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Inquisición histórica

Redacción
24 de agosto, 2015

Aparentemente el mes de septiembre aparece como una indefinición en lo que se refiere a lo constitutivo del orden social que se une a la conmemoración de la autodeterminación del guatemalteco de ascendencia ibérica nacido en suelo americano.

Los acontecimientos de los últimos días reflejan deterioro en la comprensión que los guatemaltecos tienen de su propia realidad histórica. Parece que a donde se mire se encuentran dificultades y destrucción de las instituciones de Estado como resultado de intereses particulares y no geopolíticos.

Guatemala es un país sumido en sueños e irresponsabilidades que han llevado a un planteamiento serio de su propia realidad y a una negación de cualquier posibilidad de cambio por medios políticos. Esto se debe a que la mediatización social hace ver víctimas a los victimarios y sataniza la acción ciudadana.

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Creo que esa inquisición debe detenerse. Plantear la necesidad de cambios provocados por los propios ciudadanos y no por una política de Estado. Tampoco cambios provocados por esa diada entre el Ministerio Público y CICIG que pertenecen también a la diada entre el sector privado y sus intereses clientelares en el Estado.

Hacia donde se vea el Estado hay podredumbre. Hacia donde se vea la nación se ven las relaciones con el Estado de manera clientelar, populista e irracional. Esos males al combatirlos provocan un malestar social que en lugar de construir destruye el orden social.

Los guatemaltecos debemos participar en esta fiesta cívica electoral con el mismo fervor que la fiesta cívica de independencia alejándonos de todo tipo de venganza o astucia que termine contaminando no solo nuestras mentes sino las motivaciones que conducen a la acción.

Alegrarse de encontrar culpables en la esfera pública hace perder el sentido de la orientación social. Las expresiones son parte de esa formación cerebral que conduce a la acción justa y responsable.

Los problemas de Guatemala deben conducirnos a la unidad nacional porque la podredumbre viene de lo descompuesto, de la polución social. Sin embargo solo la unidad constituye en sí misma la hospitalización de esa crisis social que nos conmina desde dentro y nos destruye en nuestras acciones positivas.

Inquisición histórica

Redacción
24 de agosto, 2015

Aparentemente el mes de septiembre aparece como una indefinición en lo que se refiere a lo constitutivo del orden social que se une a la conmemoración de la autodeterminación del guatemalteco de ascendencia ibérica nacido en suelo americano.

Los acontecimientos de los últimos días reflejan deterioro en la comprensión que los guatemaltecos tienen de su propia realidad histórica. Parece que a donde se mire se encuentran dificultades y destrucción de las instituciones de Estado como resultado de intereses particulares y no geopolíticos.

Guatemala es un país sumido en sueños e irresponsabilidades que han llevado a un planteamiento serio de su propia realidad y a una negación de cualquier posibilidad de cambio por medios políticos. Esto se debe a que la mediatización social hace ver víctimas a los victimarios y sataniza la acción ciudadana.

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Creo que esa inquisición debe detenerse. Plantear la necesidad de cambios provocados por los propios ciudadanos y no por una política de Estado. Tampoco cambios provocados por esa diada entre el Ministerio Público y CICIG que pertenecen también a la diada entre el sector privado y sus intereses clientelares en el Estado.

Hacia donde se vea el Estado hay podredumbre. Hacia donde se vea la nación se ven las relaciones con el Estado de manera clientelar, populista e irracional. Esos males al combatirlos provocan un malestar social que en lugar de construir destruye el orden social.

Los guatemaltecos debemos participar en esta fiesta cívica electoral con el mismo fervor que la fiesta cívica de independencia alejándonos de todo tipo de venganza o astucia que termine contaminando no solo nuestras mentes sino las motivaciones que conducen a la acción.

Alegrarse de encontrar culpables en la esfera pública hace perder el sentido de la orientación social. Las expresiones son parte de esa formación cerebral que conduce a la acción justa y responsable.

Los problemas de Guatemala deben conducirnos a la unidad nacional porque la podredumbre viene de lo descompuesto, de la polución social. Sin embargo solo la unidad constituye en sí misma la hospitalización de esa crisis social que nos conmina desde dentro y nos destruye en nuestras acciones positivas.