Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Steve Jobs, la biografía del Da Vinci moderno

Redacción República
07 de febrero, 2015

Por Adriana Peralta

Panampost

La visión particular de Jobs cambió la forma en la que nos relacionamos con la tecnología para siempre

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

No hay duda de su particular carácter, su genio y su determinación. Steve Jobs fue uno de los emprendedores modernos que revolucionó la manera en la que vemos y usamos la tecnología. No solo lo hizo al crear nuevos productos que muchas personas ni siquiera pensaban que necesitarían —descubriendo y creando al mismo tiempo soluciones—, sino también al alcanzar productos de excelente calidad.

Los triunfos y fallos de Steve Jobs son reflejados en el libro de Walter Isaacson.

La marca Apple ha revolucionado al planeta. Facilitó el uso de tecnología en todo el mundo, haciendo de lo complejo algo simple. La experiencia de utilizar una computadora, escuchar música o acceder a internet no volvió a ser igual.

Ha simplificado nuestras vidas, poniendo al alcance de sus clientes funciones que muchas veces no existían en la década de 1980, o combinando 20 dispositivos distintos en uno, tamaño bolsillo.

Tal perfeccionamiento solo podía venir de una persona que en cualquier circunstancia sería calificada como loca, neurótica, obsesiva y hasta cruel.

Steve Jobs no tenía madera de santo, y su compleja personalidad —que si bien lo hizo triunfar también lo hizo caer muchas veces— la retrata muy bien Walter Isaacson, periodista y autor de la única biografía autorizada de Steve Jobs.

Isaacson comenzó a escribir el libro tras un pedido de Jobs, una idea que inicialmente rechazó. Consideró que a Jobs le faltaban muchas guerras y batallas por pelear, unas las ganaría, otras las perdería, pero que esas futuras historias deberían ser contadas en su debido tiempo y ser incluidas en el hipotético libro. Para Isaacson ese libro debía lanzarse cuando Steve Jobs se retirara de Apple. Pero él no sabía que sobre Jobs pendía una espada de Damocles.

El emprendedor volvió a insistir sobre el tema, lo que le causó extrañeza al periodista, hasta que sin rodeos, Laurene Powell, esposa de Jobs le explicó frontalmente que Jobs tenía cáncer, posiblemente terminal.

Perplejo, Isaacson decidió empezar su investigación para el libro. Entrevistó a personas del pasado y presente de Jobs, y a él lo entrevistó unas 40 veces para lograr una radiografía precisa del creador de un imperio tecnológico.

Steve Jobs, el niño genio adoptado

Jobs fue marcado por ser adoptado, aunque sus padres adoptivos nunca le ocultaron su origen, ello lo hizo sentir diferente. “Abandonado. Elegido. Especial”. Esa es la imagen que Jobs tenía de sí mismo. Persiste la duda sobre si su adopción inyectó en Jobs el deseo de poder controlarlo todo.

La influencia de Silicon Valley fue muy grande en la infancia de Jobs, moldeó su gusto por la electrónica y la tecnología. Estar en contacto con el boom tecnológico en Estados Unidos sería decisivo para su personalidad.

La madre biológica de Jobs, una mujer muy culta que por conflictos familiares dio en adopción a su hijo, insistió con ahínco que los padres adoptivos fueran graduados universitarios —en un intento de asegurar que su hijo también asistiera a la universidad.

Los padres de Jobs pusieron todo su esfuerzo para que su hijo recibiera la mejor educación, sobre todo cuando se dieron cuenta que su inteligencia los superaba.

Pero la carrera universitaria del joven nunca prosperó, abandonó rápido las clases formales y se dedicó a aprender lo que él consideraba importante, como caligrafía y diseño —elementos que definirían los productos Apple— y no lo que la currícula le imponía. Una persona de origen humilde que inició con poco capital un negocio ahora multimillonario, y del cual, en el medio, fue despedido.

Issacson señala que Jobs, más que ser excepcionalmente dotado para la ingeniería eléctrica, lo era en el marketing, descubriendo oportunidades. Años después de aprender de varios errores, Jobs daría un sencillo pero movilizador discurso en una graduación universitaria, “Stay Hungry, Stay Foolish” (Mantente hambriento, mantente inocente), en el que animaba a los graduados a seguir sus sueños, y encontrar lo que aman confiando en su intuición.

