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Carol Ryff: “es importante tener una razón por la cual salir de la cama en las mañanas”

La psicóloga y académica estadounidense creó -en los noventa- un modelo de bienestar conformado por 6 dimensiones, que fue el precursor de los que actualmente usa la Psicología Positiva.

Carol Ryff
Mariana Caprile |
08 de marzo, 2023

El interés por la felicidad, por escudriñarla, por profundizar sobre ella, definirla y hasta delimitarla, es ancestral. Se remonta al Imperio griego; a esa civilización que no sólo se ocupó de la política –fue cuna de la democracia-, las artes o los deportes, sino también de reflexionar sobre otros grandes temas que, hasta el día de hoy, generan inquietudes, debates e investigaciones en diversas culturas y áreas del conocimiento. 

Aristóteles, por ejemplo, sostenía que el ser humano lograba la felicidad por medio del desarrollo de sus capacidades o virtudes; a esta visión se le denominó Eudaimonía. Bajo esta mirada, las acciones que se emprenden aportan crecimiento personal, pero requieren de esfuerzo y dedicación, y la gratificación no se experimenta de manera inmediata. 

Epicuro, por su parte, consideraba que la felicidad provenía de la evitación del dolor y de la búsqueda y satisfacción de los placeres: Hedonismo. Sin embargo, no se refería al placer desmedido ni proveniente de cualquier fuente, sino a “aquel que evite el sufrimiento del cuerpo y la perturbación del alma”. Desde su perspectiva, procurando una vida sencilla y absteniéndose de la complacencia de deseos innecesarios se alcanza la felicidad. 

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La Psicología Positiva -enfoque que nació hace apenas 25 años- toma en cuenta, como base, ambos puntos de vista de antaño. Avala, así, un concepto de felicidad en el cual tiene cabida el desarrollo sostenido de las virtudes, junto con la realización de acciones que proporcionen placer.      

Carol Ryff y su modelo de bienestar psicológico

La psicóloga y profesora estadounidense, Carol Ryff, reconocida por sus estudios sobre el bienestar psicológico y la resiliencia –facultad para superar la adversidad-, congenia con la concepción de felicidad que plantea la Eudaimonía. “La que es realmente una buena idea, en mi visión, es la de Aristóteles, en la que sostuvo que el mayor de todos los bienes humanos es la realización del verdadero potencial individual. Entonces, no se trata solo de sentirse bien o de disfrutar de la vida, sino, en realidad, de esforzarse por implementar tus objetivos, por aprovechar al máximo tus talentos y capacidades, para hacer del mundo un lugar mejor (…)”, afirmó. 

En la década de los noventa, Ryff ideó un modelo de bienestar psicológico, el cual se considera pionero de los que hoy en día emplea la Psicología Positiva. Dicho modelo, para el cual también elaboró un cuestionario de evaluación de cada elemento, está compuesto por las siguientes 6 dimensiones:

Autonomía: “es sentir que puedes vivir de acuerdo con tus propias convicciones”, según palabras de Ryff. Este factor mide la independencia de las personas en amplios aspectos de su vida; su poder de decisión y el peso que sobre ellas ejerce la presión social, la opinión de los demás. 

Dominio del entorno: “es sentir que puedes manejar tu ambiente; crear contextos que se adapten a tus necesidades y capacidades”. En este componente se evalúan las destrezas de las personas para tener control sobre el medio que las rodea, evidenciando la posibilidad, o no, de hacerle frente a situaciones desfavorables. 

Crecimiento personal: “es aprovechar al máximo tus talentos y capacidades a medida que avanzas en la vida”. En este componente, se observan las habilidades que tienen los individuos de estar en constante desarrollo personal; se les ve afrontando experiencias inéditas, aprendiendo y progresando. 

Relaciones positivas con otros: “es cuidar tus lazos sociales”, fomentando vínculos sinceros, cercanos, afectuosos y empáticos. “Es el aspecto más universalmente respaldado en lo que se refiere a sentirse bien en muchas formulaciones filosóficas, religiosas, psicológicas”, aseguró Ryff. A mayor aptitud de establecer relaciones satisfactorias con los demás, mayor probabilidad de experimentar bienestar emocional. 

