en Los Ángeles, California, el 23 de diciembre de 2014

Entre el lunes y el miércoles las páginas ‘web’ de los principales medios de prensa oficiales norcoreanos quedaron fuera de servicio durante varias horas. Sin embargo, estos cortes, que en otros países generan gran perjuicio a las empresas, pasan casi inadvertidos en Corea del Norte, donde sólo un puñado de personas está autorizado a consultar la red.

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Corea del Norte posee solamente cuatro redes de internet, frente a las 150.000 de Estados Unidos. Estas redes, operadas por el gigante chino de comunicaciones China Unicom, no conocen más que un millar de direcciones IP frente a los 112 millones en Corea del Sur.

“La mayoría de la gente ordinaria en Corea del Norte no tiene acceso a internet. Sólo algunos miembros de la élite se benefician de ello, y con serias restricciones”, explica Kim Seung Joo, profesor de la Korea University. “Como Corea del Norte es poco dependiente de internet, el efecto de los cortes es limitado”, añade.

– Un país cerrado y aislado –

Corea del Norte, un país cerrado y aislado, que sufre numerosas penurias, está dirigido desde finales de los años ’40 por la familia Kim. Kim Jong Un, tercero de la familia en ejercer el mando, accedió al poder en diciembre de 2011, tras la muerte de su su padre Kim Jong Il, hijo de Kim Il Sung, fundador de la dinastía.

Imagen sin datar de la visita del líder norcoreano, Kim Jong Un, a una factoría del país, distribuida por la agencia de noticias nacional (KCNA) el 23 de diciembre de 2014. AFP no se responsabiliza de los datos proporcionados con esta imagen Kcna/AFP/Archivos – Kcna

El país cuenta con dos millones de usuarios de teléfonos móviles que, además, no están conectados a internet y no permiten hacer llamadas al extranjero. Se estima que hay un millón de ordenadores -en general en centros escolares o administraciones- pero rara vez están conectados.

Asimismo, un intranet nacional (‘Kwangmyong’) ofrece un sistema de correo por ‘e-mail’, algunos videojuegos y un acceso a las páginas ‘web’ oficiales, pero nada más. El correo es escrupulosamente controlado por la censura y las autoridades han cerrado recientemente una mensajería instantánea (‘chat’) a causa de su popularidad, según Park Kun Ha, secretario general de Solidaridad Intelectuales Corea del Norte, una asociación de refugiados basada en Seúl. “La vida diaria de los norcoreanos no depende de los ordenadores ni de internet, como en el resto del mundo” explica.

Lim Jong In, otro ciberexperto surcoreano, también minimiza los efectos del pirateo en un país “donde no hay mucho que atacar”.

Corea del Norte es, en cambio, presentada por algunos especialistas como una de las cinco naciones del mundo capaces de llevar a cabo una ciberguerra, con un ejército de 6.000 ‘hackers’ dispuestos a enfrentarse a los enemigos de Pyongyang. Muchos de ellos operan desde las ciudades chinas fronterizas, bajo la supervisión de consultantes directamente reclutados por el régimen comunista. Si “quiere atacar a Corea del Norte, más le valdría a Estados Unidos neutralizar a los consultantes que paralizar la insignificante red del país”, opina Lim.