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Para la italiana Giorgi, su victoria ante Wozniacki ‘no es milagro, es trabajo’

Redacción República
01 de septiembre, 2013

‘No es milagro, es trabajo, mucho trabajo’, dijo la jovencita italiana Camila Giorgi tras su victoria este sábado ante la danesa y sexta favorita Caroline Wozniacki, que la catapultó hasta octavos de final del Abierto de tenis de Estados Unidos en Nueva York.

Aunque confiesa que es la primera vez que juega ‘ante tanta gente y en un estadio tan grande, tan histórico’, la rubia de 21 años y padres argentinos, jugó como una veterana para vencer a Wozniacki 4-6, 6-4, 6-3 y sellar su segundo pasaje a cuarta ronda de un Gran Slam.

La italiana regresará a la cancha en busca del pasaje cuartos de final para medirse a su compatriota Roberta Vinci, décima sembrada y número 13 del mundo, una jugadora de estilo totalmente diferente a Wozniacki.

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‘Va ser un poquito más difícil porque me conoce más, aunque nunca hemos jugado, pero si entrenado alguna vez. Igual es una rival a la que hay que vencer para seguir adelante’, expresó.

Acerca de su partido ante Wozniacki, veterana de siete US Open y finalista en 2009, Giorgi le respondió a un periodista que su triunfo ‘no es milagro, es trabajo, es mucho trabajo, y el apoyo de mi familia y mi papá’.

La rubia nacida en Macerata, en el centro de Italia, compensó los 45 errores no forzados con 46 tiros ganadores de todos los colores y por todos los costados de la cancha.

Dijo que su momento más difícil fue cuando perdió el primer set, luego de perder dos veces su servicio ante la danesa, pero entonces miró a las gradas, donde estaba sentado su padre Sergio, y éste le hizo un gesto de aliento que le ayudó a recuperar la confianza.

Giorgi rescató su servicio de dos ‘game point’ en una peleada quinta manga, y ello le dio la inspiración para en el siguiente tramo quebrar a su mejor ranqueada rival, ganar su saque en el séptimo game, y dejar todo listo para liquidar el partido en el tramo final.

‘Los nervios, la presión de jugar en esta cancha (Arthur Ashe), estaba medio asustada y no me entraban los tiros. Después me metí en el partido y fui ganando confianza al ver que podía jugarle parejo’, declaró la italiana, que ya llegó este año hasta cuarta ronda de Wimbledon.

Si en la cancha la italoargentina estaba dando un recital a su más avezada rival, en las gradas su padre Sergio Giorgi, veterano de la guerra de la Malvinas, daba otro espectáculo gratis por sus gestos y saltos de alegría cada vez que su retoño marcaba un punto camino a la victoria.

Al terminar el partido, el padre Giorgi casi se lanzó de cabeza gradas abajo para pescar a su hija en medio de las felicitaciones de los aficionados, y lo primero que le dijo fue: ‘¡Grande flaca!’.

‘A los 5 años le puse una raqueta en las manos para que se entretuviera, y desde entonces la piba no la ha soltado. Es que mi flaca es mucha flaca’, dijo Sergio en un aparte con la AFP.

A fin de desarrollar la carrera de su hija, Sergio ha caminado medio mundo y vivido ‘en un montón de países’, siempre buscando nuevas experiencias y nuevos aires.

‘Los primeros cinco años de Camila los vivimos en Italia, después estuvimos cuatro años en España, cinco en Francia, tres en Miami y hace un tiempo nos regresamos de vuelta a Italia. Un montón de países’, asegura Sergio Giorgi.

Y mientras el padre pondera las virtudes de su hija, ‘así como es en la cancha es buena de hija’, dice, Camila enfrenta por primera vez a la gran prensa, con la calma de un veterana en estos lances, y una sonrisa tímida ante los elogios.

‘No sé, pero creo que no voy a poder dormir esta noche’, aseguró, mientras se despedía para planear su siguiente partido del lunes, seguida de su padre, entrenador, asesor y sicológoco empírico, y artífice de una probable estrella.