Propósito de vida: “es encontrar significado y dirección en tu vida”. Este factor otorga valoración a la virtud que tienen las personas de darle sentido a su existencia; de tener sueños y de establecer planes, objetivos y metas con acciones claras -presentes y futuras- para alcanzarlos.

Autoaceptación: tiene que ver con poseer una actitud positiva hacia uno mismo, admitiendo todos los aspectos que nos integran, incluso los negativos. “(Esta dimensión) es más profunda y rica que la autoestima porque es reconocer no sólo tus fortalezas, sino también tus debilidades”, aclaró Ryff. 

En el marco de la conferencia Purpose and Health across the Life Span, llevada a cabo por el Program for Research on Youth Development and Engagement (PRYDE) en octubre de 2016, Ryff aseveró que “(…) hemos detectado que las personas que tienen un fuerte sentido de propósito -significado en sus vidas-, que también sienten que están aprovechando sus talentos y capacidades, están obteniendo muchos beneficios en su salud. Son personas que viven más años, en quienes ha demorado la aparición de padecimientos que se presentan con el envejecimiento, y también evidencian mejores perfiles de recuperación cuando tienen algún inconveniente médico”. 

Asimismo, durante este encuentro, la psicóloga y docente estadounidense enfatizó: “Cuando estudiamos el bienestar, hemos aprendido cosas realmente relevantes sobre factores que son particularmente significativos para la salud (...) Es fundamental llevar una vida de propósito y significado; es decir, es importante tener una razón por la cual salir de la cama en las mañanas; es importante tener objetivos por los que vivir (…)”. 

Sin necesidad de tener a la mano el cuestionario de evaluación del modelo de Ryff, podemos autoobservarnos y detectar en cuál de las 6 dimensiones tenemos trabajo por hacer. Tengamos en cuenta que cada día, tenemos la oportunidad de que sea un gran día, y, más aún, el inicio de un proceso personal que nos depare mayor bienestar y felicidad. 

*Este artículo forma parte de una serie sobre Felicidad y Bienestar que se estará publicando durante el mes de marzo en República. Los invitamos a leernos y dejar sus comentarios.

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Carol Ryff: “es importante tener una razón por la cual salir de la cama en las mañanas”

La psicóloga y académica estadounidense creó -en los noventa- un modelo de bienestar conformado por 6 dimensiones, que fue el precursor de los que actualmente usa la Psicología Positiva.

Mariana Caprile |
08 de marzo, 2023
Carol Ryff

El interés por la felicidad, por escudriñarla, por profundizar sobre ella, definirla y hasta delimitarla, es ancestral. Se remonta al Imperio griego; a esa civilización que no sólo se ocupó de la política –fue cuna de la democracia-, las artes o los deportes, sino también de reflexionar sobre otros grandes temas que, hasta el día de hoy, generan inquietudes, debates e investigaciones en diversas culturas y áreas del conocimiento. 

Aristóteles, por ejemplo, sostenía que el ser humano lograba la felicidad por medio del desarrollo de sus capacidades o virtudes; a esta visión se le denominó Eudaimonía. Bajo esta mirada, las acciones que se emprenden aportan crecimiento personal, pero requieren de esfuerzo y dedicación, y la gratificación no se experimenta de manera inmediata. 

Epicuro, por su parte, consideraba que la felicidad provenía de la evitación del dolor y de la búsqueda y satisfacción de los placeres: Hedonismo. Sin embargo, no se refería al placer desmedido ni proveniente de cualquier fuente, sino a “aquel que evite el sufrimiento del cuerpo y la perturbación del alma”. Desde su perspectiva, procurando una vida sencilla y absteniéndose de la complacencia de deseos innecesarios se alcanza la felicidad. 

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La Psicología Positiva -enfoque que nació hace apenas 25 años- toma en cuenta, como base, ambos puntos de vista de antaño. Avala, así, un concepto de felicidad en el cual tiene cabida el desarrollo sostenido de las virtudes, junto con la realización de acciones que proporcionen placer.      

