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Dios, Patria y Libertad ¡Cómo no!

Jorge Alvarado
14 de septiembre, 2018

De los grandes discursos de la historia se desprenden grandes personajes que han utilizado el poder de las palabras para convertirse en iconos a nivel mundial. Sin embargo, es necesario estudiar y comprender que su éxito, su legado e incluso memoria ha perdurado en el tiempo por una sola palabra: “liderazgo”. Pues, ha sido ese componente que los ha convertido en personajes célebres para la posteridad y la historia.

Entre los grandes discursos de la historia encontramos a personajes como el del primer ministro británico Winston Churchill con su frase ”sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” en la casa de los Comunes en mayo de 1,940 o como el discurso de Martin Luther King con su frase “sueño que mis 4 hijos,  vivirán en una nación donde serán juzgados, no por el color de su piel sino por su carácter” frente a más de 250 mil personas o como el discurso de John F. Kennedy con su frase “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregunta lo que tú puedes hacer por tu país” durante su investidura en 1,961. En Guatemala, la estrategia de discurso del presidente Morales tiene como base tres conceptos clave que vienen del partido Unionista que son: Dios, patria y libertad

El miércoles 12 de febrero durante una sesión solemne en el Congreso de la República, los presidentes de los tres poderes comparecieron ante los medios de comunicación en el marco del 197 aniversario de Independencia de Guatemala. Lo interesante fue observar y escuchar que existió un patrón de mensaje semejante por decir que los discursos se encuentran alineados para construir entre tres un solo mensaje que es preservar la defensa del statu quo de la cooptación del Estado para mantener los privilegios y beneficios para pocos y la desgracia para la mayoría.

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Estudiar los discursos requiere un análisis profundo de la coyuntura política y social en la que se dan, en el caso del presidente Jimmy Morales ante la actual crisis política tiene tres componentes básicos que son: Religión, Valores y Soberanía. El presidente ha construido un enemigo en el que concentra todos los esfuerzos de este gobierno para hacer hasta lo imposible para ganar al menos una batalla, que finalmente logró con el anuncio de la no prorroga de Cicig y con no dejar ingresar a Velásquez.

En su discurso, el presidente hablo sobre la Religión haciendo alusión a “Dios” y a la “Fe”, al mismo tiempo que hablo de los Valores que se mezclan con la fe como “la vida” y la base de la sociedad como “la familia”. También aludió a una marcha que reciente se dio en Guatemala en favor de la vida donde dijo “unos cantaban otros oraban” como diciendo todos creemos en lo mismo. Pero, la cúspide de su discurso llegó cuando habló acerca de que Guatemala es un país libre, independiente y soberano aludiendo a la Constitución.

Ahora bien, todo este discurso se trata acerca de la construcción de “nacionalismos” para desviar la atención de los grandes problemas de nuestra política doméstica y sobre los grandes rezagos sociales que tenemos en materia de servicios públicos, infraestructura, economía y empleo, seguridad, pobreza y desnutrición crónica, lo cual sí duele en el alma y que cala hasta lo más recóndito del sentimiento de frustración de cada guatemalteco por no lograr avanzar en la vida cotidiana.

El trofeo más reciente del mandatario Morales en este mes patrio de septiembre fue haber cabildeado con los Estados Unidos para no dejar ingresar a Iván Velásquez al territorio nacional después que este salió del país. Hay que aceptarlo, fue una buena jugada o una buena movida o mejor dicho una batalla ganada que le devolvió algunos aliados y le trajo aplausos y reconocimiento por lograr algo que ni siquiera el expresidente Otto Pérez, en su momento, logró hacer.

Es verdad que un discurso debe contener una alta carga intelectual, pero sobre todo emocional, para que sea creíble, comprensible y memorable. Pero, de eso, a ponerse a hablar de la identidad de otros países, el presidente Morales dijo tequila, charros y mariachis aludiendo a México; o el tango, asado y el futbol aludiendo a la Argentina; o cuando se refirió a los toros, el flamenco y las guitarras aludiendo a España, es una muestra que si tu discurso está centrado en ese tipo de trivialidades para decir que Guatemala es un país de “Fe”, en ese momento, te das cuenta que el país se encuentra acéfalo y que no hay nada más que hacer.

Un buen orador necesita para crear un efecto hipnótico, sobre todo, gozar de credibilidad, carisma y liderazgo. En el caso del presidente Morales no se encuentra ninguno de estos componentes.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Dios, Patria y Libertad ¡Cómo no!

