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¡La vergüenza pasa la PLATA se queda!

Redacción
14 de julio, 2015

En días recientes han salido a luz innumerables casos de corrupción de muchos funcionarios públicos. Sin embargo, esto no es nuevo, aunque cada vez la dimensión ha ido en escalada.

Lo triste es saber que muchos de estos personajes obscuros, algunos con piel de oveja, siguen disfrutando de todos estos recursos de dudosa procedencia. Por lo menos en lo que a estos ex-funcionarios se refiere, porque para el resto de nosotros, no hay duda de dónde pueden provenir estos recursos financieros mal habidos. Son recursos cuyo origen es el dinero que los tributarios ponemos a recaudo del gobierno.

Desde que tengo uso de memoria, se ha rumorado que los gobernantes de turno han hecho “negocios” que riñen con la moral, las buenas costumbres y abusan de la confianza que se les ha conferido. Como aquellos a quienes hemos designado administradores de la cosa pública. Sin embargo, cada periodo gubernamental, esta corrupción ha ido aumentando, desde negocios opacos a actos corruptos descarados, que van apareciendo, que todos comentan y la información va de boca en boca.

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Es muy difícil entender de que manera, funcionarios con buenos salarios, incluso comparados con los que ofrece la iniciativa privada, resultan con fortunas impensables para estas personas, antes de su función pública.

Se puede comprender que alguno de estos personajes, maneje información privilegiada, y que este conocimiento pueda generar oportunidades de negocio para ellos o sus allegados. Pero de esta situación a convertirse en una elite económica de la mañana a la noche, no es más que un indicio muy sospechoso de los malos manejos del erario público.

Es del todo increíble que esta gente que ejerce función pública, pueda generar fortunas inexplicables por los conductos empresariales normales. Ya que amasan patrimonios equiparables o aún mayores a los de las elites económicas tradicionales, que en muchos casos han trascendido generaciones y han sido forjadas en más de un siglo de trabajo arduo, muchos de estos.

Lo que no se vale, es que al tiempo de hacer gobierno es cuando se amasan estas grandes fortuna, en las que se forman nuevos burgueses multimillonarios, que aún y cuando invirtiesen el 100% de sus salarios gubernamentales, jamás llegarían a los niveles de retorno económico que pretenden explicar. Esto sin tomar en cuenta que al estar dedicados a su función pública, lo lógico es pensar que sus negocios privados, si los tuvieran, sufrieran por la falta de atención del propietario por dedicarse a la función dentro de la administración pública. Los salarios no alcanzan a explicar los bienes y negocios desarrollados a la par de la función pública. Mucho menos los precios que se dice que pagan, por las posiciones para optar a los cargos. El costo, que se rumora, que se paga por una casilla con alta probabilidad de quedar electa, no puede pagarse con la totalidad de los estipendios que se pagan a estos funcionarios y o “dignatarios”. Entonces la MATEMÁTICA no da.

Lo que es ridículo es cómo el gobierno nos dice a los tributarios que no hay recursos para las funciones básicas, que tiene la obligación legal y moral para con sus ciudadanos. Vemos con preocupación cómo se contratan préstamos y bonos para financiar los “déficits”, que año con año nos dejan una deuda creciente y un porcentaje de inversión cada vez más pequeño. Lo que sí es totalmente claro es ver como el Presupuesto General de la Nación crece cual burbuja de jabón. Sin importarle a nadie, sí algún día tendrán nuestros hijos y nietos la capacidad de pagar las deudas del Estado guatemalteco.

La corrupción galopante que se da en funcionarios, desafortunadamente va en continua escalada. Tanto en monto como en cantidad de personas involucradas en tales manejos ilegales y sobre todo inmorales.

Pero lo más triste de todo es observar cómo muchos de estos politiqueros y funcionarios corruptos, pasen un corto tiempo de vergüenza. Otros pocos serán denunciados y comprobados sus ilícitos. Y en el peor de los casos, pasarán estos delincuentes unos pocos meses o menos años en una cárcel VIP. La familia desarrollará un cuero de danta, en el cual todo resbale y al salir de prisión serán muy ricos y todo se olvidará. Sin embargo la corrupción rendirá réditos sin que nada pueda ser comparado en rentabilidad. El botín recompensará con creces los inconvenientes y la vergüenza.

PERO NO OLVIDEN ESTOS CORRUPTOS QUE UN NOMBRE MANCHADO REQUIERE DE AL MENOS CINCO GENERACIONES PARA LIMPIARLO. Y LA JUSTICIA TARDA PERO NO OLVIDA.

