Recientemente se publicó el reporte del Global Entrepreneurship Monitor para Guatemala. El documento para nuestro país es publicado y elaborado por la Universidad Francisco Marroquín.
Como todos los años, este reporte intenta mostrar la situación del emprendimiento en nuestro país. Una conclusión que se puede obtener de la investigación es que un grueso importante del empleo es una respuesta a la falta de ocupación en el sector formal.
Se estima que año se incorporan 200,000 jóvenes graduados de diversificado al mercado laboral mientras que solo se generan 20,000 empleos formales. De esta suerte, el emprendimiento se vuelve una alternativa interesante.
Sin embargo, los emprendedores encuentran muchas dificultades en su aventura. Las regulaciones gubernamentales les empujan a la informalidad, la falta de protección a los derechos de propiedad hacen que obtener un crédito sea costoso y complicado. Prácticamente la opción de buscar un socio capitalista es una quimera en un clima en el cual el tiempo promedio para exigir el cumplimiento de un contrato es de 3.84 años y el costo una cuarta parte de la suma en disputa.
Así vemos que un 42.8% de los emprendimientos en Guatemala inician con un capital inicial inferior a los Q.10,000.00. El acceso al capital para estos pequeños emprendedores es complicado por las razones antes explicadas y el sistema los condena a permanecer eternamente en la informalidad.
Los principales retos del país para mejorar las condiciones del emprendimiento pasan por mejorar varios aspectos. Por ejemplo, el 63% de los encuestados destacó que la infraestructura física del país (carreteras, telecomunicaciones, sistema de distribución de agua, etc.) es deficiente para el emprendimiento.
Práctiamente el 80% de los encuestados coincidió en que encuentra obstáculos en cuanto a la facilidad de cumplir con los trámites burocráticos, la predictibilidad de las nuevas medidas de parte del gobierno y las barreras fiscales que deben cumplir.
La situación económica de nuestro país es precaria. Guatemala no es un país atractivo para nuevas inversiones extranjeras que generen prosperidad y empleo para nuestros trabajadores.
Pero lo más trátgico es que el gobierno de Guatemala es también el peor enemigo de nuestros emprendedores. Les pone una serie de trabas que impiden que nuestro talento encuentre oportunidades de usar su propia iniciativa y a su vez generar empleos y prosperidad para nuestros compatriotas ofreciendo bienes y servicios pacífica y voluntariamente.
Recientemente se publicó el reporte del Global Entrepreneurship Monitor para Guatemala. El documento para nuestro país es publicado y elaborado por la Universidad Francisco Marroquín.
Como todos los años, este reporte intenta mostrar la situación del emprendimiento en nuestro país. Una conclusión que se puede obtener de la investigación es que un grueso importante del empleo es una respuesta a la falta de ocupación en el sector formal.
Se estima que año se incorporan 200,000 jóvenes graduados de diversificado al mercado laboral mientras que solo se generan 20,000 empleos formales. De esta suerte, el emprendimiento se vuelve una alternativa interesante.
Sin embargo, los emprendedores encuentran muchas dificultades en su aventura. Las regulaciones gubernamentales les empujan a la informalidad, la falta de protección a los derechos de propiedad hacen que obtener un crédito sea costoso y complicado. Prácticamente la opción de buscar un socio capitalista es una quimera en un clima en el cual el tiempo promedio para exigir el cumplimiento de un contrato es de 3.84 años y el costo una cuarta parte de la suma en disputa.
Así vemos que un 42.8% de los emprendimientos en Guatemala inician con un capital inicial inferior a los Q.10,000.00. El acceso al capital para estos pequeños emprendedores es complicado por las razones antes explicadas y el sistema los condena a permanecer eternamente en la informalidad.
Los principales retos del país para mejorar las condiciones del emprendimiento pasan por mejorar varios aspectos. Por ejemplo, el 63% de los encuestados destacó que la infraestructura física del país (carreteras, telecomunicaciones, sistema de distribución de agua, etc.) es deficiente para el emprendimiento.
Práctiamente el 80% de los encuestados coincidió en que encuentra obstáculos en cuanto a la facilidad de cumplir con los trámites burocráticos, la predictibilidad de las nuevas medidas de parte del gobierno y las barreras fiscales que deben cumplir.
La situación económica de nuestro país es precaria. Guatemala no es un país atractivo para nuevas inversiones extranjeras que generen prosperidad y empleo para nuestros trabajadores.
Pero lo más trátgico es que el gobierno de Guatemala es también el peor enemigo de nuestros emprendedores. Les pone una serie de trabas que impiden que nuestro talento encuentre oportunidades de usar su propia iniciativa y a su vez generar empleos y prosperidad para nuestros compatriotas ofreciendo bienes y servicios pacífica y voluntariamente.