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Las odiosas comparaciones ¿Sirve de algo comparar?

Redacción
18 de agosto, 2014

PISA quiere
decir “Programme for International Student Assessment”. Se aplica mundialmente
a los alumnos de quince años que están por elegir su futuro, sea en la educación
media superior, la educación técnica vocacional o para el ingreso al mundo
laboral. La prueba se aplica cada tres años, y de esa manera sistemática provee
un seguimiento medible del estado del sistema educativo de los países
participantes, pues no mide rendimiento individual, ni de un alumno en específico
ni de un establecimiento educativo; sus resultados demuestran el estado de las
políticas nacionales y su éxito o fracaso.


Se elije
una muestra entre cuatro mil quinientas y diez mil estudiantes de cada país; se busca conocer las competencias en tres
áreas: competencia lectora, competencia en matemática y competencia científica,
reconociendo y valorando el nivel de esas competencias. Aunado a la prueba
diagnóstica de habilidades, adicionalmente se completa un cuestionario que
contempla el entorno del alumno, su cultura, los recursos humanos disponibles,
a qué sector pertenece la institución educativa, la población estudiantil en el
aula, en resumen, todos los factores que puedan tener un impacto en la
adquisición y desarrollo de las competencias.


La
evaluación enfatiza el dominio de los procesos, la comprensión de los conceptos
y la habilidad de actuar en varias situaciones. Pretende medir cómo la persona
aplica sus habilidades en situaciones prácticas, siendo estas ejemplos de la
vida diaria, un perfil de capacidades.

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Se cita
puntualmente del documento OCDE: “Las competencias….las habilidades, la
pericia y las aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas,
para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en
la vida adulta y que requerirán de tales habilidades.”


¿Cómo
comprobar estas competencias? Se pueden observar en pruebas liberadas que se
encuentran en línea, la metodología de las preguntas y los niveles de
adquisición que exigen. Se contemplan las competencias generales de base, no
específicamente académicas, las de comunicación, colaboración y creatividad;
luego las que están involucradas en el mundo académico, la lectura, la
escritura y el cálculo, y las competencias especificas a que se dirige PISA: la
lectura, la matemática y la ciencia.


Las
preguntas, o reactivos como se les llama, responden a las subdivisiones de cada área, las cuales
permiten en análisis profundo de las competencias, no necesariamente del
resultado. Como por ejemplo en la lectura, contemplan tres dimensiones: por la
forma en que se presenta el material escrito, por el tipo de proceso que se
evalúa, y por el contexto; y dentro de estas dimensiones, los aspectos de tipos
de textos, en prosa continua y discontinua, por el tipo de proceso, de
recuperación de información, interpretación de textos , o de reflexión y
evaluación o por el contexto, de uso privado, publico, laboral o educativo.


En la
competencia matemática, que se define como la capacidad de un individuo de
identificar y entender el papel que las matemáticas tienen en el mundo; se
miden las capacidades de razonar, analizar y comunicar las operaciones
matemáticas, con tres grados de complejidad, de reproducción, conexión y
reflexión.


Este
brevísimo brochazo del perfil de la
prueba queda corta, hay una infinidad de conceptos aún por compartir, que no
permite el espacio. Las ciencias quedan en el tintero, para una continuación.


Lo que es
de suma importancia de esta prueba es la valoración del sistema educativo de
cada país. Los resultados reflejan el nivel de éxito del mismo, e indica los
retos que estén por alcanzar, dentro del marco cultural y de entorno nacional,
los cuales se reflejan dentro de las respuestas personales de cada individuo e
institución educativa.


¿Es comparación
con otros? Es más que eso, es la valoración del cumplimiento de las metas
propias, y si estas metas están de acorde con las competencias necesarias para
vivir en el mundo del siglo veintiuno.


¡No es
comparación; es examen de conciencia, que nunca está de más!





Las odiosas comparaciones ¿Sirve de algo comparar?

Redacción
18 de agosto, 2014

PISA quiere
decir “Programme for International Student Assessment”. Se aplica mundialmente
a los alumnos de quince años que están por elegir su futuro, sea en la educación
media superior, la educación técnica vocacional o para el ingreso al mundo
laboral. La prueba se aplica cada tres años, y de esa manera sistemática provee
un seguimiento medible del estado del sistema educativo de los países
participantes, pues no mide rendimiento individual, ni de un alumno en específico
ni de un establecimiento educativo; sus resultados demuestran el estado de las
políticas nacionales y su éxito o fracaso.


Se elije
una muestra entre cuatro mil quinientas y diez mil estudiantes de cada país; se busca conocer las competencias en tres
áreas: competencia lectora, competencia en matemática y competencia científica,
reconociendo y valorando el nivel de esas competencias. Aunado a la prueba
diagnóstica de habilidades, adicionalmente se completa un cuestionario que
contempla el entorno del alumno, su cultura, los recursos humanos disponibles,
a qué sector pertenece la institución educativa, la población estudiantil en el
aula, en resumen, todos los factores que puedan tener un impacto en la
adquisición y desarrollo de las competencias.


La
evaluación enfatiza el dominio de los procesos, la comprensión de los conceptos
y la habilidad de actuar en varias situaciones. Pretende medir cómo la persona
aplica sus habilidades en situaciones prácticas, siendo estas ejemplos de la
vida diaria, un perfil de capacidades.

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Se cita
puntualmente del documento OCDE: “Las competencias….las habilidades, la
pericia y las aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas,
para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en
la vida adulta y que requerirán de tales habilidades.”


¿Cómo
comprobar estas competencias? Se pueden observar en pruebas liberadas que se
encuentran en línea, la metodología de las preguntas y los niveles de
adquisición que exigen. Se contemplan las competencias generales de base, no
específicamente académicas, las de comunicación, colaboración y creatividad;
luego las que están involucradas en el mundo académico, la lectura, la
escritura y el cálculo, y las competencias especificas a que se dirige PISA: la
lectura, la matemática y la ciencia.


Las
preguntas, o reactivos como se les llama, responden a las subdivisiones de cada área, las cuales
permiten en análisis profundo de las competencias, no necesariamente del
resultado. Como por ejemplo en la lectura, contemplan tres dimensiones: por la
forma en que se presenta el material escrito, por el tipo de proceso que se
evalúa, y por el contexto; y dentro de estas dimensiones, los aspectos de tipos
de textos, en prosa continua y discontinua, por el tipo de proceso, de
recuperación de información, interpretación de textos , o de reflexión y
evaluación o por el contexto, de uso privado, publico, laboral o educativo.


En la
competencia matemática, que se define como la capacidad de un individuo de
identificar y entender el papel que las matemáticas tienen en el mundo; se
miden las capacidades de razonar, analizar y comunicar las operaciones
matemáticas, con tres grados de complejidad, de reproducción, conexión y
reflexión.


Este
brevísimo brochazo del perfil de la
prueba queda corta, hay una infinidad de conceptos aún por compartir, que no
permite el espacio. Las ciencias quedan en el tintero, para una continuación.


Lo que es
de suma importancia de esta prueba es la valoración del sistema educativo de
cada país. Los resultados reflejan el nivel de éxito del mismo, e indica los
retos que estén por alcanzar, dentro del marco cultural y de entorno nacional,
los cuales se reflejan dentro de las respuestas personales de cada individuo e
institución educativa.


¿Es comparación
con otros? Es más que eso, es la valoración del cumplimiento de las metas
propias, y si estas metas están de acorde con las competencias necesarias para
vivir en el mundo del siglo veintiuno.


¡No es
comparación; es examen de conciencia, que nunca está de más!