Chichicastenango está de luto. El fallecimiento de don Tomás Calvo Mateo significa la partida de un líder indígena que sin muchas palabras, logró que su voz se escuchara.
Hoy el terruño que lo vio nacer lo llora, pero igual muchas instituciones lamentan la ausencia de un promotor de la cultura y el turismo, pero sobre todo de un hombre de paz.
Su legado es enorme y su mensaje persistirá en la mente de quienes lo trataron y escucharon, aunque fuera solo una vez.
La población de Chichicastenango le dirá adiós este viernes a uno de sus hijos predilectos, a don Tomás Calvo, Principal General de la Municipalidad Indígena del lugar.
La Municipalidad Indígena de Chichicastenango está de luto. (foto: Knal 4 de Quiché)
Dolor y pesar por don Tomás Calvo
Los ministerios de Gobernación y Cultura, el Ministerio Público, la Cámara de Turismo, el Instituto Guatemalteco de Turismo y la Gobernación Departamental.
Así como la Municipalidad de Chichicastenango, instituciones públicas y privadas, empresas y diferentes personas, expresaron su sentido pésame por el fallecimiento de don Tomás Calvo Mateo.
Este viernes será sepultado en el cementerio de la localidad.
En su despedida participará su pueblo, amigos y conocidos que llegarán hasta Chichicastenango para decir adiós “al hombre que en su caminar enseñó el amor al pueblo de Chuwila”.
Al líder ejemplo de “trabajo, respeto y dedicación a su pueblo y cofradías”.
Don Tomás Calvo Mateo falleció en la madrugada del 4 de octubre. (Foto: Concepción Ajanel)
Salutación para don Tomás Calvo
Lo que nos queda al frente, es camino
No son ni 200 ni 300 años. No son 190 y pedazos que lleva este pequeño sitio de existir, ni siquiera 500 desde que la espada y la cruz llegaron. Son varios siglos.
Lo legítimo del poder, se entiende legal cuando se acepta, se apoya, se cumple y resuelve.
Cuando a uno lo llaman a este camino, deja de ser uno mismo.
Se convierte en portavoz de todos aquellos que nos han antecedido, que han velado y han trabajado por un territorio y una población.
Uno deja de sentir el camino entre el surco y la madrugada,
porque de alguna manera, uno forma parte del surco. Tal vez sea tierra, tal vez germen. Tal vez semilla o solamente lluvia.
Y es que uno aprende a caminar en este sagrado sitio. Hay un momento en el que el cerro Turkaj, se funde con el cielo y todos somos nube.
Hay días donde el cielo llora y nos volvemos arroyo, solamente para volver al mismo sitio.
Sucede también, que hay cosas que hemos entendido desde nuestro momento primigenio y, de ser tan cotidianas, los convertimos en un acto vital, tan necesario como respirar.
Por eso, cada vez que ponemos nuestras candelas y tomamos el incensario, estamos acompañados de los alcaldes pasados, y entendemos el origen de la sangre, de nuestra sangre.
A partir de hoy, don Tomás Calvo Mateo, será plegaria, incienso, candela y flor.
Será la voz que se escuche en la madrugada, junto con los demás alcaldes, cuando cada uno de los sacerdotes de conjuro y oración, se dirijan al corazón del cielo y de la tierra.
Será también, papel de cohete que explota y alegra el día de Santo Tomás.
Será anuncio en la madrugada de la primera bomba voladora y trago amargo y cruel -pero revitalizante- de octavo puro, que mitiga el cansancio.
Las despedidas siempre han sido crueles.
La diferencia es que hoy, deja de ser Principal del pueblo de Chuwila, para volverse ancestro y presencia permanente.
Hasta pronto Alcalde.
Autor: Diego Ventura
Don Tomás Calvo Mateo durante una visita al Congreso de la República, este año.
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Chichicastenango está de luto. El fallecimiento de don Tomás Calvo Mateo significa la partida de un líder indígena que sin muchas palabras, logró que su voz se escuchara.
Hoy el terruño que lo vio nacer lo llora, pero igual muchas instituciones lamentan la ausencia de un promotor de la cultura y el turismo, pero sobre todo de un hombre de paz.
Su legado es enorme y su mensaje persistirá en la mente de quienes lo trataron y escucharon, aunque fuera solo una vez.
La población de Chichicastenango le dirá adiós este viernes a uno de sus hijos predilectos, a don Tomás Calvo, Principal General de la Municipalidad Indígena del lugar.
La Municipalidad Indígena de Chichicastenango está de luto. (foto: Knal 4 de Quiché)
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Los ministerios de Gobernación y Cultura, el Ministerio Público, la Cámara de Turismo, el Instituto Guatemalteco de Turismo y la Gobernación Departamental.
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Este viernes será sepultado en el cementerio de la localidad.
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Don Tomás Calvo Mateo falleció en la madrugada del 4 de octubre. (Foto: Concepción Ajanel)
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No son ni 200 ni 300 años. No son 190 y pedazos que lleva este pequeño sitio de existir, ni siquiera 500 desde que la espada y la cruz llegaron. Son varios siglos.
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Cuando a uno lo llaman a este camino, deja de ser uno mismo.
Se convierte en portavoz de todos aquellos que nos han antecedido, que han velado y han trabajado por un territorio y una población.
Uno deja de sentir el camino entre el surco y la madrugada,
porque de alguna manera, uno forma parte del surco. Tal vez sea tierra, tal vez germen. Tal vez semilla o solamente lluvia.
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Hay días donde el cielo llora y nos volvemos arroyo, solamente para volver al mismo sitio.
Sucede también, que hay cosas que hemos entendido desde nuestro momento primigenio y, de ser tan cotidianas, los convertimos en un acto vital, tan necesario como respirar.
Por eso, cada vez que ponemos nuestras candelas y tomamos el incensario, estamos acompañados de los alcaldes pasados, y entendemos el origen de la sangre, de nuestra sangre.
A partir de hoy, don Tomás Calvo Mateo, será plegaria, incienso, candela y flor.
Será la voz que se escuche en la madrugada, junto con los demás alcaldes, cuando cada uno de los sacerdotes de conjuro y oración, se dirijan al corazón del cielo y de la tierra.
Será también, papel de cohete que explota y alegra el día de Santo Tomás.
Será anuncio en la madrugada de la primera bomba voladora y trago amargo y cruel -pero revitalizante- de octavo puro, que mitiga el cansancio.
Las despedidas siempre han sido crueles.
La diferencia es que hoy, deja de ser Principal del pueblo de Chuwila, para volverse ancestro y presencia permanente.
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