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Virgen de Guadalupe, por qué se celebra el 12 de diciembre en Guatemala, México y el mundo

Un 12 de diciembre la imagen de la Virgen de Guadalupe quedó plasmada en el ayate de San Juan Diego. Aquel momento cambió el rumbo de la historia.

La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a esta advocación son extraordinarios. Fotografía utilizada con fines ilustrativos.
Edgar Quiñónez
12 de diciembre, 2022

Era una mañana  de 1531 y según datos históricos grabados en documentos de la Iglesia Católica, el hoy declarado San Juan Diego, iba como todos los días muy de madrugada a estudiar su catequesis, para luego escuchar la Misa

Aquel joven viajaba desde su comunidad hasta la ciudad de México, pero un día todo cambió, pues al llegar al cerro llamado Tepeyac escuchó una voz que lo llamaba por su nombre, inmediatamente se le erizó la piel, aquella voz era dulce y encantadora. 

Sin dudarlo, San Juan Diego decidió subir hasta la cumbre del cerro y al llegar a la cima quedó impresionado al observar a una mujer de sobrehumana belleza. La señora vestía un atuendo que irradiaba luz y brillaba como el oro, tanto así que el mismo San Juan Diego compraba los destellos con los rayos del Sol. 

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Las apariciones de la Virgen de Guadalupe

San Juan Diego nació en 1474 en Cuautitlán, reino de Texcoco, una región mexicana que era habitada por etnias Chichimecas. Siendo ya un hombre maduro y con una familia a cuestas, decidió empezar a estudiar la religión que había llegado con los españoles. 

Documentos históricos de la Iglesia Católica y de la congregación franciscana narran que el sábado 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo lugar la primera aparición de la Virgen María, que se le presentó como “la perfecta siempre virgen santa María, madre del Dios verdadero”. 

En aquella primera aparición, la Virgen María le encargó que en su nombre pidiese al obispo capitalino de aquel entonces, el franciscano Juan de Zumárraga,  la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Como el obispo no aceptó la idea, Cuauhtlatoatzin volvió a ver a la Virgen ese mismo día y ella le pidió que insistiese, es entonces cuando se da la segunda aparición.

Al día siguiente, el domingo 10, San Juan Diego volvió a encontrar al sacerdote, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas en confirmación de la “supuesta aparición de la madre de Dios”.

Ese mismo día tuvo lugar la tercera aparición en la cual la Virgen María mandó entonces a Juan Diego a que al día siguiente, es decir el lunes 11 de diciembre, fuera a verla para que le diera la señal que haría que le creyera.

Pero, el día 11 de diciembre San Juan Diego no fue al Tepeyac porque halló a su tío Juan Bernardino enfermo. Su tío le pidió a Juan Diego que al día siguiente fuera a Tlaltelolco en busca de un confesor, pues estaba seguro de que iba a morir. 

Juan Diego obedeció y salió muy de mañana el día martes 12 de diciembre de 1531, pero recordando que la Virgen lo tenía citado y temeroso de que lo entretuviera y no lo dejara ir en busca del confesor, quiso evitar su encuentro y así, él en vez de seguir, derecho su camino, subió por entre el Tepeyac y el cerro al que estaba unido

En su camino la Virgen salió al encuentro y es entonces cuando se da la cuarta aparición y le explicó la situación de su tío.  La Virgen entonces le dijo a él, que subiera a la cumbre del cerro donde solía verlo y que cortara las flores que allí encontraría, invitándole a subir hasta la cima de la colina de Tepeyac para recoger flores y traerlas a ella. Una vez recogidas las colocó en su “vestimenta” y se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas al obispo como prueba de veracidad. Una vez ante el obispo el santo abrió su “vestimenta” y dejó caer las flores mientras que en el tejido apareció, inexplicablemente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe.
 

 

 

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Virgen de Guadalupe, por qué se celebra el 12 de diciembre en Guatemala, México y el mundo

Un 12 de diciembre la imagen de la Virgen de Guadalupe quedó plasmada en el ayate de San Juan Diego. Aquel momento cambió el rumbo de la historia.

La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a esta advocación son extraordinarios. Fotografía utilizada con fines ilustrativos.
Edgar Quiñónez
12 de diciembre, 2022

Era una mañana  de 1531 y según datos históricos grabados en documentos de la Iglesia Católica, el hoy declarado San Juan Diego, iba como todos los días muy de madrugada a estudiar su catequesis, para luego escuchar la Misa

Aquel joven viajaba desde su comunidad hasta la ciudad de México, pero un día todo cambió, pues al llegar al cerro llamado Tepeyac escuchó una voz que lo llamaba por su nombre, inmediatamente se le erizó la piel, aquella voz era dulce y encantadora. 

Sin dudarlo, San Juan Diego decidió subir hasta la cumbre del cerro y al llegar a la cima quedó impresionado al observar a una mujer de sobrehumana belleza. La señora vestía un atuendo que irradiaba luz y brillaba como el oro, tanto así que el mismo San Juan Diego compraba los destellos con los rayos del Sol. 

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San Juan Diego nació en 1474 en Cuautitlán, reino de Texcoco, una región mexicana que era habitada por etnias Chichimecas. Siendo ya un hombre maduro y con una familia a cuestas, decidió empezar a estudiar la religión que había llegado con los españoles. 

Documentos históricos de la Iglesia Católica y de la congregación franciscana narran que el sábado 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo lugar la primera aparición de la Virgen María, que se le presentó como “la perfecta siempre virgen santa María, madre del Dios verdadero”. 

En aquella primera aparición, la Virgen María le encargó que en su nombre pidiese al obispo capitalino de aquel entonces, el franciscano Juan de Zumárraga,  la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Como el obispo no aceptó la idea, Cuauhtlatoatzin volvió a ver a la Virgen ese mismo día y ella le pidió que insistiese, es entonces cuando se da la segunda aparición.

Al día siguiente, el domingo 10, San Juan Diego volvió a encontrar al sacerdote, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas en confirmación de la “supuesta aparición de la madre de Dios”.

Ese mismo día tuvo lugar la tercera aparición en la cual la Virgen María mandó entonces a Juan Diego a que al día siguiente, es decir el lunes 11 de diciembre, fuera a verla para que le diera la señal que haría que le creyera.

Pero, el día 11 de diciembre San Juan Diego no fue al Tepeyac porque halló a su tío Juan Bernardino enfermo. Su tío le pidió a Juan Diego que al día siguiente fuera a Tlaltelolco en busca de un confesor, pues estaba seguro de que iba a morir. 

Juan Diego obedeció y salió muy de mañana el día martes 12 de diciembre de 1531, pero recordando que la Virgen lo tenía citado y temeroso de que lo entretuviera y no lo dejara ir en busca del confesor, quiso evitar su encuentro y así, él en vez de seguir, derecho su camino, subió por entre el Tepeyac y el cerro al que estaba unido

En su camino la Virgen salió al encuentro y es entonces cuando se da la cuarta aparición y le explicó la situación de su tío.  La Virgen entonces le dijo a él, que subiera a la cumbre del cerro donde solía verlo y que cortara las flores que allí encontraría, invitándole a subir hasta la cima de la colina de Tepeyac para recoger flores y traerlas a ella. Una vez recogidas las colocó en su “vestimenta” y se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas al obispo como prueba de veracidad. Una vez ante el obispo el santo abrió su “vestimenta” y dejó caer las flores mientras que en el tejido apareció, inexplicablemente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe.