En la vida, los guatemaltecos vemos muchos contrastes en especial de desigualdad e inequidad en donde siempre los más vulnerables son los que llevan la peor parte. Es evidente que estos problemas son causa de la corrupción y la falta de interés de los que llegan al poder que no logran por lo menos ofrecer soluciones reales.

Los problemas sociales profundos que se tiene se agudizaron en las últimas semanas, en parte, claro, por la inestabilidad que provocaron los encontronazos en el Ministerio Público, o bien el proceso de vacunación que sigue lento y no digamos los problemas que no se logran resolver como la falta de educación, salud, y seguridad que siguen presentes.

Este ambiente es el que precisamente sigue siendo la causa de la migración irregular y que desde luego provoca fuga de capitales por la falta de seguridad para los inversionistas.

Estos grandes problemas que hemos sentimos y vivimos hasta el cansancio y el hartazgo, tuvieron una pausa, tal vez débil o corta, pero esa pausa nos hizo a los guatemaltecos respirar un momento y recomponer los ánimos y por esos momentos pensar en cosas positivas que nos liberaron la mente de tanto y tanto problema.

Los atletas que participan en las olimpiadas nos han dejado una lección importante con el ejemplo del badmintonista Kevin Cordón de La Unión Zacapa, que demostró que se puede medir con los más importantes de su deporte a nivel mundial, a pesar que no tuvo las condiciones de entrenamiento que los de primer mundo sí tienen, pero su talento es tal que con sus limitantes ha logrado darnos alegría y nos hizo voltear un momento en un episodio positivo.

Claro, esto motivó a que la población hiciera énfasis en los resultados de la corrupción, que a donde veamos trae consecuencias.

Luis Carlos Martínez también hizo una actuación brillante en natación, porque llevó a Guatemala a su primera final, y los que han llegado a las olimpiadas nos dan alegría y nos dejan una sensación de que con el esfuerzo que ellos hacen podemos merecer una sociedad mejor.

La analogía del deporte ante la sociedad en que nos encontramos es porque con mucho esfuerzo y con la inspiración que estos atletas nos dan, podamos emprender un cambio de rumbo para la sociedad en que nos encontramos, con esfuerzo y dedicación, pero sobre todo con mucho trabajo.

Ojalá que nuestra clase política entienda la analogía que ‘el esfuerzo bien hecho a causas justas es recompensado con admiración’.

Mientras otros ven “su trabajo” con desprecio, manifestado en las redes sociales porque sólo velan por su propio interés o los de su círculo atestado de avaricia y poder. 

Por eso estos guatemaltecos y guatemaltecas son tan importantes no sólo por sus triunfos, que ahora aplaudimos, sino por las lecciones que nos dejan que con ese trabajo duro y dedicado. Podemos ser entes de cambio, en una sociedad que merece que se realicen esos cambios que creo todos deseamos un país que nos brinde lo mejor para desarrollarnos aquí, junto a nuestros familiares y amigos.