Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

El despertar venezolano

Betty Marroquin
10 de diciembre, 2015

Recuerdo la mañana de aquel otoño de 1999 en que Hugo Chávez Frías, recién electo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela se presentó en el Carnegie Endowment for International Peace, en Washington. Muchos fuimos con el recelo natural de quien sabe que está por presenciar una gran farsa, en presencia de una mega serpiente mezcla de Boa y Cascabel. Chávez se presentó con su esposa de entonces, una rubia preciosa, ejemplo de la famosa belleza Venezolana, y ex Miss. En primera fila estaban los principales del Consejo Nacional de Seguridad, el entonces Zar anti drogas de los Estados Unidos, Gral Barry McCafreey, y el Enviado Especial para América Latina, Mack McLarty. El salón estaba repleto, asistiendo desde staffers del Congreso de los Estados Unidos hasta nosotros los entonces miembros del cuerpo diplomático acreditado en Washington. Era la primera presentación de Chávez en Washington, respondiendo a una invitación formal del Presidente Clinton, a la que tengo entendido se tardó su dulce tiempo en atender.

Cuando finalizó su presentación, que los años han demostrado no fue más que una sarta de embustes, nos encontramos de pie dando una ovación al engendro. De pronto, nos vimos unos a otros y bajamos los brazos dejando de aplaudir, atónitos de nuestra propia reacción. El hombre era un verdadero encantador de serpientes, con una labia que era de esperarse envolviera fácilmente a Juan pueblo en su nativa Venezuela. Algunos de nosotros la veíamos venir, dados los antecedentes en torno a la carrera y llegada al poder del personaje, y advertimos en voz alta que de llegar al poder en Venezuela, el chavismo sería como un cáncer en el Hemisferio Occidental.

La Venezuela de la que se apoderó el demonio de la camisa roja era una Venezuela que si bien tenía conflictos sociales, obviamente, era también una nación prospera y productiva, exportadora de carne bovina, con una buena industria agropecuaria, moderna y como sabemos gran exportadora de petróleo. Para el 2009, gracias a la brillante gestión de la revolución bolivariana “a la Chavez” Venezuela importaba carne bovina y avícola de Argentina, y la gente no podía comprar ni papel higiénico ni leche en polvo ni tantas otras cosas esenciales con la regularidad que usted y yo hoy día lo hacemos en Guatemala. El pueblo venezolano ha resistido años viviendo bajo la bota chavista, que viene siendo casi como tratar de respirar bajo brea. De tal manera que los resultados del domingo 6 de diciembre en la contienda por el control de la Asamblea Nacional recién pasado lógicamente han despertado una euforia generalizada en todos los que amamos la libertad.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Este es el tercer golpe que un pueblo latinoamericano da a la izquierda, luego de Argentina y Guatemala. El reto de los venezolanos amantes de la libertad que evidentemente desean salvar a su país del agujero negro en que se encuentra, deberán afrontar una situación desesperada. Moisés Naim en su artículo “Hugo Chávez y los límites de la democracia” del 5 de marzo del 2003 nos anunciaba lo que sigue vigente, aunque haya cambiado el Presidente, ya que nos describe como Venezuela desde la entrada de Chávez, se convirtió en un ambiente donde “redes internacionales cuyo negocio es el terror, las armas y la droga se sienten en casa”. Maduro, heredero abominable del engendro a acrecentado y sustentado ese paraíso de escoria humana, imponiéndolo sobre el bienestar de su pueblo agobiado.

Además de otros excesos, la Venezuela de la Revolución Bolivariana ha sido una Venezuela caracterizada por la falta de palabra y ética que la ha llevado a ser uno de los principales clientes de las cortes de arbitrajes del Banco Mundial. Su constante rompimiento descarado de compromisos contractuales adquiridos con multinacionales de todos los sectores, deseosas de invertir en Venezuela, ya que incautamente firmaron acuerdos y contratos con el gobierno. Adicionalmente, ha sido una Venezuela pro guerrilla colombiana, que ha subsidiado a la izquierda de todo el Hemisferio Occidental. Ha sido motivo de gran alegría además ver que el triunfo se ha dado con márgenes de diferencia dramáticos y con ello, la voluntad del pueblo ha quedado muy bien definida.

Y la lista de “logros” de la revolución es larga. De tal manera que vemos ahora que finalmente el despertar del pueblo se está produciendo. Esperamos que no desmayen y sigan con su lucha, y que no se confíen que Maduro respetará la Asamblea de la oposición fácilmente. Espero que las palabras de Chávez esta vez sean proféticas de verdad, si bien no en el sentido que él hubiese deseado, y que “Venezuela haya cambiado” para mejor, pero deben permanecer alertas.

