Nuevamente la ciudadanía presenció un episodio más en la búsqueda de la verdad y la justicia, y de nuevo se ven involucrados exfuncionarios, funcionarios, empresarios, a quienes el Ministerio Publico (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) los señala de cometer una serie de delitos relacionados a grandes sumas de dinero, y claro nuevamente el expresidente y la exvicepresidenta, integraron toda una red de cooptación del Estado.
Las nuevas capturas se dan en un contexto en donde la población es bombardeada por una serie de escándalos como la investigación de plazas fantasma, contrataciones anómalas y enriquecimiento ilícito en nuestros funcionarios, que en relación a la más reciente investigación genera un sentimiento más de repudio de la población en general hacia los malos políticos, que parecen solo han llegado al poder para enriquecerse olvidando el principio de bienestar común.
Parece que nuestra clase política es muy parecida a los malos de una película, pero que nunca terminan de desaparecer y de ponerle final, en donde se evidencia en sí la putrefacción a la que fueron llevados los diferentes órganos del Estado por estos malos guatemaltecos, que solo han dejado precariedad.
La suma de dinero exorbitante que se mencionó en la conferencia el MP y la Cicig, da cuenta en gastos incoherentes en joyas, ropa, vehículos, casas, fincas, y todos los lujos que solo los altos magnates del mundo se pueden dar.
Al reflexionar, solamente podemos pensar que el destino de ese dinero podría haber llegado a un sistema de salud en agonía, con el que incontables vidas se pudieron salvar, o también pensemos en cuantos niños con desnutrición se pudieron rescatar, no solo da indignación, sino además recorre por el cuerpo un desagrado tal, que no se puede describir.
Es indignante la corrupción que se destapó, y que claro, todos sabíamos pero sin conocer dimensiones. Con las acusaciones contundentes de las autoridades encargadas de la persecución penal en este país, ahora tiemblan los malos políticos, que engañando a la población llegaron a ocupar altos cargos, que fueron diseñados para personas dignas y no para una plaga de saqueadores.
Ojalá y este gran golpe que se acaba de dar, sea un escarmiento para aquellos que pretenden llegar a hacer política y se den cuenta que el país necesita una nueva clase política comprometida con el bien común, pero que solo será posible si todo el esquema de la política cambia y esto significa que la clave reside en las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
Muchas y muchos guatemaltecos nos sumamos a la expresión del titular de la Cicig Iván Velásquez, que aseguró su compromiso con Guatemala, “todo nuestro esfuerzo, toda nuestra capacidad, todo nuestro sacrificio para ayudar a los guatemaltecos a rescatar a un país para todos”, este tuit creo que recoge el deseo de los buenos ciudadanos, que con gusto nos sumamos al esfuerzo de quienes hacen el bien y luchan contra la corrupción.
Nuevamente la ciudadanía presenció un episodio más en la búsqueda de la verdad y la justicia, y de nuevo se ven involucrados exfuncionarios, funcionarios, empresarios, a quienes el Ministerio Publico (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) los señala de cometer una serie de delitos relacionados a grandes sumas de dinero, y claro nuevamente el expresidente y la exvicepresidenta, integraron toda una red de cooptación del Estado.
Las nuevas capturas se dan en un contexto en donde la población es bombardeada por una serie de escándalos como la investigación de plazas fantasma, contrataciones anómalas y enriquecimiento ilícito en nuestros funcionarios, que en relación a la más reciente investigación genera un sentimiento más de repudio de la población en general hacia los malos políticos, que parecen solo han llegado al poder para enriquecerse olvidando el principio de bienestar común.
Parece que nuestra clase política es muy parecida a los malos de una película, pero que nunca terminan de desaparecer y de ponerle final, en donde se evidencia en sí la putrefacción a la que fueron llevados los diferentes órganos del Estado por estos malos guatemaltecos, que solo han dejado precariedad.
La suma de dinero exorbitante que se mencionó en la conferencia el MP y la Cicig, da cuenta en gastos incoherentes en joyas, ropa, vehículos, casas, fincas, y todos los lujos que solo los altos magnates del mundo se pueden dar.
Al reflexionar, solamente podemos pensar que el destino de ese dinero podría haber llegado a un sistema de salud en agonía, con el que incontables vidas se pudieron salvar, o también pensemos en cuantos niños con desnutrición se pudieron rescatar, no solo da indignación, sino además recorre por el cuerpo un desagrado tal, que no se puede describir.
Es indignante la corrupción que se destapó, y que claro, todos sabíamos pero sin conocer dimensiones. Con las acusaciones contundentes de las autoridades encargadas de la persecución penal en este país, ahora tiemblan los malos políticos, que engañando a la población llegaron a ocupar altos cargos, que fueron diseñados para personas dignas y no para una plaga de saqueadores.
Ojalá y este gran golpe que se acaba de dar, sea un escarmiento para aquellos que pretenden llegar a hacer política y se den cuenta que el país necesita una nueva clase política comprometida con el bien común, pero que solo será posible si todo el esquema de la política cambia y esto significa que la clave reside en las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
Muchas y muchos guatemaltecos nos sumamos a la expresión del titular de la Cicig Iván Velásquez, que aseguró su compromiso con Guatemala, “todo nuestro esfuerzo, toda nuestra capacidad, todo nuestro sacrificio para ayudar a los guatemaltecos a rescatar a un país para todos”, este tuit creo que recoge el deseo de los buenos ciudadanos, que con gusto nos sumamos al esfuerzo de quienes hacen el bien y luchan contra la corrupción.