AMLO: Presidente, populista e… ¿influencer?
Andrés Manuel López Obrador, que intenta controlar la narrativa y moldear la opinión pública, puede eludir la rendición de cuentas por sus actos, lo que dificulta que los mexicanos lo responsabilicen de cualquier irregularidad.
Recientemente Stream Charts dio a conocer los streamers hispanos más vistos del primer trimestre de 2023. Como explica el sitio, “en estas listas figuran algunos de los creadores de contenidos más populares en todo el mundo, conocidos por contenidos que van desde videojuegos y la simple charla hasta los comentarios y la filantropía”.
Los primeros nombres nos son familiares a todos: ibai, auronplay y ElSpreen, con 21.48; 17.83 y 16.23 millones de horas vistas respectivamente. No obstante, es la sexta posición de la lista, con 13.20 millones de horas vistas, la que llama poderosamente la atención: se trata nada más y nada menos que del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
De afuera, uno diría que López Obrador debería reorganizar sus prioridades
Por un lado, la economía mexicana se contrajo un 8,2% en 2020 durante la pandemia del COVID-19 (su mayor caída en casi un siglo) y lucha para volver a niveles prepandémicos.
“El panorama para la economía mexicana se deteriora rápidamente, pues en noviembre el IGAE presentó su peor resultado en 15 meses, con una variación de -0.45% respecto a octubre. Si a ello sumamos la expectativa de un deterioro similar al cierre de año, es muy probable que los flujos de actividad económica hayan cerrado por debajo de los niveles del 2018, lo que supone un retroceso importante para el proceso de recuperación”, dijo Marcos Daniel Arias, analista de Monex, a El Economista.
Asimismo, la tasa de pobreza en México aumentó a 41,9% en 2020, frente a 36,1% en 2018, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
“En 2020 se tiene un registro de 55.7 millones de pobres, es decir, 3.8 millones más que en 2018 (...) la población en situación de pobreza extrema fue la que más creció, al pasar de 8.7 millones a 10.8 millones de personas en esta condición, lo que significa que más de la mitad de la población en México es pobre”, explicó Viviana Islas Mendoza para ContraReplica.
Luego, la eterna sombra de la corrupción se ha cernido también sobre López Obrador, el influencer. La estafa de Pemex sacudió hay país, y hay quienes acusan al presidente de utilizar mecanismos anti-corrupción y entes del Estado para perseguir oponentes.
Como si todo esto fuera poco, México no ha logrado deshacerse de sus altos niveles de violencia y delincuencia. En 2020, el país registró el mayor número de asesinatos jamás registrado, con más de 34.000 personas muertas. Este año, como explica Pedro Pablo Cortés para EFE, “el número de homicidios dolosos en México repuntó un 4,23 % anual en el primer bimestre de 2023 hasta los 4.882 asesinatos, un promedio de 83 al día”.
En lo que a energía refiere, López Obrador ha intentado reforzar el control estatal sobre el sector energético mexicano, echando atrás las reformas que habían abierto el sector a la inversión privada. Algunos críticos acusan al mandatario de favorecer a las empresas estatales y perjudicar la competitividad del sector.
Sin embargo, con una lluvia de flechas en llamas desde todos los flancos, AMLO se las arregla, con inmenso éxito, para crear y mantener un mastodonte de autobombo con meros fines propagandísticos que buscan beneficiarlo solo a él.
Fuente infinita de desinformación
Al igual que el “Aló, Presidente” de Chávez, el canal de YouTube de López Obrador es una fuente infinita de desinformación en la que tergiversa y acomoda números que no siempre corresponden con la realidad.
Sus intenciones, como las de Chávez, no son anodinas: un presidente que utiliza constantemente una retórica divisiva no hace más que exacerbar la polarización política y aumentar la tensión social en el país.
Así, López Obrador, que intenta controlar la narrativa y moldear la opinión pública, puede eludir la rendición de cuentas por sus actos, lo que dificulta que los mexicanos lo responsabilicen de cualquier irregularidad.
La obsesión de los populistas con los medios de comunicación no es casual. Las intenciones son claras y los peligros, demasiados. Resta saber qué dice de nosotros como sociedad que no nos alcance con votarlos, sino que además, en un vergonzoso despliegue de síndrome de Estocolmo, los llevamos al top de los ránkings y les regalamos lo único que no nos han quitado aún: nuestro tiempo.