¡La vergüenza pasa la PLATA se queda!

Redacción
14 de julio, 2015

En días recientes han salido a luz innumerables casos de corrupción de muchos funcionarios públicos. Sin embargo, esto no es nuevo, aunque cada vez la dimensión ha ido en escalada.

Lo triste es saber que muchos de estos personajes obscuros, algunos con piel de oveja, siguen disfrutando de todos estos recursos de dudosa procedencia. Por lo menos en lo que a estos ex-funcionarios se refiere, porque para el resto de nosotros, no hay duda de dónde pueden provenir estos recursos financieros mal habidos. Son recursos cuyo origen es el dinero que los tributarios ponemos a recaudo del gobierno.

Desde que tengo uso de memoria, se ha rumorado que los gobernantes de turno han hecho “negocios” que riñen con la moral, las buenas costumbres y abusan de la confianza que se les ha conferido. Como aquellos a quienes hemos designado administradores de la cosa pública. Sin embargo, cada periodo gubernamental, esta corrupción ha ido aumentando, desde negocios opacos a actos corruptos descarados, que van apareciendo, que todos comentan y la información va de boca en boca.

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Es muy difícil entender de que manera, funcionarios con buenos salarios, incluso comparados con los que ofrece la iniciativa privada, resultan con fortunas impensables para estas personas, antes de su función pública.

Se puede comprender que alguno de estos personajes, maneje información privilegiada, y que este conocimiento pueda generar oportunidades de negocio para ellos o sus allegados. Pero de esta situación a convertirse en una elite económica de la mañana a la noche, no es más que un indicio muy sospechoso de los malos manejos del erario público.

Es del todo increíble que esta gente que ejerce función pública, pueda generar fortunas inexplicables por los conductos empresariales normales. Ya que amasan patrimonios equiparables o aún mayores a los de las elites económicas tradicionales, que en muchos casos han trascendido generaciones y han sido forjadas en más de un siglo de trabajo arduo, muchos de estos.

Lo que no se vale, es que al tiempo de hacer gobierno es cuando se amasan estas grandes fortuna, en las que se forman nuevos burgueses multimillonarios, que aún y cuando invirtiesen el 100% de sus salarios gubernamentales, jamás llegarían a los niveles de retorno económico que pretenden explicar. Esto sin tomar en cuenta que al estar dedicados a su función pública, lo lógico es pensar que sus negocios privados, si los tuvieran, sufrieran por la falta de atención del propietario por dedicarse a la función dentro de la administración pública. Los salarios no alcanzan a explicar los bienes y negocios desarrollados a la par de la función pública. Mucho menos los precios que se dice que pagan, por las posiciones para optar a los cargos. El costo, que se rumora, que se paga por una casilla con alta probabilidad de quedar electa, no puede pagarse con la totalidad de los estipendios que se pagan a estos funcionarios y o “dignatarios”. Entonces la MATEMÁTICA no da.

Lo que es ridículo es cómo el gobierno nos dice a los tributarios que no hay recursos para las funciones básicas, que tiene la obligación legal y moral para con sus ciudadanos. Vemos con preocupación cómo se contratan préstamos y bonos para financiar los “déficits”, que año con año nos dejan una deuda creciente y un porcentaje de inversión cada vez más pequeño. Lo que sí es totalmente claro es ver como el Presupuesto General de la Nación crece cual burbuja de jabón. Sin importarle a nadie, sí algún día tendrán nuestros hijos y nietos la capacidad de pagar las deudas del Estado guatemalteco.

La corrupción galopante que se da en funcionarios, desafortunadamente va en continua escalada. Tanto en monto como en cantidad de personas involucradas en tales manejos ilegales y sobre todo inmorales.

Pero lo más triste de todo es observar cómo muchos de estos politiqueros y funcionarios corruptos, pasen un corto tiempo de vergüenza. Otros pocos serán denunciados y comprobados sus ilícitos. Y en el peor de los casos, pasarán estos delincuentes unos pocos meses o menos años en una cárcel VIP. La familia desarrollará un cuero de danta, en el cual todo resbale y al salir de prisión serán muy ricos y todo se olvidará. Sin embargo la corrupción rendirá réditos sin que nada pueda ser comparado en rentabilidad. El botín recompensará con creces los inconvenientes y la vergüenza.

PERO NO OLVIDEN ESTOS CORRUPTOS QUE UN NOMBRE MANCHADO REQUIERE DE AL MENOS CINCO GENERACIONES PARA LIMPIARLO. Y LA JUSTICIA TARDA PERO NO OLVIDA.