El despertar venezolano

Betty Marroquin
10 de diciembre, 2015

Recuerdo la mañana de aquel otoño de 1999 en que Hugo Chávez Frías, recién electo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela se presentó en el Carnegie Endowment for International Peace, en Washington. Muchos fuimos con el recelo natural de quien sabe que está por presenciar una gran farsa, en presencia de una mega serpiente mezcla de Boa y Cascabel. Chávez se presentó con su esposa de entonces, una rubia preciosa, ejemplo de la famosa belleza Venezolana, y ex Miss. En primera fila estaban los principales del Consejo Nacional de Seguridad, el entonces Zar anti drogas de los Estados Unidos, Gral Barry McCafreey, y el Enviado Especial para América Latina, Mack McLarty. El salón estaba repleto, asistiendo desde staffers del Congreso de los Estados Unidos hasta nosotros los entonces miembros del cuerpo diplomático acreditado en Washington. Era la primera presentación de Chávez en Washington, respondiendo a una invitación formal del Presidente Clinton, a la que tengo entendido se tardó su dulce tiempo en atender.

Cuando finalizó su presentación, que los años han demostrado no fue más que una sarta de embustes, nos encontramos de pie dando una ovación al engendro. De pronto, nos vimos unos a otros y bajamos los brazos dejando de aplaudir, atónitos de nuestra propia reacción. El hombre era un verdadero encantador de serpientes, con una labia que era de esperarse envolviera fácilmente a Juan pueblo en su nativa Venezuela. Algunos de nosotros la veíamos venir, dados los antecedentes en torno a la carrera y llegada al poder del personaje, y advertimos en voz alta que de llegar al poder en Venezuela, el chavismo sería como un cáncer en el Hemisferio Occidental.

La Venezuela de la que se apoderó el demonio de la camisa roja era una Venezuela que si bien tenía conflictos sociales, obviamente, era también una nación prospera y productiva, exportadora de carne bovina, con una buena industria agropecuaria, moderna y como sabemos gran exportadora de petróleo. Para el 2009, gracias a la brillante gestión de la revolución bolivariana “a la Chavez” Venezuela importaba carne bovina y avícola de Argentina, y la gente no podía comprar ni papel higiénico ni leche en polvo ni tantas otras cosas esenciales con la regularidad que usted y yo hoy día lo hacemos en Guatemala. El pueblo venezolano ha resistido años viviendo bajo la bota chavista, que viene siendo casi como tratar de respirar bajo brea. De tal manera que los resultados del domingo 6 de diciembre en la contienda por el control de la Asamblea Nacional recién pasado lógicamente han despertado una euforia generalizada en todos los que amamos la libertad.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Este es el tercer golpe que un pueblo latinoamericano da a la izquierda, luego de Argentina y Guatemala. El reto de los venezolanos amantes de la libertad que evidentemente desean salvar a su país del agujero negro en que se encuentra, deberán afrontar una situación desesperada. Moisés Naim en su artículo “Hugo Chávez y los límites de la democracia” del 5 de marzo del 2003 nos anunciaba lo que sigue vigente, aunque haya cambiado el Presidente, ya que nos describe como Venezuela desde la entrada de Chávez, se convirtió en un ambiente donde “redes internacionales cuyo negocio es el terror, las armas y la droga se sienten en casa”. Maduro, heredero abominable del engendro a acrecentado y sustentado ese paraíso de escoria humana, imponiéndolo sobre el bienestar de su pueblo agobiado.

Además de otros excesos, la Venezuela de la Revolución Bolivariana ha sido una Venezuela caracterizada por la falta de palabra y ética que la ha llevado a ser uno de los principales clientes de las cortes de arbitrajes del Banco Mundial. Su constante rompimiento descarado de compromisos contractuales adquiridos con multinacionales de todos los sectores, deseosas de invertir en Venezuela, ya que incautamente firmaron acuerdos y contratos con el gobierno. Adicionalmente, ha sido una Venezuela pro guerrilla colombiana, que ha subsidiado a la izquierda de todo el Hemisferio Occidental. Ha sido motivo de gran alegría además ver que el triunfo se ha dado con márgenes de diferencia dramáticos y con ello, la voluntad del pueblo ha quedado muy bien definida.

Y la lista de “logros” de la revolución es larga. De tal manera que vemos ahora que finalmente el despertar del pueblo se está produciendo. Esperamos que no desmayen y sigan con su lucha, y que no se confíen que Maduro respetará la Asamblea de la oposición fácilmente. Espero que las palabras de Chávez esta vez sean proféticas de verdad, si bien no en el sentido que él hubiese deseado, y que “Venezuela haya cambiado” para mejor, pero deben permanecer alertas.