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La inversión extranjera en Latinoamérica

La creación de condiciones adecuadas en cada país, con el fin de atraer IED, corresponde a las autoridades de cada gobierno y su política económica.

Ilustración por Gabo®
Rocío Mérida |
19 de abril, 2024

En los últimos años, América Latina y el Caribe han atraído Inversión Extranjera Directa (IED) por el reordenamiento de las cadenas globales de valor y factores logísticos —bajos costos de mano de obra, territorio disponible para nuevas instalaciones, bajos impuestos, facilidad crediticia y escapatorias legales—. La tasa de inversión en la región incrementó con el inicio de la COVID-19, por las variables mencionadas, así como por su ubicación geográfica estratégica. No obstante, sobresale el riesgo de que las economías actualmente atractivas puedan dejen de serlo. Esto debido a que el costo de la mano de obra es reducido porque esta tiende a no ser calificada, lo que apeligra la calidad de la producción; el territorio disponible para nuevas instalaciones se desaprovecha debido a la falta de maquinaria e infraestructura para la construcción y accesos; y las escapatorias legales son resultado de Estados corruptos y faltos de transparencia. Por esto, el Banco Mundial informa que el atractivo para el nearshoring ha disminuido en la región.

Los principales países interesados en la región son EE. UU. —38 % del total de inversión— y la Unión Europea —20 % del total de inversión—, sin embargo, en 2022 la inversión registró valores mínimos en comparación con años previos a pandemia. La IED de la región aumentó un 55 % entre 2021 y 2022, característico de la reactivación de operaciones luego de la crisis por la COVID-19. Las inversiones en la región se centran en los servicios y en el desarrollo del mercado de petróleo, minería y agricultura, que son commodities atractivos por su abundancia y alta calidad para la estructura de los países desarrollados. Los países que atraen la mayoría de inversión son Brasil (17 %), Chile (9 %), Colombia (8 %) y Argentina (7 %), aunque Costa Rica, México y República Dominicana también se posicionan bien en la lista. Estos reflejan las características más atractivas para la inversión (seguridad física, fiscal, jurídica y empresarial, infraestructura desarrollada, acceso crediticio, bajas tasas de interés y bajos niveles de riesgo).

La creación de condiciones adecuadas en cada país, con el fin de atraer IED, corresponde a las autoridades de cada gobierno y su política económica.

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A pesar de la importancia de los factores económicos y financieros, existen diferentes variables influyentes y, de hecho, determinantes para atraer inversión. Se trata de los lazos políticos, diplomáticos y legales por acuerdos internacionales entre países, principalmente enfocándonos en los tratados entre potencias e inversores con gobiernos latinoamericanos y caribeños, así como de la situación geopolítica mundial. Por ejemplo, la guerra entre Rusia y Ucrania ha alterado la demanda y oferta mundial y, aunque la mayoría de los países se ven afectados por esta, Latinoamérica y el Caribe son la región más alejada y con más alternativas para recuperar las cadenas de suministro. Otro ejemplo de esto es EE. UU., que cuenta con Tratados de Libre Comercio con 20 países, entre estos, los principales países receptores de inversión mencionados con anterioridad, a excepción de Brasil.

La información señala que la región se encuentra a salvo de las amenazas externas que representan los actuales a conflictos internacionales. No obstante, la presente columna busca señalar que la región tiene el potencial de convertir sus amenazas en oportunidades. Pero esto requiere de acciones concretas. La creación de condiciones adecuadas en cada país —con el fin de atraer IED— corresponde a las autoridades de cada gobierno y su política económica. Son estos los responsables de proveer seguridad física, fiscal y jurídica y, principalmente, transparencia, defensa del Estado de Derecho e infraestructura, que son las principales característica atractivas para la inversión. Enfocarse en el fortalecimiento interno en estos aspectos es la mayor oportunidad para la región en su carrera por atraer más IED.

La inversión extranjera en Latinoamérica

La creación de condiciones adecuadas en cada país, con el fin de atraer IED, corresponde a las autoridades de cada gobierno y su política económica.

Rocío Mérida |
19 de abril, 2024
Ilustración por Gabo®

En los últimos años, América Latina y el Caribe han atraído Inversión Extranjera Directa (IED) por el reordenamiento de las cadenas globales de valor y factores logísticos —bajos costos de mano de obra, territorio disponible para nuevas instalaciones, bajos impuestos, facilidad crediticia y escapatorias legales—. La tasa de inversión en la región incrementó con el inicio de la COVID-19, por las variables mencionadas, así como por su ubicación geográfica estratégica. No obstante, sobresale el riesgo de que las economías actualmente atractivas puedan dejen de serlo. Esto debido a que el costo de la mano de obra es reducido porque esta tiende a no ser calificada, lo que apeligra la calidad de la producción; el territorio disponible para nuevas instalaciones se desaprovecha debido a la falta de maquinaria e infraestructura para la construcción y accesos; y las escapatorias legales son resultado de Estados corruptos y faltos de transparencia. Por esto, el Banco Mundial informa que el atractivo para el nearshoring ha disminuido en la región.

Los principales países interesados en la región son EE. UU. —38 % del total de inversión— y la Unión Europea —20 % del total de inversión—, sin embargo, en 2022 la inversión registró valores mínimos en comparación con años previos a pandemia. La IED de la región aumentó un 55 % entre 2021 y 2022, característico de la reactivación de operaciones luego de la crisis por la COVID-19. Las inversiones en la región se centran en los servicios y en el desarrollo del mercado de petróleo, minería y agricultura, que son commodities atractivos por su abundancia y alta calidad para la estructura de los países desarrollados. Los países que atraen la mayoría de inversión son Brasil (17 %), Chile (9 %), Colombia (8 %) y Argentina (7 %), aunque Costa Rica, México y República Dominicana también se posicionan bien en la lista. Estos reflejan las características más atractivas para la inversión (seguridad física, fiscal, jurídica y empresarial, infraestructura desarrollada, acceso crediticio, bajas tasas de interés y bajos niveles de riesgo).

La creación de condiciones adecuadas en cada país, con el fin de atraer IED, corresponde a las autoridades de cada gobierno y su política económica.

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La información señala que la región se encuentra a salvo de las amenazas externas que representan los actuales a conflictos internacionales. No obstante, la presente columna busca señalar que la región tiene el potencial de convertir sus amenazas en oportunidades. Pero esto requiere de acciones concretas. La creación de condiciones adecuadas en cada país —con el fin de atraer IED— corresponde a las autoridades de cada gobierno y su política económica. Son estos los responsables de proveer seguridad física, fiscal y jurídica y, principalmente, transparencia, defensa del Estado de Derecho e infraestructura, que son las principales característica atractivas para la inversión. Enfocarse en el fortalecimiento interno en estos aspectos es la mayor oportunidad para la región en su carrera por atraer más IED.