John Tamny, periodista económico de Forbes, sostiene que la biografía Steve Jobs puede ser considerada como una lección de economía —concuerdo con ello. El gusto de Jobs por la música es clave para las transformaciones que generó en su trabajo: con la creación del reproductor de música portátil iPod y la tienda en línea iTunes cambió la manera de consumir música. Además, innovó al fundar el estudio de cine Pixar, responsable de una nueva generación de largometrajes animados.

Apple se ha mantenido a la vanguardia en el sector de las computadoras portátiles de calidad, en donde su participación de mercado es cada vez mayor a pesar de su elevado precio: un producto bien hecho no es barato. Apple concentra una historia de innovación tecnológica, de creación de mercados y de diseños audaces.

Considerando su compleja personalidad, el libro logra reflejarla con un análisis preciso. El autor describe los grandes y profundos errores de Jobs. No fue una persona con la cual fuera fácil convivir.

Ha estafado a amigos, era conocido por su personalidad prepotente, se creía infalible, no reconocía sus errores. Jobs era un antihéroe, una persona con mal carácter —que muchas veces pagó el precio de su enojo— y excesiva determinación, pero que se salía con la suya.

En su faceta laboral fue un jefe duro con sus empleados y consigo mismo, por años abandonó a su primera hija a pesar de él mismo haber sido dado en adopción —después la reconocería, establecería una relación con ella. Se enfrentó a sí mismo en incontables oportunidades. Fracaso muchísimas y ganó otras tantas. Pocas veces se arrepintió de sus errores, menos aún ofreció disculpas.

De Jobs podría decirse que fue un genio malvado. En los 56 años que vivió no logró encontrar una cura para el cáncer, no eliminó la pobreza de algún país, pero ayudó a la humanidad creando riqueza —la vía para reducir la miseria—, y miles de empleos, y facilitó la vida de los demás proveyéndoles tecnología bien hecha.

Steve Jobs, la biografía del Da Vinci moderno

Redacción República
07 de febrero, 2015

Por Adriana Peralta

Panampost

La visión particular de Jobs cambió la forma en la que nos relacionamos con la tecnología para siempre

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

No hay duda de su particular carácter, su genio y su determinación. Steve Jobs fue uno de los emprendedores modernos que revolucionó la manera en la que vemos y usamos la tecnología. No solo lo hizo al crear nuevos productos que muchas personas ni siquiera pensaban que necesitarían —descubriendo y creando al mismo tiempo soluciones—, sino también al alcanzar productos de excelente calidad.

Los triunfos y fallos de Steve Jobs son reflejados en el libro de Walter Isaacson.

La marca Apple ha revolucionado al planeta. Facilitó el uso de tecnología en todo el mundo, haciendo de lo complejo algo simple. La experiencia de utilizar una computadora, escuchar música o acceder a internet no volvió a ser igual.

Ha simplificado nuestras vidas, poniendo al alcance de sus clientes funciones que muchas veces no existían en la década de 1980, o combinando 20 dispositivos distintos en uno, tamaño bolsillo.

Tal perfeccionamiento solo podía venir de una persona que en cualquier circunstancia sería calificada como loca, neurótica, obsesiva y hasta cruel.

Steve Jobs no tenía madera de santo, y su compleja personalidad —que si bien lo hizo triunfar también lo hizo caer muchas veces— la retrata muy bien Walter Isaacson, periodista y autor de la única biografía autorizada de Steve Jobs.

Isaacson comenzó a escribir el libro tras un pedido de Jobs, una idea que inicialmente rechazó. Consideró que a Jobs le faltaban muchas guerras y batallas por pelear, unas las ganaría, otras las perdería, pero que esas futuras historias deberían ser contadas en su debido tiempo y ser incluidas en el hipotético libro. Para Isaacson ese libro debía lanzarse cuando Steve Jobs se retirara de Apple. Pero él no sabía que sobre Jobs pendía una espada de Damocles.

