El martes 28 de diciembre el corresponsal de BBC Mundo, Darío Brooks, publicó una nota sobre Bernardo Caal que bien podría catalogarse como broma del Día de los Santos Inocentes, porque es una ensarta de mentiras o medias verdades.

Caal, un convicto al que en 2018 se condenó a más de 7 años por cometer dos delitos: robo agravado y detención ilegal de cuatro personas, es llamado “profesor maya” -lo que eso signifique- en la nota, pero también se le llama dirigente y en eso tiene razón, pues dirigió a un grupo de personas armadas que retuvieron a contratistas de la hidroeléctrica Oxec. Esa condena fue analizada en apelación, se confirmó y en la actualidad se encuentra en casación en la Corte Suprema de Justicia.

Sin embargo, el caso que lo llevó a prisión no fue su primer acto ilegal. En 2013 el Ministerio de Educación lo destituyó y acusó de cobrar sueldos sin trabajar, es decir, de estafar al Estado. Resulta que el “profesor maya” Caal tenía una plaza de maestro en Santa María de Cahabón y durante todo el 2012 cobró sin presentarse. No es de extrañar, entonces, que precisamente alguien como él le haya querido quitar el liderazgo sindical de los maestros a otro “maestro” a quien se ha señalado de cobrar sin dar clases, el sindicalista Joviel Acevedo

Caal dice que no se le dio valor probatorio a documentos que daban cuenta que él no se encontraba en el lugar de la detención ilegal. Tanto en sentencia como en apelación se estimó que sí estuvo ahí y cometió los delitos. Caal no estuvo en el lugar de los hechos, pero donde debió dar clases y de donde cobró sueldo ilegalmente; de eso sí que hay pruebas

La nota de BBC Mundo no solo miente y retuerce hechos, sino que recurre a testimonios de la pareja de Caal y de organizaciones afines que cuestionan el momento de las acusaciones.

Más que desmentir los hechos, cuestionan que la denuncia se hizo dos años después de los hechos y no en el momento; pero ni la acción, ni los delitos habían prescrito, así que no hay sustento en tales cuestionamientos. El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos cuestiona como “excesiva” la condena por los delitos señalados, mas no discute la culpabilidad de Caal.

Caal, al igual que otros que se hacen llamar “defensores de derechos humanos” o cosas parecidas, se victimizan después de realizar actividades reñidas con la ley y que los llevan a ser procesados por diferentes delitos. Es ridículo argumentar que es por su supuesta actividad en pro de los derechos humanos que se les persigue. Cosas muy distintas son el activismo y la comisión de delitos, como en el caso que llevó a la condena de Caal.

Más allá de sus correligionarios, nadie defiende la actividad delictuosa de Caal. En Guatemala se conoce bien el proceder de supuestos o falsos líderes comunitarios como él, eso sí, se saben vender muy bien en el extranjero, gobiernos y oenegés les apoyan y dan dineros para que sigan realizando sus actividades delictivas disfrazadas de activismo o de defensa de derechos humanos.

Prueba de ello es la aludida nota en BBC Mundo que sirve de caja de resonancia para la narrativa de activistas y oenegés que desvirtúan la buena y genuina labor que hacen las entidades y personas que sí defienden derechos humanos y, por supuesto, lo hacen sin delinquir.

La nota se titula: “La defensa de un río sagrado que llevó a un profesor maya a la cárcel” y en tan solo esa frase hay, cuando menos, dos mentiras; 1) No fue por defender un río sagrado, sino por robar equipo y detener ilegalmente a cuatro trabajadores; 2) No es profesor pues fue echado por el Ministerio de Educación por estafador. Nota llena de mentiras ¡desde el titular!