La calma vuelve a reinar en Nueva York, luego de los estragos por la furia de la tormenta Ida
Nueva York. Unas horas de lluvia intensa por la tormenta Ida, bastaron para que varias vías de la costa oeste de Estados Unidos se convirtieran en caudales de agua sin desembocadura. Dejando a su paso inundaciones, árboles caídos, incertidumbre y pánico entre quienes viven principalmente en Nueva Jersey, Queens, Manhattan y Brooklyn.
Desde tempranas horas del miércoles, el servicio meteorológico envió por medio de mensajes de texto alerta de Tornado, acción muy común en este país ante una amenaza.
Las sugerencias advertían no viajar ni hacer actividades no indispensables, y alejarse de áreas peligrosas, además de asegurar las casas, debido a que Ida representaba riesgo para la zona.
Tensión llega con los aguaceros
La lluvia era casi escasa en Brooklyn; no obstante, el viento auguraba que algo no andaba bien. Conforme la noche llegaba, la intensidad del agua empezó a subir, alrededor de las 19:00 horas ya había lluvia total.
Una hora después, las sirenas de las entidades de socorro eran el común denominador de las calles desoladas y convertidas en ríos.
La mayoría de residentes ya se había resguardado en sus casas, muchas de las cuales, en lugar de ser un refugio se convirtieron en el espacio menos seguro, pues la rapidez y la presión del agua colapsaron drenajes y convirtieron varias de estas áreas en peligrosos estanques.
Esa es una de las razones por las que muchas de las víctimas mortales, según los noticieros locales, eran personas que vivían en sótanos, conocidos como basement. O quienes se quedaron atrapados en sus autos, como lo ocurrido en Queens en donde los carros quedaron casi “flotando”.
El edificio donde vivo también se vio inundado. Por solidaridad varios vecinos apoyamos a sacar el agua hacia el parqueo donde tenía una salida más fluida y no pasó a mayores, solo se vivía incertidumbre y las nuevas alertas, ahora de inundaciones hacían el momento más tenso.
Entre los que vivimos en el lugar de seis niveles, (guatemaltecos, hondureños, americanos y judíos) acordamos estar alertas ante cualquier situación y permanecimos despiertos hasta la madrugada.
Empieza la reconstrucción
El fenómeno climático desapareció y la ciudad amaneció con un sol radiante, nadie imaginaria que una noche antes Nueva York estaba sumergida entre agua.
El servicio de transporte público (metro y bus) fue suspendido y habilitado únicamente para casos especiales debido a que las paradas también se vieron afectadas por las inundaciones.
Al entrar en la estación advertían de que si no es totalmente necesario no hay que arriesgarse, muchas personas atendieron la observación y se regresaron.
En las calles, por lo menos de Brooklyn, la calma ha regresado. El único lugar donde hay evidencias de los estragos de Ida es el Prospect Park donde quienes hacen deporte se asombran por los pozos de agua que hay alrededor. Muy pocas vías aún están inundadas.
De acuerdo con Marvin Estrada, quien tiene más de 25 años de vivir en la zona, es la primera vez que los niveles de agua son excesivos. “Los tornados son comunes y las tormentas también hacen daño, pero no a este extremo”, afirma.
El alcalde de Nueva York, Bil de Blasio también calificó de histórico lo que había ocurrido, pues ya se contabiliza más de una veintena de fallecidos, además de daños severos en varias calles, estaciones de metro, casas y edificios por la lluvia.
Texto: Llezica Xot, periodista residente en Nueva York.
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