Por Manuel Aguilera
En la casa de la guatemalteca Ingrid Dominguez, ubicada en Hialeah Gardens dentro del condado de Miami-Dade, una docena de rosas rojas brillan como protagonistas en el Día de las Madres. Se las trajo su hija Ingrid, también nacida en Guatemala aunque residente en Miami desde que era un bebé. Ingrid le contó emocionada a su madre que las flores son de Guatemala, el país en el que ambas nacieron y su madre emocionada la abrazó.
La casa de Ingrid en Miami es la última parada del viaje de estas rosas rojas que se inició días antes en la Finca El Pilar, en San Juan Sacatepéquez, en Guatemala. Allí cultiva las rosas Eduardo Raxón junto a su mujer y su hijo. Eduardo es un caso claro de emprendimiento rural.
Hace tan solo 5 años su trabajo era dar comida a las gallinas en la finca de un coronel. Hoy en día tiene 12 empleados y ha conseguido convencer a la empresa Primarossa para que le compre su producción para exportarla a EEUU. Ambos Eduardo y su esposa María Leonarda están felices de que sus rosas se exporten a EEUU especialmente en esta época del Día de la Madres. La industria de las flores en Guatemala genera 15.000 empleos y un negocio de 120 millones de dólares.
El documental “La Tierra de las Flores”, producido por Naranja Media, ha seguido el rastro de estas flores desde Guatemala a EEUU como excusa para documentar el progreso que este tipo de cultivos está suponiendo a la zona de San Juan Sacatepéquez, a unas 16 millas de la capital. Desde La Finca El Pilar se está ayudando a productores como Eduardo a montar proyectos agrícolas, conectar con empresas. En definitiva a a organizarse para ser mas atractivos.
Este movimiento ha llevado consigo además el empoderamiento de las mujeres. Como el caso de Ana María que comienza cada día la faena en el cultivo de las flores. A las 7.00 am, en una parada para desayunar recuerda, junto a su madre y sus hermanas, la figura de su papá. Con él empezó todo y ahora tras rezar por él cuentan emocionada que han creado una cooperativa para, junto con otros productores del área de San Juan Sacatepéquez, exportar sus crisantemos a EEUU. Será en noviembre. Dios mediante, como a ella le gusta repetir.
En el área de El Tablón también puede verse a mujeres trabajando en el campo. Yojana Pirir, la coordinadora de mujeres que trabajan allí nos cuenta que en cuanto a rendimiento no tienen nada que envidiarle al grupo de hombres. Alicia y Griselda cuentan en su descanso para comer que aunque la labor es dura y la jornada larga, les compensa y ganan más que en sus trabajos anteriores, una como mesera y la otra con las telas, elaborando prendas en la casa.
La producción que va a Estados Unidos acaba en la empresa Primarossa en la zona de Chimaltenango. Allí las flores pasan una exhaustiva revisión y se meten en cajas para enviar por barco o avión a Miami.
Con música de fondo a buen volumen sus trabajadores redoblan esfuerzos para que las flores para las madres estadounidenses lleguen a tiempo. Entre los empleados está Camilo Sarmiento, que es su gerente de operaciones. Camilo viene de Colombia, país famoso a nivel mundial por la calidad de sus rosas. Sin embargo, Sarmiento asegura que “la rosa guatemalteca no tiene nada que envidiar a la colombiana.
Los contenedores llegan al puerto de Miami repletos de cajas con las rosas guatemaltecas en su interior. La compañía The Queen of Flowers, junto al aeropuerto, se encarga de recibirlas y enviarlas al punto de venta en Miami, Boston, Nueva York y Los Angeles. De la tierra que trabaja Eduardo Raxón en Guatemala a las manos de Ingrid en Miami, el viaje de las rosas de Guatemala tiene como trasfondo historias de éxitos, superación y empoderamiento.