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Jimmy: los dos extremos

Jorge Alvarado
01 de septiembre, 2018

El 31 de agosto de 2018 pasará a la historia como el día en que el mandatario Jimmy Morales a un año y cuatro días del aniversario de nombrar “non grato” a Iván Velásquez jefe de Cicig, volvió a consumar un acto de mala fe. Esta vez lo volvió a hacer de forma burda y precipitada.

Este gobierno ha declarado la guerra a la Cicig y a su Comisionado Iván Velásquez en el 2017. Los argumentos en ese entonces eran Cicig se queda e Iván se va. Los argumentos de hoy fueron Cicig se va e Iván Velásquez también se va. Este conflicto que nos han querido vender como un conflicto ideológico entre la “izquierda y la derecha” o con falsos nacionalismos, no es más que una prueba que hemos entrado en proceso de desenlace ante una escalada de la tensión entre un gobierno caprichoso de Morales y una Cicig que se encuentra en punto de inflexión ante las próximas elecciones generales del 2019.

Los ingredientes de este menú se encuentran algunas variables que son problemas reales y las cortinas de humo. Entre los problemas reales de esta coyuntura política encontramos las reformas al Código Penal 407N sobre el financiamiento electoral ilícito, las reformas a la ley Electoral y de Partidos Políticos sobre el articulo 205 TER sobre el transfuguismo, el abandono del tema de los afectados del volcán de Fuego, los problemas de país sobre la sequía y la desnutrición crónica, y la gota que derramo el vaso que fue el convenio entre el Tribunal Supremo Electoral y la Cicig para el tema de fiscalización a los partidos políticos durante las elecciones generales del 2019, además de los procesos de antejuicio en contra del mandatario Jimmy Morales por financiamiento electoral ilícito, una eventual solicitud de antejuicio por abuso sexual, la cancelación de FCN-Nación, la posible destitución del ministro de Gobernación por orden de la Corte de Constitucionalidad.

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En contra posición a los problemas reales de país han venido ejecutándose una serie de cortinas de humo como la huelga que causo caos por parte de los taxistas en contra de UBER, las marchas carentes de legitimidad del magisterio, en el Congreso se ha querido incorporar a la agenda setting de los medios de comunicación temas como el aborto, temas de género e identidad sexual, el tema de la descertificación y privatización del Aeropuerto Internacional La Aurora, el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Guatemala y Taiwán, entre otros no son más que cortinas de humo que se están ejecutando para desviar la atención de este proceso de transición y coyuntura política, que se reduce a luchar contra la corrupción y perder lo mucho que se  ha avanzado.

El día de hoy el presidente Morales cometió dos errores muy evidentes que no fueron necesariamente la conferencia de prensa ni lo que dijo que es que no renovara el mandato de Cicig que vence en 2019. El primer gran error fue enviar vehículos militares artillados bajo la administración del ministerio de Gobernación específicamente al servicio de la Policía Nacional Civil (PNC) como acto intimidatorio a las afueras de la sede diplomática de la Cicig en la zona 14, esto por mucho fue una insinuación de violencia y una muestra de autoridad innecesaria, todo un exceso de poder. El segúndo gran error fue que durante su conferencia de prensa únicamente comparecieron pocos ministros como la ministra de Relaciones exteriores, Sandra Jovel, el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart y el Ministro de la Defensa Nacional, Ralda, además de altos mandos militares. La pregunta es porque no compareció el gabinete de ministros en pleno, lo que se puede ver es que no hay acuerdos totales sobre las maniobras abruptas del mandatario Morales, y mando un mensaje de mucha fuerza solamente al comparecer con las autoridades encargados del uso de la fuerza, como lo son los policías y los militares.