El emprendedor volvió a insistir sobre el tema, lo que le causó extrañeza al periodista, hasta que sin rodeos, Laurene Powell, esposa de Jobs le explicó frontalmente que Jobs tenía cáncer, posiblemente terminal.

Perplejo, Isaacson decidió empezar su investigación para el libro. Entrevistó a personas del pasado y presente de Jobs, y a él lo entrevistó unas 40 veces para lograr una radiografía precisa del creador de un imperio tecnológico.

Steve Jobs, el niño genio adoptado

Jobs fue marcado por ser adoptado, aunque sus padres adoptivos nunca le ocultaron su origen, ello lo hizo sentir diferente. “Abandonado. Elegido. Especial”. Esa es la imagen que Jobs tenía de sí mismo. Persiste la duda sobre si su adopción inyectó en Jobs el deseo de poder controlarlo todo.

La influencia de Silicon Valley fue muy grande en la infancia de Jobs, moldeó su gusto por la electrónica y la tecnología. Estar en contacto con el boom tecnológico en Estados Unidos sería decisivo para su personalidad.

La madre biológica de Jobs, una mujer muy culta que por conflictos familiares dio en adopción a su hijo, insistió con ahínco que los padres adoptivos fueran graduados universitarios —en un intento de asegurar que su hijo también asistiera a la universidad.

Los padres de Jobs pusieron todo su esfuerzo para que su hijo recibiera la mejor educación, sobre todo cuando se dieron cuenta que su inteligencia los superaba.

Pero la carrera universitaria del joven nunca prosperó, abandonó rápido las clases formales y se dedicó a aprender lo que él consideraba importante, como caligrafía y diseño —elementos que definirían los productos Apple— y no lo que la currícula le imponía. Una persona de origen humilde que inició con poco capital un negocio ahora multimillonario, y del cual, en el medio, fue despedido.

Issacson señala que Jobs, más que ser excepcionalmente dotado para la ingeniería eléctrica, lo era en el marketing, descubriendo oportunidades. Años después de aprender de varios errores, Jobs daría un sencillo pero movilizador discurso en una graduación universitaria, “Stay Hungry, Stay Foolish” (Mantente hambriento, mantente inocente), en el que animaba a los graduados a seguir sus sueños, y encontrar lo que aman confiando en su intuición.

John Tamny, periodista económico de Forbes, sostiene que la biografía Steve Jobs puede ser considerada como una lección de economía —concuerdo con ello. El gusto de Jobs por la música es clave para las transformaciones que generó en su trabajo: con la creación del reproductor de música portátil iPod y la tienda en línea iTunes cambió la manera de consumir música. Además, innovó al fundar el estudio de cine Pixar, responsable de una nueva generación de largometrajes animados.

Apple se ha mantenido a la vanguardia en el sector de las computadoras portátiles de calidad, en donde su participación de mercado es cada vez mayor a pesar de su elevado precio: un producto bien hecho no es barato. Apple concentra una historia de innovación tecnológica, de creación de mercados y de diseños audaces.

Considerando su compleja personalidad, el libro logra reflejarla con un análisis preciso. El autor describe los grandes y profundos errores de Jobs. No fue una persona con la cual fuera fácil convivir.

Ha estafado a amigos, era conocido por su personalidad prepotente, se creía infalible, no reconocía sus errores. Jobs era un antihéroe, una persona con mal carácter —que muchas veces pagó el precio de su enojo— y excesiva determinación, pero que se salía con la suya.

En su faceta laboral fue un jefe duro con sus empleados y consigo mismo, por años abandonó a su primera hija a pesar de él mismo haber sido dado en adopción —después la reconocería, establecería una relación con ella. Se enfrentó a sí mismo en incontables oportunidades. Fracaso muchísimas y ganó otras tantas. Pocas veces se arrepintió de sus errores, menos aún ofreció disculpas.

De Jobs podría decirse que fue un genio malvado. En los 56 años que vivió no logró encontrar una cura para el cáncer, no eliminó la pobreza de algún país, pero ayudó a la humanidad creando riqueza —la vía para reducir la miseria—, y miles de empleos, y facilitó la vida de los demás proveyéndoles tecnología bien hecha.