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Las devastadoras consecuencias de la economía inglesa tras la muerte de la reina Isabel II

Reino Unido afronta su situación más compleja en décadas en medio de luto por la muerte de su reina y con lideratos cuestionados, por lo que el nuevo Gobierno busca rebajar la inflación controlando precios y bajando impuestos.

La primera ministra, Liz Truss enfrenta el encargo de redefinir el rumbo de Reino Unido. (Foto Efe)
Redacción República
09 de septiembre, 2022

"Redefinir el rumbo de Reino Unido", inmerso en una espiral crítica de precios, es el encargo que tiene la primera ministra, Liz Truss, además de la tensión por la dependencia energética y una inflación que los expertos apuntan a que supere el 13% el próximo invierno. 

Y es que Reino Unido afronta su situación más compleja en décadas en medio de luto por la muerte de su reina y con lideratos cuestionados, por lo que el nuevo Gobierno busca rebajar la inflación controlando precios y bajando impuestos.

Una de las primeras medidas de Truss ha sido congelar las facturas del gas y la electricidad en octubre en un máximo de 2,500 libras anuales por hogar, es decir unos 2 mil 880 euros, con el fin de aliviar su carga económica.

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Lo anterior enmienda así al regulador energético de Gran Bretaña, Ofgem, que fijó hace unos días el precio máximo que las energéticas puedan cobrar más de 4 mil 202 euros, un 80% superior al actual, de 2 mil 325 euros.

Tales medidas podrían rebajar la actual inflación en cinco puntos, mientras que Goldman Sachs, que pronosticaba una inflación del 14.8% en octubre, ha rebajado su estimación a un 10.8%.

El Banco de Inglaterra, que ha calificado como "inevitable" la recesión económica del país durante los próximos meses, también tendrá en cuenta esta medida para decidir sobre los tipos de interés.

Buscan evitar tensiones

Al mismo tiempo, el nuevo Ejecutivo anulará la prohibición del fracking para extraer petróleo y gas en el Mar del Norte, donde prevé retomar la producción del mismo en seis meses, además de negociar contratos a largo plazo para bajar el coste de la intervención.

También ha propuesto una nueva bajada de impuestos sin concretar cuáles, y una inyección de 40,000 millones de libras esterlinas (46,000 millones de euros) a la economía británica para garantizar la liquidez de las empresas que necesiten sortear la volatilidad de los precios.

El objetivo es aliviar y evitar las tensiones de una ciudadanía que podría protestar en las calles ante un invierno frío en las casas. Algunas ya fueron convocadas en sectores clave como el postal (Royal Mail), estibadores, trabajadores ferroviarios (que ya han anunciado paros en los próximos días), abogados penales o basureros, todos inconformes por sus condiciones laborales y bajos salarios, suspendidos únicamente por el luto por la muerte de la reina.  

La amenaza de Brexit

Las protestas están vinculadas al Brexit la que amenaza con romper la agenda política del nuevo gobierno es la inmigración, que en lo que va del año ha alcanzado cifras récord en julio y agosto, cuando más de 17 mil personas han llegado en pequeñas embarcaciones al canal de la Mancha. 

Es otro problema que deberá afrontar el nuevo Gabinete, en un momento en que inició el juicio contra las deportaciones tras el acuerdo con el Gobierno de Ruanda, para enviar allí a los ilegales que pidan asilo en Reino Unido. 

Al mismo tiempo hay demandas de la sociedad civil y defensores de migrantes que evitó la salida del primer vuelo de deportación. 

Otros problemas derivados del Brexit es que uno de sus territorios de ultramar, Bermudas, ha mostrado su intención de seguir adelante en el plan de legaizar el uso de producción de cannabis, al que se opuso Londres. 

También el rechazo del segundo referéndum de independencia planteado por Escocia, previsto para el 19 de octubre de 2023. 

Además, el problema para financiar y personal del servicio público sanitario amenaza el colapso de los servicios: cada vez hay largas filas para acudir al médico, falta de ambulancias y personal calificado. 