La teoría de los dos extremos nos dice que la decisión del presidente Morales de no ampliar el mandato de Cicig en septiembre de 2019 se debe a: el primer extremo es que sabe que su gobierno está por caer y decidió tomar esta decisión desesperada de tratar de combatir hasta el final a la Cicig. Se podría pensar que sabe que sus días están contados en la presidencia de la República de Guatemala porque dentro del Estado de Derecho perdería su inmunidad por la solicitud de antejuicio en su contra por supuesto financiamiento electoral ilícito, o también ante una eventual solicitud de antejuicio por un tema muy emocional como lo sería un supuesto tema de abuso sexual, que tiene que ver con la dignidad de seres humanos y que sería la estocada final.

El segundo extremo es que la visita de la canciller Sandra Jovel a la ONU para visitar a la embajadora permanente de los Estados Unidos, Nikki Haley, fue para realizar algún tipo de acuerdo o negociación con la administración del presidente Donald Trump que respalde la decisión que tomo el día de hoy de anunciar en conferencia de prensa que no renovará el mandato de la Cicig el próximo 3 de septiembre de 2019. Esto también es una posibilidad que no hay que descartar porque podría ser que el lobby finalmente haya funcionado al más alto nivel con funcionarios de gobierno de la administración de Donald Trump y que hayan llegado a un acuerdo que respalde la decisión que tomo el día de hoy. Quisiera pensar que tiene algún tipo de respaldo del Gobierno de los Estados Unidos porque se necesita mucho valor para hacer lo que hizo hoy, y si lo hizo podría ser que algo ya este pactado porque es difícil pensar que uno se soltara de una rama sino no se ha agarrado de otra.

Sin lugar a dudas, todo esto se vuelve más dramático cuando nos damos cuenta que otra opción es que no le renovaran la visa a Iván Velásquez que vence el próximo 18 de septiembre y por tal medida podría ser expulsado del país.

En definitiva algo es seguro y es que el presidente Morales nos ha vuelto a meter en una nueva crisis política en la que está obligando a revivir una plaza que ya hizo su primera convocatoria para este  mismo 31 de agosto a las 18 horas en la plaza de la Constitución, mientras tanto por parte del gobierno y sus aliados han hecho lo mismo desplazando a personas afuera de la sede diplomática de la Cicig para manifestar contra esta entidad.

Los tiempos de esta coyuntura política están en su punto más álgido de desenlace, lo que es seguro que la permanencia de la Cicig en Guatemala es necesaria para seguir luchando contra una clase política déspota y despiadada que nos tienen hundidos en un letargo de la corrupción y de impunidad.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Jimmy: los dos extremos

Jorge Alvarado
01 de septiembre, 2018

El 31 de agosto de 2018 pasará a la historia como el día en que el mandatario Jimmy Morales a un año y cuatro días del aniversario de nombrar “non grato” a Iván Velásquez jefe de Cicig, volvió a consumar un acto de mala fe. Esta vez lo volvió a hacer de forma burda y precipitada.

Este gobierno ha declarado la guerra a la Cicig y a su Comisionado Iván Velásquez en el 2017. Los argumentos en ese entonces eran Cicig se queda e Iván se va. Los argumentos de hoy fueron Cicig se va e Iván Velásquez también se va. Este conflicto que nos han querido vender como un conflicto ideológico entre la “izquierda y la derecha” o con falsos nacionalismos, no es más que una prueba que hemos entrado en proceso de desenlace ante una escalada de la tensión entre un gobierno caprichoso de Morales y una Cicig que se encuentra en punto de inflexión ante las próximas elecciones generales del 2019.

Los ingredientes de este menú se encuentran algunas variables que son problemas reales y las cortinas de humo. Entre los problemas reales de esta coyuntura política encontramos las reformas al Código Penal 407N sobre el financiamiento electoral ilícito, las reformas a la ley Electoral y de Partidos Políticos sobre el articulo 205 TER sobre el transfuguismo, el abandono del tema de los afectados del volcán de Fuego, los problemas de país sobre la sequía y la desnutrición crónica, y la gota que derramo el vaso que fue el convenio entre el Tribunal Supremo Electoral y la Cicig para el tema de fiscalización a los partidos políticos durante las elecciones generales del 2019, además de los procesos de antejuicio en contra del mandatario Jimmy Morales por financiamiento electoral ilícito, una eventual solicitud de antejuicio por abuso sexual, la cancelación de FCN-Nación, la posible destitución del ministro de Gobernación por orden de la Corte de Constitucionalidad.

