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El uso periodístico de los drones aumenta pese a obstáculos

Redacción República
08 de marzo, 2015

ParísFrancia

“Los usamos en todo el mundo, desde Togo hasta los bosques tropicales de Brasil, pasando por un reportaje sobre el mar de Aral”, dijo Thomas Hannen, un productor en el servicio internacional de la BBC.

Algunas cadenas de noticias, como la británica BBC, Russia Today o la francesa TF1, adquirieron sus propios aviones teleguiados en los últimos años y entrenaron a sus camárografos para convertirlos en pilotos de control remoto.

Estas aeronaves no tripuladas, fáciles de usar y capaces de capturar vistas fuera del alcance de la tecnología tradicional, también son cada vez más asequibles, con modelos básicos a partir de pocos cientos de euros o dólares.

En cambio, alquilar un helicóptero para tomar imágenes cuesta 20.000 euros al día, subraya Pierre Fourtillan, responsable de Aliothcam, una empresa francesa especializada en fotografía aérea.

Aunque la calidad de las imágenes tomadas por un camarógrafo a bordo de un helicóptero es mejor, los drones ofrecen otras opciones.

“Podemos besar los tejados y las paredes de los edificios”, afirma entusiasmado Nicolas Charbonneau, ayudante de dirección en TF1, quien destaca la posibilidad de filmar actualmente tormentas, aludes y atascos de tráfico, así como deportes extremos.

Asimismo, estos aparatos también facilitan la narración de historias más duras, especialmente, “en zonas de guerra o de desastres naturales”, apunta Lizzie Phelan, periodista de Russia Today. Este medio, pionero en el uso de drones, los utilizó durante los disturbios del año pasado en la ciudad estadounidense de Ferguson.

– Endurecimiento de las normas –

Pero el aumento de su uso preocupa a los gobiernos respecto a la seguridad en sus países. Mientras Francia y España prohíben su utilización en zonas pobladas sin un permiso especial, otros países, como Estados Unidos, intentan dictaminar unas reglas claras.

En Suiza, tres periodistas de la BBC fueron detenidos en febrero por hacer volar un avión teleguiado en una zona restringida. Ese mismo mes, tres periodistas de Al Jazeera también fueron arrestados por un vuelo no autorizado en un parque de París.

El Estado de California (oeste de Estados Unidos) aprobó en septiembre una ley antipaparazzi que prohíbe el uso de drones para fotografiar a famosos, después de que celebridades como la cantante Miley Cyrus expresaran su malestar sobre el vuelo de estos aparatos sobre su vivienda.

No obstante, no todos los reporteros gráficos ven con malos ojos estas restricciones. “En un dron, sólo se puede poner una lente de gran angular”, dice el fotógrafo francés Sebastien Valiela, cuyas imágenes desvelaron el año pasado el romance del presidente francés, François Hollande, con la actriz Julie Gayet.

“Necesitas estar a pocos metros de la gente para tomar una imagen utilizable. Te descubren”, asegura Valiela, quien compró un dron el año pasado para intentar fotografiar el enlace en Francia de la celebridad estadounidense Kim Kardashian y el rapero Kanye West.

“Pero, cuando vi cómo se montó el lugar, decidí tomar un helicóptero”, asegura el paparazzi francés, quien terminó vendiendo su dron.

El uso periodístico de los drones aumenta pese a obstáculos

Redacción República
08 de marzo, 2015

ParísFrancia

“Los usamos en todo el mundo, desde Togo hasta los bosques tropicales de Brasil, pasando por un reportaje sobre el mar de Aral”, dijo Thomas Hannen, un productor en el servicio internacional de la BBC.

Algunas cadenas de noticias, como la británica BBC, Russia Today o la francesa TF1, adquirieron sus propios aviones teleguiados en los últimos años y entrenaron a sus camárografos para convertirlos en pilotos de control remoto.

Estas aeronaves no tripuladas, fáciles de usar y capaces de capturar vistas fuera del alcance de la tecnología tradicional, también son cada vez más asequibles, con modelos básicos a partir de pocos cientos de euros o dólares.

En cambio, alquilar un helicóptero para tomar imágenes cuesta 20.000 euros al día, subraya Pierre Fourtillan, responsable de Aliothcam, una empresa francesa especializada en fotografía aérea.

Aunque la calidad de las imágenes tomadas por un camarógrafo a bordo de un helicóptero es mejor, los drones ofrecen otras opciones.

“Podemos besar los tejados y las paredes de los edificios”, afirma entusiasmado Nicolas Charbonneau, ayudante de dirección en TF1, quien destaca la posibilidad de filmar actualmente tormentas, aludes y atascos de tráfico, así como deportes extremos.

Asimismo, estos aparatos también facilitan la narración de historias más duras, especialmente, “en zonas de guerra o de desastres naturales”, apunta Lizzie Phelan, periodista de Russia Today. Este medio, pionero en el uso de drones, los utilizó durante los disturbios del año pasado en la ciudad estadounidense de Ferguson.

– Endurecimiento de las normas –

Pero el aumento de su uso preocupa a los gobiernos respecto a la seguridad en sus países. Mientras Francia y España prohíben su utilización en zonas pobladas sin un permiso especial, otros países, como Estados Unidos, intentan dictaminar unas reglas claras.

En Suiza, tres periodistas de la BBC fueron detenidos en febrero por hacer volar un avión teleguiado en una zona restringida. Ese mismo mes, tres periodistas de Al Jazeera también fueron arrestados por un vuelo no autorizado en un parque de París.

El Estado de California (oeste de Estados Unidos) aprobó en septiembre una ley antipaparazzi que prohíbe el uso de drones para fotografiar a famosos, después de que celebridades como la cantante Miley Cyrus expresaran su malestar sobre el vuelo de estos aparatos sobre su vivienda.

No obstante, no todos los reporteros gráficos ven con malos ojos estas restricciones. “En un dron, sólo se puede poner una lente de gran angular”, dice el fotógrafo francés Sebastien Valiela, cuyas imágenes desvelaron el año pasado el romance del presidente francés, François Hollande, con la actriz Julie Gayet.

“Necesitas estar a pocos metros de la gente para tomar una imagen utilizable. Te descubren”, asegura Valiela, quien compró un dron el año pasado para intentar fotografiar el enlace en Francia de la celebridad estadounidense Kim Kardashian y el rapero Kanye West.

“Pero, cuando vi cómo se montó el lugar, decidí tomar un helicóptero”, asegura el paparazzi francés, quien terminó vendiendo su dron.