Miles de años de caminar en este mundo, cientos de años de tradición jurídica, décadas de nuestro Estado Constitucional de Derecho ¿y esto es a lo que hemos logrado llegar? Curas que atropellan, políticos que retuercen la ley, abogados que defienden a esos políticos, instituciones que buscan romper el orden jurídico que les da sustento y legitimidad…

No, no me refiero a quien usted pueda pensar, salvo claro que haya pensado en ambos, entonces sí. Yo creo, de forma impopular, que ambos bandos están mayormente haciendo el mal. No me extrañaría que el Movimiento Semilla haya utilizado prácticas indebidas para obtener las firmas necesarias y así lograr su inscripción. No me extrañaría que el Ministerio Público se inspire en sus creencias ideológicas y políticas, para decidir investiga a Semilla sí y a otros no. No me extrañaría que el Tribunal Electoral (porque de Supremo no le queda nada) haya olvidado su deber y competencia (literalmente hasta lo mandó a preguntar). No me extraña que todo termine en manos de la Corte de Constitucionalidad. No me extraña el hartazgo de la gente, no solo de los manifestantes sino también de sus contrarios. No me extraña que al final del día quien provoca duerme tranquilo en su cama y quien es provocado no duerma por esta nueva preocupación.

Yo se que Bernardo y Karin han quedado electos y deben tomar posesión. Se que no se han presentado pruebas concretas, sólidas, de que haya existido fraude en la elección. Se que el debido proceso es un deber y que, sí hubo algún delito en la constitución de Semilla, primero el juicio, la prueba y después la cancelación y encarcelación. Se que de un proceso civil no puede salir una condena laboral, que de un proceso laboral no puede salir una condena penal y que de un proceso penal no puede salir una condena electoral. Se que el Ministerio Público ante indicios de delito no es que quiera investigar, sino que debe hacerlo, pero también se que es el juez el responsable de controlar el proceso y garantizar el apego a la ley. Se que es el juez quien condena o absuelve, libera o manda a prisión. Se que el clamor popular debe ser escuchado pero que no puede exigirse a palo y piedra, mordaza o imposición. Se que presidente constitucional solo existe uno y es el responsable de dar solución a la problemática nacional. Se que es obligación de Bernardo buscar la paz, no por estar electo, sino por decencia, ciudadanía y por racionalidad.

Se que todos los enfrentados tienen algo de razón, un poco de verdad, pero también tienen errores y faltas. A mi lo que más me interesa no es contarles aciertos o errores a unos u otros, lo que más me interesa es que se respeten las elecciones, pero también el debido proceso, también que se reconozca que el Ministerio Publico debe investigar todo indicio de delito, pero que se admita que esos indicios no son garantía de delito o falta penal, que las sentencias solo las dicta un juez, y el respeto a las mismas no es solo por su legalidad sino también por su legitimidad, justicia y proporcionalidad. A mí, y quizás a usted también, lo que más me importa es mantener un Estado Constitucional de Derecho, donde se privilegie la justicia y la razón por sobre la fuerza y la violencia, sea que venga de un lado o del otro. Esto me importa más que tener razón, más que construir una idea y quererla imponer, me importa más que apoyar una narrativa que me es ajena y yo a ella, me importa más porque egoístamente, con un Estado Constitucional de Derecho, es como se que yo (y usted) ganamos más.