La aromaterapia, en su búsqueda por promover el bienestar integral de las personas, se presenta como un enfoque terapéutico que aborda la conexión entre la humanidad y la naturaleza. Cada uno de los productos que se desprenden de esta práctica, están cuidadosamente elaborados a partir de aceites esenciales, una esencia que vincula a las personas con los elementos naturales a través del sentido del olfato, la piel o el sistema digestivo.

El valor intrínseco de esta técnica radica en su capacidad de generar un impacto positivo tanto en la salud de los individuos como en el medioambiente. La esencia misma de sus productos reside en su origen natural, todos ellos extraídos de plantas y con funciones terapéuticas auténticas. La amplia diversidad de aceites esenciales alberga propiedades únicas: algunos generan energía, otros inducen a la calma y relajación, mientras otros actúan como antisépticos.

Cada uno se caracteriza por su composición química, la cual ofrece un conjunto de distintos beneficios. Por ejemplo, la lavanda favorece el sueño, la menta revitaliza y facilita la respiración, el eucalipto alivia tensiones musculares y la bergamota combate la depresión y el estrés. El objetivo es cultivar un estado de bienestar integral. 

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Debido a lo natural de los aceites, también es factible su ingestión. No obstante, es crucial manejar con precaución esta vía, poniendo suma importancia en la cantidad y la calidad de productos utilizados. Dado su carácter altamente concentrado, es esencial diluirlos adecuadamente. Por ejemplo, en una receta para 60 galletas, tan solo se requieren tres gotas de estos. 

Pero el uso de aceites esenciales no solo se limita al ámbito culinario, sino que también se adentra en el universo de la mixología, dando lugar a bebidas preparadas como el Gin Tonic y otras que incorporan también plantas medicinales. 

Cómo funciona la aromaterapia 

La aromaterapia, en su esencia misma, canaliza la fuerza de los aromas hacia el cerebro, generando estímulos positivos que repercuten en una mejora generalizada del cuerpo. Asimismo, la piel, un órgano altamente permeable, actúa como puente para la absorción de las sustancias, permitiendo que estas circulen por el torrente sanguíneo y alcancen los órganos, desencadenando efectos beneficiosos. De esta manera, la vía olfativa y la aplicación tópica se convierten en los métodos más recomendados.

Esta se ha considerado como herramienta alternativa que brinda soluciones. Cada aceite esencial ofrece una manera única para cultivar la paz, alegría y relajación, transformando pequeños momentos en pausas de conexión con la naturaleza, mejorando la calidad de vida en su esencia más pura.

Uso en el trabajo 

La Aromaterapia es muy funcional en el trabajo, ya que si lo que tenemos es estrés hay aceites esenciales que son relajantes. Por ejemplo, la bergamota o lavanda. Estos lo que hacen es calmar el sistema nervioso y relajar a la persona. También los cítricos como los de la naranja, que se consideran energizantes, también pueden funcionar, puesto que dan una actitud positiva.  

Al mezclarlos en un difusor se creará un ambiente relajante, pero el toque dulce de la naranja promoverá un espacio optimista y enérgico. Además, existen también productos que se aplican directamente a la piel y tienen los mismos beneficios. 

Función en el sistema respiratorio 

Aquí los aceites que se utilizan son el eucalipto, la menta y el árbol de té. Este es un aceite extraído de un árbol australiano que es antiséptico, lo que quiere decir que ayuda a fortalecer el sistema inmune, aumentando así nuestras defensas. También es expectorante, por lo que funciona también contra la tos. En cuanto al eucalipto y la menta, ayudan a abrir las vías respiratorias, mejoran los pulmones y los bronquios, promoviendo así que uno respire mejor. Con estos se pueden hacer inhalaciones o también se pueden usar tópicamente después de la ducha o en cualquier momento.  

Otros beneficios:

La aromaterapia también funciona contra el insomnio. Por ejemplo, se pueden emplear mezclas con lavanda o geranio. Se colocan antes de dormir y estos generarán un ambiente relajante. De la misma manera, se puede aplicar en un difusor agua, dos gotas de lavanda y dos de bergamota, para generar el mismo efecto. Por otro lado, los aceites esenciales de menta y los de limón ayudarán a la concentración al  promover la claridad mental.