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El día de hoy el presidente Morales cometió dos errores muy evidentes que no fueron necesariamente la conferencia de prensa ni lo que dijo que es que no renovara el mandato de Cicig que vence en 2019. El primer gran error fue enviar vehículos militares artillados bajo la administración del ministerio de Gobernación específicamente al servicio de la Policía Nacional Civil (PNC) como acto intimidatorio a las afueras de la sede diplomática de la Cicig en la zona 14, esto por mucho fue una insinuación de violencia y una muestra de autoridad innecesaria, todo un exceso de poder. El segúndo gran error fue que durante su conferencia de prensa únicamente comparecieron pocos ministros como la ministra de Relaciones exteriores, Sandra Jovel, el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart y el Ministro de la Defensa Nacional, Ralda, además de altos mandos militares. La pregunta es porque no compareció el gabinete de ministros en pleno, lo que se puede ver es que no hay acuerdos totales sobre las maniobras abruptas del mandatario Morales, y mando un mensaje de mucha fuerza solamente al comparecer con las autoridades encargados del uso de la fuerza, como lo son los policías y los militares.

La teoría de los dos extremos nos dice que la decisión del presidente Morales de no ampliar el mandato de Cicig en septiembre de 2019 se debe a: el primer extremo es que sabe que su gobierno está por caer y decidió tomar esta decisión desesperada de tratar de combatir hasta el final a la Cicig. Se podría pensar que sabe que sus días están contados en la presidencia de la República de Guatemala porque dentro del Estado de Derecho perdería su inmunidad por la solicitud de antejuicio en su contra por supuesto financiamiento electoral ilícito, o también ante una eventual solicitud de antejuicio por un tema muy emocional como lo sería un supuesto tema de abuso sexual, que tiene que ver con la dignidad de seres humanos y que sería la estocada final.

El segundo extremo es que la visita de la canciller Sandra Jovel a la ONU para visitar a la embajadora permanente de los Estados Unidos, Nikki Haley, fue para realizar algún tipo de acuerdo o negociación con la administración del presidente Donald Trump que respalde la decisión que tomo el día de hoy de anunciar en conferencia de prensa que no renovará el mandato de la Cicig el próximo 3 de septiembre de 2019. Esto también es una posibilidad que no hay que descartar porque podría ser que el lobby finalmente haya funcionado al más alto nivel con funcionarios de gobierno de la administración de Donald Trump y que hayan llegado a un acuerdo que respalde la decisión que tomo el día de hoy. Quisiera pensar que tiene algún tipo de respaldo del Gobierno de los Estados Unidos porque se necesita mucho valor para hacer lo que hizo hoy, y si lo hizo podría ser que algo ya este pactado porque es difícil pensar que uno se soltara de una rama sino no se ha agarrado de otra.

Sin lugar a dudas, todo esto se vuelve más dramático cuando nos damos cuenta que otra opción es que no le renovaran la visa a Iván Velásquez que vence el próximo 18 de septiembre y por tal medida podría ser expulsado del país.

En definitiva algo es seguro y es que el presidente Morales nos ha vuelto a meter en una nueva crisis política en la que está obligando a revivir una plaza que ya hizo su primera convocatoria para este  mismo 31 de agosto a las 18 horas en la plaza de la Constitución, mientras tanto por parte del gobierno y sus aliados han hecho lo mismo desplazando a personas afuera de la sede diplomática de la Cicig para manifestar contra esta entidad.

Los tiempos de esta coyuntura política están en su punto más álgido de desenlace, lo que es seguro que la permanencia de la Cicig en Guatemala es necesaria para seguir luchando contra una clase política déspota y despiadada que nos tienen hundidos en un letargo de la corrupción y de impunidad.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo