La semana pasada presenté en mi programa de investigación Informe Especial con Sylvia Gereda, que se transmite en Canal Antigua, una de las investigaciones más desgarradoras que me ha tocado documentar en los 22 años que llevo trabajando como periodista.
Esta historia, ha conmovido muchísimo debido a que es una de las pocas ocasiones en lo que hemos podido mostrar, de frente, la terrible agresión silenciada que sufren miles de mujeres.
Muchas personas me han preguntado ¿Por qué permitiste los insultos y porqué no te diste la vuelta y lo pusiste en su lugar?
La respuesta es sencilla. Yo estoy convencida que las mujeres debemos de perder el miedo y que, a los agresores debemos enfrentarlos, verlos de frente, a los ojos y exponerlos públicamente con toda su miseria humana y su bajeza. Para que la gente vea el verdadero rostro de los agresores, y no les tenga miedo, porque al final estos resultan siendo unos cobardes.
Además alegan que al haber llegado yo, con mi equipo de camarógrafos a grabar al bar puse en riesgo la seguridad de sus colaboradores y clientes.
Es inaceptable que el dueño de Rattle and Hum, aún sabiendo del delito en que incurrió siga insistiendo en su inocencia. El nombre de la víctima y sus acompañantes también agredidos así como las pruebas contundentes y testimonios que ellos presentaron ya están en manos del Ministerio Público y la Fiscalía de la Mujer.
En mi caso, mis únicas armas son un micrófono y una cámara. En el caso, de Rattle and Hum sus verdaderas armas eran un grupo de guardias que, con pistolas y rifles en manos, me permitieron el ingreso, por lo que jamás invadí propiedad privada. Fue el mismo gerente, quien me atendió para negarme los hechos y uno de los tipos que se encontraba borracho en el lugar quien salió a mi encuentro para agredirme con insultos y palabras soeces… Entonces ¿Quién pone en peligro a quien? Esa la pregunta.
Quizás el australiano dueño de Rattle and Hum no ha comprendido que las únicas armas que destruyen, invitan a la agresión y causan la muerte son los puños, la macana y las armas que portan su seguridad privada y sus guardaespaldas.
Mi compromiso será siempre con la justicia y la verdad. Y reitero, mi única arma es el micrófono, la cámara y una pluma… Tres instrumentos que me sirven para plasmar la verdad, le guste a quien le guste y le ofenda a quien le ofenda.
Ahora que el australiano han sido capturado, obligado a comparecer ante los tribunales y ligado a un proceso penal por la agresión contra esta joven y sus acompañantes corresponde a los jueces aplicar la justicia y sentar un precedente para que estos agresores se detengan de una vez por todas.
TWITTER sgereda
Facebook: Sylvia Gereda Valenzuela
La semana pasada presenté en mi programa de investigación Informe Especial con Sylvia Gereda, que se transmite en Canal Antigua, una de las investigaciones más desgarradoras que me ha tocado documentar en los 22 años que llevo trabajando como periodista.
Esta historia, ha conmovido muchísimo debido a que es una de las pocas ocasiones en lo que hemos podido mostrar, de frente, la terrible agresión silenciada que sufren miles de mujeres.
Muchas personas me han preguntado ¿Por qué permitiste los insultos y porqué no te diste la vuelta y lo pusiste en su lugar?
La respuesta es sencilla. Yo estoy convencida que las mujeres debemos de perder el miedo y que, a los agresores debemos enfrentarlos, verlos de frente, a los ojos y exponerlos públicamente con toda su miseria humana y su bajeza. Para que la gente vea el verdadero rostro de los agresores, y no les tenga miedo, porque al final estos resultan siendo unos cobardes.
Además alegan que al haber llegado yo, con mi equipo de camarógrafos a grabar al bar puse en riesgo la seguridad de sus colaboradores y clientes.
Es inaceptable que el dueño de Rattle and Hum, aún sabiendo del delito en que incurrió siga insistiendo en su inocencia. El nombre de la víctima y sus acompañantes también agredidos así como las pruebas contundentes y testimonios que ellos presentaron ya están en manos del Ministerio Público y la Fiscalía de la Mujer.
En mi caso, mis únicas armas son un micrófono y una cámara. En el caso, de Rattle and Hum sus verdaderas armas eran un grupo de guardias que, con pistolas y rifles en manos, me permitieron el ingreso, por lo que jamás invadí propiedad privada. Fue el mismo gerente, quien me atendió para negarme los hechos y uno de los tipos que se encontraba borracho en el lugar quien salió a mi encuentro para agredirme con insultos y palabras soeces… Entonces ¿Quién pone en peligro a quien? Esa la pregunta.
Quizás el australiano dueño de Rattle and Hum no ha comprendido que las únicas armas que destruyen, invitan a la agresión y causan la muerte son los puños, la macana y las armas que portan su seguridad privada y sus guardaespaldas.
Mi compromiso será siempre con la justicia y la verdad. Y reitero, mi única arma es el micrófono, la cámara y una pluma… Tres instrumentos que me sirven para plasmar la verdad, le guste a quien le guste y le ofenda a quien le ofenda.
Ahora que el australiano han sido capturado, obligado a comparecer ante los tribunales y ligado a un proceso penal por la agresión contra esta joven y sus acompañantes corresponde a los jueces aplicar la justicia y sentar un precedente para que estos agresores se detengan de una vez por todas.
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Facebook: Sylvia Gereda Valenzuela