Carol Ryff y su modelo de bienestar psicológico

La psicóloga y profesora estadounidense, Carol Ryff, reconocida por sus estudios sobre el bienestar psicológico y la resiliencia –facultad para superar la adversidad-, congenia con la concepción de felicidad que plantea la Eudaimonía. “La que es realmente una buena idea, en mi visión, es la de Aristóteles, en la que sostuvo que el mayor de todos los bienes humanos es la realización del verdadero potencial individual. Entonces, no se trata solo de sentirse bien o de disfrutar de la vida, sino, en realidad, de esforzarse por implementar tus objetivos, por aprovechar al máximo tus talentos y capacidades, para hacer del mundo un lugar mejor (…)”, afirmó. 

En la década de los noventa, Ryff ideó un modelo de bienestar psicológico, el cual se considera pionero de los que hoy en día emplea la Psicología Positiva. Dicho modelo, para el cual también elaboró un cuestionario de evaluación de cada elemento, está compuesto por las siguientes 6 dimensiones:

Autonomía: “es sentir que puedes vivir de acuerdo con tus propias convicciones”, según palabras de Ryff. Este factor mide la independencia de las personas en amplios aspectos de su vida; su poder de decisión y el peso que sobre ellas ejerce la presión social, la opinión de los demás. 

Dominio del entorno: “es sentir que puedes manejar tu ambiente; crear contextos que se adapten a tus necesidades y capacidades”. En este componente se evalúan las destrezas de las personas para tener control sobre el medio que las rodea, evidenciando la posibilidad, o no, de hacerle frente a situaciones desfavorables. 

Crecimiento personal: “es aprovechar al máximo tus talentos y capacidades a medida que avanzas en la vida”. En este componente, se observan las habilidades que tienen los individuos de estar en constante desarrollo personal; se les ve afrontando experiencias inéditas, aprendiendo y progresando. 

Relaciones positivas con otros: “es cuidar tus lazos sociales”, fomentando vínculos sinceros, cercanos, afectuosos y empáticos. “Es el aspecto más universalmente respaldado en lo que se refiere a sentirse bien en muchas formulaciones filosóficas, religiosas, psicológicas”, aseguró Ryff. A mayor aptitud de establecer relaciones satisfactorias con los demás, mayor probabilidad de experimentar bienestar emocional. 

Propósito de vida: “es encontrar significado y dirección en tu vida”. Este factor otorga valoración a la virtud que tienen las personas de darle sentido a su existencia; de tener sueños y de establecer planes, objetivos y metas con acciones claras -presentes y futuras- para alcanzarlos.

Autoaceptación: tiene que ver con poseer una actitud positiva hacia uno mismo, admitiendo todos los aspectos que nos integran, incluso los negativos. “(Esta dimensión) es más profunda y rica que la autoestima porque es reconocer no sólo tus fortalezas, sino también tus debilidades”, aclaró Ryff. 

En el marco de la conferencia Purpose and Health across the Life Span, llevada a cabo por el Program for Research on Youth Development and Engagement (PRYDE) en octubre de 2016, Ryff aseveró que “(…) hemos detectado que las personas que tienen un fuerte sentido de propósito -significado en sus vidas-, que también sienten que están aprovechando sus talentos y capacidades, están obteniendo muchos beneficios en su salud. Son personas que viven más años, en quienes ha demorado la aparición de padecimientos que se presentan con el envejecimiento, y también evidencian mejores perfiles de recuperación cuando tienen algún inconveniente médico”. 

Asimismo, durante este encuentro, la psicóloga y docente estadounidense enfatizó: “Cuando estudiamos el bienestar, hemos aprendido cosas realmente relevantes sobre factores que son particularmente significativos para la salud (...) Es fundamental llevar una vida de propósito y significado; es decir, es importante tener una razón por la cual salir de la cama en las mañanas; es importante tener objetivos por los que vivir (…)”. 

Sin necesidad de tener a la mano el cuestionario de evaluación del modelo de Ryff, podemos autoobservarnos y detectar en cuál de las 6 dimensiones tenemos trabajo por hacer. Tengamos en cuenta que cada día, tenemos la oportunidad de que sea un gran día, y, más aún, el inicio de un proceso personal que nos depare mayor bienestar y felicidad. 

*Este artículo forma parte de una serie sobre Felicidad y Bienestar que se estará publicando durante el mes de marzo en República. Los invitamos a leernos y dejar sus comentarios.