AMLO: Presidente, populista e… ¿influencer?
Andrés Manuel López Obrador, que intenta controlar la narrativa y moldear la opinión pública, puede eludir la rendición de cuentas por sus actos, lo que dificulta que los mexicanos lo responsabilicen de cualquier irregularidad.
Recientemente Stream Charts dio a conocer los streamers hispanos más vistos del primer trimestre de 2023. Como explica el sitio, “en estas listas figuran algunos de los creadores de contenidos más populares en todo el mundo, conocidos por contenidos que van desde videojuegos y la simple charla hasta los comentarios y la filantropía”.
Los primeros nombres nos son familiares a todos: ibai, auronplay y ElSpreen, con 21.48; 17.83 y 16.23 millones de horas vistas respectivamente. No obstante, es la sexta posición de la lista, con 13.20 millones de horas vistas, la que llama poderosamente la atención: se trata nada más y nada menos que del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
De afuera, uno diría que López Obrador debería reorganizar sus prioridades
Por un lado, la economía mexicana se contrajo un 8,2% en 2020 durante la pandemia del COVID-19 (su mayor caída en casi un siglo) y lucha para volver a niveles prepandémicos.
“El panorama para la economía mexicana se deteriora rápidamente, pues en noviembre el IGAE presentó su peor resultado en 15 meses, con una variación de -0.45% respecto a octubre. Si a ello sumamos la expectativa de un deterioro similar al cierre de año, es muy probable que los flujos de actividad económica hayan cerrado por debajo de los niveles del 2018, lo que supone un retroceso importante para el proceso de recuperación”, dijo Marcos Daniel Arias, analista de Monex, a El Economista.
Asimismo, la tasa de pobreza en México aumentó a 41,9% en 2020, frente a 36,1% en 2018, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
“En 2020 se tiene un registro de 55.7 millones de pobres, es decir, 3.8 millones más que en 2018 (...) la población en situación de pobreza extrema fue la que más creció, al pasar de 8.7 millones a 10.8 millones de personas en esta condición, lo que significa que más de la mitad de la población en México es pobre”, explicó Viviana Islas Mendoza para ContraReplica.
Luego, la eterna sombra de la corrupción se ha cernido también sobre López Obrador, el influencer. La estafa de Pemex sacudió hay país, y hay quienes acusan al presidente de utilizar mecanismos anti-corrupción y entes del Estado para perseguir oponentes.
Como si todo esto fuera poco, México no ha logrado deshacerse de sus altos niveles de violencia y delincuencia. En 2020, el país registró el mayor número de asesinatos jamás registrado, con más de 34.000 personas muertas. Este año, como explica Pedro Pablo Cortés para EFE, “el número de homicidios dolosos en México repuntó un 4,23 % anual en el primer bimestre de 2023 hasta los 4.882 asesinatos, un promedio de 83 al día”.
En lo que a energía refiere, López Obrador ha intentado reforzar el control estatal sobre el sector energético mexicano, echando atrás las reformas que habían abierto el sector a la inversión privada. Algunos críticos acusan al mandatario de favorecer a las empresas estatales y perjudicar la competitividad del sector.
Sin embargo, con una lluvia de flechas en llamas desde todos los flancos, AMLO se las arregla, con inmenso éxito, para crear y mantener un mastodonte de autobombo con meros fines propagandísticos que buscan beneficiarlo solo a él.
Fuente infinita de desinformación
Al igual que el “Aló, Presidente” de Chávez, el canal de YouTube de López Obrador es una fuente infinita de desinformación en la que tergiversa y acomoda números que no siempre corresponden con la realidad.
Sus intenciones, como las de Chávez, no son anodinas: un presidente que utiliza constantemente una retórica divisiva no hace más que exacerbar la polarización política y aumentar la tensión social en el país.
Así, López Obrador, que intenta controlar la narrativa y moldear la opinión pública, puede eludir la rendición de cuentas por sus actos, lo que dificulta que los mexicanos lo responsabilicen de cualquier irregularidad.
La obsesión de los populistas con los medios de comunicación no es casual. Las intenciones son claras y los peligros, demasiados. Resta saber qué dice de nosotros como sociedad que no nos alcance con votarlos, sino que además, en un vergonzoso despliegue de síndrome de Estocolmo, los llevamos al top de los ránkings y les regalamos lo único que no nos han quitado aún: nuestro tiempo.