El día en el que Guatemala se une al mundo para celebrar el amor es el 14 de febrero, conocido como “Día del Cariño” o “Día de San Valentín”.  Es precisamente ese último nombre, el original de la celebración y se le debe a un sacerdote de Roma, el cual organizaba bodas entre los soldados, situación que en aquella época era prohibida. 

A pesar de que es difícil conocer exactamente el origen de esta celebración y de quién es San Valentín y porqué es el patrón de los enamorados, la historia se remonta a varios siglos atrás.

Algunos historiadores sitúan el origen de la fiesta de San Valentín en la antigua Roma, en la celebración de las lupercales, también llamadas lupercalia. Esta era una fiesta pastoral, que se realizaba entre el 13 y el 15 de febrero, para evitar los malos espíritus y purificar la ciudad.

Una fiesta llena de sacrificios

Según historiadores, el festival de Lupercalia era en parte en honor de Lupa, la loba que amamantó a los huérfanos Rómulo y Remo, los fundadores de Roma, lo que explica el nombre del festival.

Los ritos eran dirigidas por los Lupercos, una congregación de sacerdotes, vestidos sólo con una piel de cabra. El festival comenzaba con el sacrificio de dos machos cabríos y un perro por parte de los Lupercos.

Luego, dos jóvenes eran llevados al altar para ser ungidos en sus frentes con la sangre del sacrificio. La fiesta de sacrificio continuaba, y los Lupercos cortaban las pieles de los animales sacrificados en forma de correas. Luego las niñas y mujeres jóvenes se alineaban para recibir latigazos con esas correas. 

Otra versión del origen de San Valentín celebración

Otra teoría remonta el origen de San Valentín a una fiesta romana llamada Juno Februata, en la cual era costumbre que los jóvenes varones escogieran el nombre de su pareja durante esos días extrayendo de una caja un papel con el nombre de la muchacha en cuestión. Estas uniones sexuales temporales a veces acababan en matrimonios duraderos.

Un sacerdote, guerrero del amor

Otra teoría cuenta que, el personaje de Valentín se sitúa en la Roma del siglo III, cuando el cristianismo comenzaba a extenderse. En aquel momento gobernaba el emperador Claudio II el Gótico, que promulgó una ley que prohibía casarse a los jóvenes para que pudieran alistarse en el ejército.

Al no estar de acuerdo con dicha normativa, un joven sacerdote llamado Valentín decidió desafiar la prohibición del emperador y empezó a celebrar matrimonios en secreto entre jóvenes enamorados.

Tras ser descubierto, Valentín fue arrestado y confinado en una celda, donde el oficial encargado de su custodia le retó a devolverle la vista a su hija Julia que había nacido ciega.

El joven sacerdote aceptó el reto y en nombre de Dios devolvió la vista a la joven, con lo cual logró que el oficial y toda su familia se convirtieran al cristianismo. A pesar del milagro, Valentín siguió preso, y el 14 de febrero del año 269 fue lapidado y decapitado.