Jorge Alvarado
14 de septiembre, 2018

De los grandes discursos de la historia se desprenden grandes personajes que han utilizado el poder de las palabras para convertirse en iconos a nivel mundial. Sin embargo, es necesario estudiar y comprender que su éxito, su legado e incluso memoria ha perdurado en el tiempo por una sola palabra: “liderazgo”. Pues, ha sido ese componente que los ha convertido en personajes célebres para la posteridad y la historia.

Entre los grandes discursos de la historia encontramos a personajes como el del primer ministro británico Winston Churchill con su frase ”sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” en la casa de los Comunes en mayo de 1,940 o como el discurso de Martin Luther King con su frase “sueño que mis 4 hijos,  vivirán en una nación donde serán juzgados, no por el color de su piel sino por su carácter” frente a más de 250 mil personas o como el discurso de John F. Kennedy con su frase “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregunta lo que tú puedes hacer por tu país” durante su investidura en 1,961. En Guatemala, la estrategia de discurso del presidente Morales tiene como base tres conceptos clave que vienen del partido Unionista que son: Dios, patria y libertad

El miércoles 12 de febrero durante una sesión solemne en el Congreso de la República, los presidentes de los tres poderes comparecieron ante los medios de comunicación en el marco del 197 aniversario de Independencia de Guatemala. Lo interesante fue observar y escuchar que existió un patrón de mensaje semejante por decir que los discursos se encuentran alineados para construir entre tres un solo mensaje que es preservar la defensa del statu quo de la cooptación del Estado para mantener los privilegios y beneficios para pocos y la desgracia para la mayoría.

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Estudiar los discursos requiere un análisis profundo de la coyuntura política y social en la que se dan, en el caso del presidente Jimmy Morales ante la actual crisis política tiene tres componentes básicos que son: Religión, Valores y Soberanía. El presidente ha construido un enemigo en el que concentra todos los esfuerzos de este gobierno para hacer hasta lo imposible para ganar al menos una batalla, que finalmente logró con el anuncio de la no prorroga de Cicig y con no dejar ingresar a Velásquez.

En su discurso, el presidente hablo sobre la Religión haciendo alusión a “Dios” y a la “Fe”, al mismo tiempo que hablo de los Valores que se mezclan con la fe como “la vida” y la base de la sociedad como “la familia”. También aludió a una marcha que reciente se dio en Guatemala en favor de la vida donde dijo “unos cantaban otros oraban” como diciendo todos creemos en lo mismo. Pero, la cúspide de su discurso llegó cuando habló acerca de que Guatemala es un país libre, independiente y soberano aludiendo a la Constitución.

Ahora bien, todo este discurso se trata acerca de la construcción de “nacionalismos” para desviar la atención de los grandes problemas de nuestra política doméstica y sobre los grandes rezagos sociales que tenemos en materia de servicios públicos, infraestructura, economía y empleo, seguridad, pobreza y desnutrición crónica, lo cual sí duele en el alma y que cala hasta lo más recóndito del sentimiento de frustración de cada guatemalteco por no lograr avanzar en la vida cotidiana.

El trofeo más reciente del mandatario Morales en este mes patrio de septiembre fue haber cabildeado con los Estados Unidos para no dejar ingresar a Iván Velásquez al territorio nacional después que este salió del país. Hay que aceptarlo, fue una buena jugada o una buena movida o mejor dicho una batalla ganada que le devolvió algunos aliados y le trajo aplausos y reconocimiento por lograr algo que ni siquiera el expresidente Otto Pérez, en su momento, logró hacer.

Es verdad que un discurso debe contener una alta carga intelectual, pero sobre todo emocional, para que sea creíble, comprensible y memorable. Pero, de eso, a ponerse a hablar de la identidad de otros países, el presidente Morales dijo tequila, charros y mariachis aludiendo a México; o el tango, asado y el futbol aludiendo a la Argentina; o cuando se refirió a los toros, el flamenco y las guitarras aludiendo a España, es una muestra que si tu discurso está centrado en ese tipo de trivialidades para decir que Guatemala es un país de “Fe”, en ese momento, te das cuenta que el país se encuentra acéfalo y que no hay nada más que hacer.

Un buen orador necesita para crear un efecto hipnótico, sobre todo, gozar de credibilidad, carisma y liderazgo. En el caso del presidente Morales no se encuentra ninguno de estos componentes.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo