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Trabajar

Se trabaja para obtener dinero, sin duda, eso está bien, pero también se debe trabajar para realizarse, para desarrollarse y ayudar a formar un mejor país.

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Enrique Búcaro Batres |
02 de mayo, 2024

 

Trabajar es la forma principal en que todas las personas deben ganarse la vida, incluyendo el dinero necesario para ello, formar su patrimonio y realizarse como personas. El trabajo también conlleva un aspecto social, que muchas veces se pierde de vista pero que no por ello deja de estar allí. Ese aspecto social está relacionado a cómo el trabajo impacta a la comunidad, siendo más notorio en trabajos como el de la policía, los bomberos o los políticos, pero realmente es un aspecto presente en todas y cada una de las actividades humanas que se desarrollan a nivel mundial.  

Muchísimas personas han dejado de advertir los aspectos del trabajo que superan al de la remuneración económica, privándose voluntaria u obligadamente de esos aspectos de realización/formación personal y de su impacto en la sociedad. Se trabaja para obtener dinero, sin duda, eso está bien, pero también se debe trabajar para realizarse, para desarrollarse y ayudar a formar un mejor país.  

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Tan económico como social 

Todos debemos reflexionar sobre el hecho de que el trabajo es el punto de conexión entre lo económico y lo social, por lo que si el trabajo palidece, la riqueza y la sociedad también lo harán. Si el trabajo es digno, la persona, la riqueza y la sociedad prosperarán. Si el trabajo es fructífero la sociedad también lo será. Un buen trabajo no solo recae en el empleado o en el empleador, sino que recae en todo el espectro social, tanto en el gobierno, como en el empleado, como en el empleador y hasta en el consumidor.  

Unas buenas reglas laborales, un buen empleador que realmente haga equipo con el empleado y cuyo fruto de su labor sea apreciado y bien pagado por el consumidor, es la receta para hacer prospero al Estado, a la sociedad y a las personas en lo individual.  

Considerar 

Todas las partes que se involucran en el trabajo deben considerar los intereses y necesidades de los demás. Es tan injusto que un empleador no considere los intereses y necesidades de sus empleados como que el empleado no considere los del empleador. Es tan injusto que un sindicato no considere las necesidades del usuario al que sus afiliados prestan servicio, como que los usuarios no consideren la realidad de quien presta el servicio.  

Si el trabajo se hiciera mejor, es decir, si se buscara mejorar los medios físicos e intelectuales de las distintas actividades económicas que desarrollamos las personas, todo, absolutamente todo estaría mejor. El trabajo tiene incluso todo un componente espiritual, que han advertido todas las grandes religiones y vale la pena explorar.  

Eso es lo que la realidad reclama: que sumemos esfuerzos los buenos para que los pillos no se salgan con la suya, para que los que sufren encuentren un alivio, para que los que se ahogan tengan un respiro. 

Es triste pero necesario reconocer que un problema grave de la actualidad es que el trabajo se considera como un mero medio para obtener dinero. Quizás es más evidente en trabajos cuyo impacto social es mayor, digamos un político que quiere hacer lo que sea, como sea, pero que le permita obtener dinero, entonces se cae en un trabajo pálido, descolorido, falto de substancia que deja detrás vacío o problemas para quien espera el fruto de una buena política nacional.  

Celebremos el trabajo 

Por ello, al celebrar el día del trabajo también debemos reflexionar, estimado lector, sobre la calidad del trabajo propio, sobre utilizar el trabajo como una forma de crecimiento y cultivo personal y de cómo nuestro trabajo impacta en la realidad social.  

Por último, también le animo a revalorar el trabajo que hacen quienes en su tiempo libre laboran en voluntariados y otras actividades similares que no conllevan una paga al final de la jornada. Animarlo a sumarse a trabajar con y por los demás, sea o no pagado, a brindar su tiempo a causas públicas o anónimas, sociales, familiares o individuales, todo suma, y eso es lo que la realidad reclama: que sumemos esfuerzos los buenos para que los pillos no se salgan con la suya, para que los que sufren encuentren un alivio, para que los que se ahogan tengan un respiro.  

Animémonos estimado lector a valorar y revalorar cada día el regalo que el trabajo es.  