 

Las devastadoras consecuencias de la economía inglesa tras la muerte de la reina Isabel II

Reino Unido afronta su situación más compleja en décadas en medio de luto por la muerte de su reina y con lideratos cuestionados, por lo que el nuevo Gobierno busca rebajar la inflación controlando precios y bajando impuestos.

La primera ministra, Liz Truss enfrenta el encargo de redefinir el rumbo de Reino Unido. (Foto Efe)
Redacción República
09 de septiembre, 2022

"Redefinir el rumbo de Reino Unido", inmerso en una espiral crítica de precios, es el encargo que tiene la primera ministra, Liz Truss, además de la tensión por la dependencia energética y una inflación que los expertos apuntan a que supere el 13% el próximo invierno. 

Y es que Reino Unido afronta su situación más compleja en décadas en medio de luto por la muerte de su reina y con lideratos cuestionados, por lo que el nuevo Gobierno busca rebajar la inflación controlando precios y bajando impuestos.

Una de las primeras medidas de Truss ha sido congelar las facturas del gas y la electricidad en octubre en un máximo de 2,500 libras anuales por hogar, es decir unos 2 mil 880 euros, con el fin de aliviar su carga económica.

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Lo anterior enmienda así al regulador energético de Gran Bretaña, Ofgem, que fijó hace unos días el precio máximo que las energéticas puedan cobrar más de 4 mil 202 euros, un 80% superior al actual, de 2 mil 325 euros.

Tales medidas podrían rebajar la actual inflación en cinco puntos, mientras que Goldman Sachs, que pronosticaba una inflación del 14.8% en octubre, ha rebajado su estimación a un 10.8%.

El Banco de Inglaterra, que ha calificado como "inevitable" la recesión económica del país durante los próximos meses, también tendrá en cuenta esta medida para decidir sobre los tipos de interés.

Buscan evitar tensiones

Al mismo tiempo, el nuevo Ejecutivo anulará la prohibición del fracking para extraer petróleo y gas en el Mar del Norte, donde prevé retomar la producción del mismo en seis meses, además de negociar contratos a largo plazo para bajar el coste de la intervención.

También ha propuesto una nueva bajada de impuestos sin concretar cuáles, y una inyección de 40,000 millones de libras esterlinas (46,000 millones de euros) a la economía británica para garantizar la liquidez de las empresas que necesiten sortear la volatilidad de los precios.

El objetivo es aliviar y evitar las tensiones de una ciudadanía que podría protestar en las calles ante un invierno frío en las casas. Algunas ya fueron convocadas en sectores clave como el postal (Royal Mail), estibadores, trabajadores ferroviarios (que ya han anunciado paros en los próximos días), abogados penales o basureros, todos inconformes por sus condiciones laborales y bajos salarios, suspendidos únicamente por el luto por la muerte de la reina.  

La amenaza de Brexit

Las protestas están vinculadas al Brexit la que amenaza con romper la agenda política del nuevo gobierno es la inmigración, que en lo que va del año ha alcanzado cifras récord en julio y agosto, cuando más de 17 mil personas han llegado en pequeñas embarcaciones al canal de la Mancha. 

Es otro problema que deberá afrontar el nuevo Gabinete, en un momento en que inició el juicio contra las deportaciones tras el acuerdo con el Gobierno de Ruanda, para enviar allí a los ilegales que pidan asilo en Reino Unido. 

Al mismo tiempo hay demandas de la sociedad civil y defensores de migrantes que evitó la salida del primer vuelo de deportación. 

Otros problemas derivados del Brexit es que uno de sus territorios de ultramar, Bermudas, ha mostrado su intención de seguir adelante en el plan de legaizar el uso de producción de cannabis, al que se opuso Londres. 

También el rechazo del segundo referéndum de independencia planteado por Escocia, previsto para el 19 de octubre de 2023. 

Además, el problema para financiar y personal del servicio público sanitario amenaza el colapso de los servicios: cada vez hay largas filas para acudir al médico, falta de ambulancias y personal calificado.