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Para la italiana Giorgi, su victoria ante Wozniacki ‘no es milagro, es trabajo’

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01 de septiembre, 2013

‘No es milagro, es trabajo, mucho trabajo’, dijo la jovencita italiana Camila Giorgi tras su victoria este sábado ante la danesa y sexta favorita Caroline Wozniacki, que la catapultó hasta octavos de final del Abierto de tenis de Estados Unidos en Nueva York.

Aunque confiesa que es la primera vez que juega ‘ante tanta gente y en un estadio tan grande, tan histórico’, la rubia de 21 años y padres argentinos, jugó como una veterana para vencer a Wozniacki 4-6, 6-4, 6-3 y sellar su segundo pasaje a cuarta ronda de un Gran Slam.

La italiana regresará a la cancha en busca del pasaje cuartos de final para medirse a su compatriota Roberta Vinci, décima sembrada y número 13 del mundo, una jugadora de estilo totalmente diferente a Wozniacki.

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‘Va ser un poquito más difícil porque me conoce más, aunque nunca hemos jugado, pero si entrenado alguna vez. Igual es una rival a la que hay que vencer para seguir adelante’, expresó.

Acerca de su partido ante Wozniacki, veterana de siete US Open y finalista en 2009, Giorgi le respondió a un periodista que su triunfo ‘no es milagro, es trabajo, es mucho trabajo, y el apoyo de mi familia y mi papá’.

La rubia nacida en Macerata, en el centro de Italia, compensó los 45 errores no forzados con 46 tiros ganadores de todos los colores y por todos los costados de la cancha.

Dijo que su momento más difícil fue cuando perdió el primer set, luego de perder dos veces su servicio ante la danesa, pero entonces miró a las gradas, donde estaba sentado su padre Sergio, y éste le hizo un gesto de aliento que le ayudó a recuperar la confianza.

Giorgi rescató su servicio de dos ‘game point’ en una peleada quinta manga, y ello le dio la inspiración para en el siguiente tramo quebrar a su mejor ranqueada rival, ganar su saque en el séptimo game, y dejar todo listo para liquidar el partido en el tramo final.

‘Los nervios, la presión de jugar en esta cancha (Arthur Ashe), estaba medio asustada y no me entraban los tiros. Después me metí en el partido y fui ganando confianza al ver que podía jugarle parejo’, declaró la italiana, que ya llegó este año hasta cuarta ronda de Wimbledon.

Si en la cancha la italoargentina estaba dando un recital a su más avezada rival, en las gradas su padre Sergio Giorgi, veterano de la guerra de la Malvinas, daba otro espectáculo gratis por sus gestos y saltos de alegría cada vez que su retoño marcaba un punto camino a la victoria.

Al terminar el partido, el padre Giorgi casi se lanzó de cabeza gradas abajo para pescar a su hija en medio de las felicitaciones de los aficionados, y lo primero que le dijo fue: ‘¡Grande flaca!’.

‘A los 5 años le puse una raqueta en las manos para que se entretuviera, y desde entonces la piba no la ha soltado. Es que mi flaca es mucha flaca’, dijo Sergio en un aparte con la AFP.

A fin de desarrollar la carrera de su hija, Sergio ha caminado medio mundo y vivido ‘en un montón de países’, siempre buscando nuevas experiencias y nuevos aires.

‘Los primeros cinco años de Camila los vivimos en Italia, después estuvimos cuatro años en España, cinco en Francia, tres en Miami y hace un tiempo nos regresamos de vuelta a Italia. Un montón de países’, asegura Sergio Giorgi.

Y mientras el padre pondera las virtudes de su hija, ‘así como es en la cancha es buena de hija’, dice, Camila enfrenta por primera vez a la gran prensa, con la calma de un veterana en estos lances, y una sonrisa tímida ante los elogios.

‘No sé, pero creo que no voy a poder dormir esta noche’, aseguró, mientras se despedía para planear su siguiente partido del lunes, seguida de su padre, entrenador, asesor y sicológoco empírico, y artífice de una probable estrella.