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Juan José “Pepe” López, el verapacense que siempre quiso ser aviador

Viviana Mutz
18 de noviembre, 2020

La amplia experiencia como aviador de Juan José López Yat hizo que sus pasajeros siempre viajaran confiados con él. 

Esa descripción dan quienes compartieron en los aires con Pepe, de 41 años, como le decían de cariño al piloto de la avioneta que el domingo 8 de noviembre se estrelló en la zona 9 de la capital.

Un piloto experto y una persona dispuesta a servir. El día de la tragedia llevaba víveres para damnificados de Cobán, Alta Verapaz, por la tormenta tropical Eta.

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Pepe murió horas después del accidente, mientras que su acompañante, Jaime Pacay, falleció al instante. A ambos los unía la amistad y las Verapaces, de donde eran originarios. 

Ser piloto no era un trabajo sino una pasión para Pepe, cuentan sus cercanos. “Le permitía estar en el cielo, lugar del que finalmente ya no volvió por servir a los más necesitados”, lamentan. 

  • Deberías leer:

Muere piloto de avioneta que trasladaba ayuda humanitaria

“Era un ‘pilotazo’”

Pepe supo que el cielo era su lugar desde que culminó su carrera como bachiller porque enseguida se integró al Círculo Aéreo donde obtuvo el título de piloto aviador privado, comercial y de vuelos por instrumento. 

Miembros de la familia Torrebiarte, a quienes López les prestaba su servicio, lo recuerdan como un profesional amable, sonriente, honrado y discreto.

“Era un “pilotazo”, muy sereno cuando debía serlo y celebrara la vida volando. Lo extrañaremos”, expresa la familia.

Agregan que se inició en el mundo del aviación con su padre, quien también es aviador, por lo que el área de las Verapaces la tenían calcada. 

El aeropuerto de Cobán puede ser complicado para aterrizar por el clima y estar rodeado de montañas, dicen los Torrebiarte “pero Pepe siempre cumplió cada vez que nos pidió no preocuparnos porque llegaríamos”, añaden los empresarios.

Algunas de las postales captadas por Juan José Lopez en sus múltiples vuelos.

Pepe “me ayudó a perder el miedo en volar”

La asistente de gerencia y encargada de vuelos Kodiak, Janira Barillas, se refiere a López como una persona carismática y responsable. “Nunca dijo no cuando se trataba de hacer viajes y se esforzaba por realizarlos bien”, comenta. 

La anécdota que nunca olvidará es que Pepe le ayudó a perder el miedo a volar.  “Dejé de subir aviones durante ocho años por un accidente, pero de tanto que me insistió, acepté volar con él y recuperé la confianza”.

Añade que el piloto estaba calificado en vuelos en emergencias aéreas, curso que aprobó en Estados Unidos con una nota de 99 puntos. “Pepe simplemente amaba estar en los cielos, lugar desde donde ahora nos ve”, puntualiza Barillas.

Juan José “Pepe” López, el verapacense que siempre quiso ser aviador

Viviana Mutz
18 de noviembre, 2020

La amplia experiencia como aviador de Juan José López Yat hizo que sus pasajeros siempre viajaran confiados con él. 

Esa descripción dan quienes compartieron en los aires con Pepe, de 41 años, como le decían de cariño al piloto de la avioneta que el domingo 8 de noviembre se estrelló en la zona 9 de la capital.

Un piloto experto y una persona dispuesta a servir. El día de la tragedia llevaba víveres para damnificados de Cobán, Alta Verapaz, por la tormenta tropical Eta.

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Pepe murió horas después del accidente, mientras que su acompañante, Jaime Pacay, falleció al instante. A ambos los unía la amistad y las Verapaces, de donde eran originarios. 

Ser piloto no era un trabajo sino una pasión para Pepe, cuentan sus cercanos. “Le permitía estar en el cielo, lugar del que finalmente ya no volvió por servir a los más necesitados”, lamentan. 

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“Era un ‘pilotazo’”

Pepe supo que el cielo era su lugar desde que culminó su carrera como bachiller porque enseguida se integró al Círculo Aéreo donde obtuvo el título de piloto aviador privado, comercial y de vuelos por instrumento. 

Miembros de la familia Torrebiarte, a quienes López les prestaba su servicio, lo recuerdan como un profesional amable, sonriente, honrado y discreto.

“Era un “pilotazo”, muy sereno cuando debía serlo y celebrara la vida volando. Lo extrañaremos”, expresa la familia.

Agregan que se inició en el mundo del aviación con su padre, quien también es aviador, por lo que el área de las Verapaces la tenían calcada. 

El aeropuerto de Cobán puede ser complicado para aterrizar por el clima y estar rodeado de montañas, dicen los Torrebiarte “pero Pepe siempre cumplió cada vez que nos pidió no preocuparnos porque llegaríamos”, añaden los empresarios.

Algunas de las postales captadas por Juan José Lopez en sus múltiples vuelos.

Pepe “me ayudó a perder el miedo en volar”

La asistente de gerencia y encargada de vuelos Kodiak, Janira Barillas, se refiere a López como una persona carismática y responsable. “Nunca dijo no cuando se trataba de hacer viajes y se esforzaba por realizarlos bien”, comenta. 

La anécdota que nunca olvidará es que Pepe le ayudó a perder el miedo a volar.  “Dejé de subir aviones durante ocho años por un accidente, pero de tanto que me insistió, acepté volar con él y recuperé la confianza”.

Añade que el piloto estaba calificado en vuelos en emergencias aéreas, curso que aprobó en Estados Unidos con una nota de 99 puntos. “Pepe simplemente amaba estar en los cielos, lugar desde donde ahora nos ve”, puntualiza Barillas.