Trabajar

Se trabaja para obtener dinero, sin duda, eso está bien, pero también se debe trabajar para realizarse, para desarrollarse y ayudar a formar un mejor país.

Enrique Búcaro Batres |
02 de mayo, 2024
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Trabajar es la forma principal en que todas las personas deben ganarse la vida, incluyendo el dinero necesario para ello, formar su patrimonio y realizarse como personas. El trabajo también conlleva un aspecto social, que muchas veces se pierde de vista pero que no por ello deja de estar allí. Ese aspecto social está relacionado a cómo el trabajo impacta a la comunidad, siendo más notorio en trabajos como el de la policía, los bomberos o los políticos, pero realmente es un aspecto presente en todas y cada una de las actividades humanas que se desarrollan a nivel mundial.  

Muchísimas personas han dejado de advertir los aspectos del trabajo que superan al de la remuneración económica, privándose voluntaria u obligadamente de esos aspectos de realización/formación personal y de su impacto en la sociedad. Se trabaja para obtener dinero, sin duda, eso está bien, pero también se debe trabajar para realizarse, para desarrollarse y ayudar a formar un mejor país.  

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Tan económico como social 

Todos debemos reflexionar sobre el hecho de que el trabajo es el punto de conexión entre lo económico y lo social, por lo que si el trabajo palidece, la riqueza y la sociedad también lo harán. Si el trabajo es digno, la persona, la riqueza y la sociedad prosperarán. Si el trabajo es fructífero la sociedad también lo será. Un buen trabajo no solo recae en el empleado o en el empleador, sino que recae en todo el espectro social, tanto en el gobierno, como en el empleado, como en el empleador y hasta en el consumidor.  

Unas buenas reglas laborales, un buen empleador que realmente haga equipo con el empleado y cuyo fruto de su labor sea apreciado y bien pagado por el consumidor, es la receta para hacer prospero al Estado, a la sociedad y a las personas en lo individual.  

Considerar 

Todas las partes que se involucran en el trabajo deben considerar los intereses y necesidades de los demás. Es tan injusto que un empleador no considere los intereses y necesidades de sus empleados como que el empleado no considere los del empleador. Es tan injusto que un sindicato no considere las necesidades del usuario al que sus afiliados prestan servicio, como que los usuarios no consideren la realidad de quien presta el servicio.  

Si el trabajo se hiciera mejor, es decir, si se buscara mejorar los medios físicos e intelectuales de las distintas actividades económicas que desarrollamos las personas, todo, absolutamente todo estaría mejor. El trabajo tiene incluso todo un componente espiritual, que han advertido todas las grandes religiones y vale la pena explorar.  

Eso es lo que la realidad reclama: que sumemos esfuerzos los buenos para que los pillos no se salgan con la suya, para que los que sufren encuentren un alivio, para que los que se ahogan tengan un respiro. 

Es triste pero necesario reconocer que un problema grave de la actualidad es que el trabajo se considera como un mero medio para obtener dinero. Quizás es más evidente en trabajos cuyo impacto social es mayor, digamos un político que quiere hacer lo que sea, como sea, pero que le permita obtener dinero, entonces se cae en un trabajo pálido, descolorido, falto de substancia que deja detrás vacío o problemas para quien espera el fruto de una buena política nacional.  

Celebremos el trabajo 

Por ello, al celebrar el día del trabajo también debemos reflexionar, estimado lector, sobre la calidad del trabajo propio, sobre utilizar el trabajo como una forma de crecimiento y cultivo personal y de cómo nuestro trabajo impacta en la realidad social.  

Por último, también le animo a revalorar el trabajo que hacen quienes en su tiempo libre laboran en voluntariados y otras actividades similares que no conllevan una paga al final de la jornada. Animarlo a sumarse a trabajar con y por los demás, sea o no pagado, a brindar su tiempo a causas públicas o anónimas, sociales, familiares o individuales, todo suma, y eso es lo que la realidad reclama: que sumemos esfuerzos los buenos para que los pillos no se salgan con la suya, para que los que sufren encuentren un alivio, para que los que se ahogan tengan un respiro.  

Animémonos estimado lector a valorar y revalorar cada día el regalo que el trabajo es.