Las oficinas de Amazon en Tokio, así como un centro de distribución del grupo situado en Chiba, al este de la capital nipona, fueron registradas el pasado viernes por las fuerzas del orden, informó la prensa japonesa.

La operación se habría producido tras la detención en septiembre de dos hombres acusados de haber puesto en venta en esta plataforma libros que incluían fotografías de pornografía infantil, artículos cuya distribución y venta son ilegales, así como su mera posesión.

La filial japonesa del grupo estadounidense se negó a confirmar el registro y a proporcionar detalles, insistiendo en su voluntad de cooperar con las autoridades.

“Nos tomamos esta investigación muy en serio”, dijo la empresa a la AFP. “Nosotros no autorizamos la venta de artículos ilegales en nuestro sitio, hemos puesto en marcha mecanismos para evitar que ocurra, y hemos retirado la oferta de ese tipo de productos”, aseguró.

Según el diario Sankei, la policía descubrió también que una decena de vendedores de libros de pornografía con menores habían colocado su mercancía a través de la plataforma antes de ser detenidos.

“No podemos comercializar nuestros artículos en otros grandes sitios comerciales, pero con Amazon no tuvimos ningún problema”, habría declarado uno de los arrestados, según este periódico.

Japón posee una vasta industria pornográfica, y pese a que la ley prohíbe la pornografía que incluya a menores de 18 años, la ley no se aplica a los dibujos manga ni a las imágenes virtuales, excepción que ha sido frecuentemente denunciada por las ONGs.