Gudy Rivera fue uno de los fundadores del Partido Patriota y de los principales operadores políticos de Otto Pérez Molina desde que llegó al Congreso en 2005. En aquella legislatura hizo mancuerna con la también diputada Roxana Baldetti para levantar el perfil del futuro presidenciable.
Gudy Rivera Estrada nació el 10 de julio de 1967
Rivera aprovechó su cercanía y poder dentro de la bancada para sobresalir como uno de los hombres de confianza de Pérez Molina. En su segunda legislatura, junto con Baldetti, despotricaron contra la gestión de Alvaro Colom, con la seguridad que al mostrarse como oposición fortalecerían su poder en el Legislativo.
[quote_center]Gudy Rivera fue señalado por Claudia Escobar de presionarla para que favoreciera a Roxana Baldetti en un proceso judicial.[/quote_center]
Esa lealtad le permitió ocupar la silla presidencial de ese organismo en 2012 cuando el Partido Patriota llegó al poder. Diputados cercanos a la agrupación reconocieron en voz baja que la presidencia fue el pago por su fidelidad.
En ese entonces la vida parecía sonreirle a Rivera, quien no tuvo inconveniente en impulsar la agenda del Ejecutivo gracias al pacto político con los parlamentarios del partido Lider. Su gestión concluyó en 2013 cuando entregó la estafeta al también colega de partido, Pedro Muadi.
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Al dejar el cargo, mantuvo su poder como lider del bloque. Lejos estaba de imaginar que el señalamiento de tráfico de influencias por parte de la entonces magistrada Claudia Escobar en octubre del 2014, lo pondría en aprietos en el futuro cercano. Su sonrisa en las sesiones plenarias mostraban su seguridad en ese asunto, incluso gente cercana a él dijo que la denuncia “nunca le preocupó”.
[quote_center]Aunque salió a relucir la grabación de la conversación donde le garantizaba a Escobar su reelección como magistrada a cambio que su fallo permitiera que Roxana Baldetti continuar como Secretaria General del partido, el legislador aseguraba ser inocente.[/quote_center]
Pero la suerte empezó a abandonarlo en el 2015 cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) le dio validez a la denuncia de Escobar y lo denunció por tráfico de influencias.
La situación se agravó dos meses después cuando las autoridades destaparon la supuesta red criminal conocida como La Línea que causó la renuncia del binomio y su posterior encarcelamiento.
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Desde entonces el congresista ya no durmió tranquilo. Su temor aumentó cuando no pudo asumir la curul obtenida en el proceso electoral del 6 de septiembre del año pasado. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral decidieron que no era idóneo para el cargo por el proceso judicial en su contra. Su curul fue ocupada por Stella Alonzo.
El nueve de marzo del 2016 fue capturado y ligado a proceso por el delito de tráfico de influencias y cohecho pasivo. Siete meses después de haber perdido su libertad, el expresidente del Legislativo, fue condenado a 13 años y cuatro meses de prisión inconmutables por los delitos de tráfico de influencias y cohecho pasivo.
Se terminó la sonrisa y la buena suerte, sus protectores nada pueden hacer por él, y solo queda la última batalla, la batalla legal para intentar revertir la sentencia.
Gudy Rivera fue uno de los fundadores del Partido Patriota y de los principales operadores políticos de Otto Pérez Molina desde que llegó al Congreso en 2005. En aquella legislatura hizo mancuerna con la también diputada Roxana Baldetti para levantar el perfil del futuro presidenciable.
Gudy Rivera Estrada nació el 10 de julio de 1967
Rivera aprovechó su cercanía y poder dentro de la bancada para sobresalir como uno de los hombres de confianza de Pérez Molina. En su segunda legislatura, junto con Baldetti, despotricaron contra la gestión de Alvaro Colom, con la seguridad que al mostrarse como oposición fortalecerían su poder en el Legislativo.
[quote_center]Gudy Rivera fue señalado por Claudia Escobar de presionarla para que favoreciera a Roxana Baldetti en un proceso judicial.[/quote_center]
Esa lealtad le permitió ocupar la silla presidencial de ese organismo en 2012 cuando el Partido Patriota llegó al poder. Diputados cercanos a la agrupación reconocieron en voz baja que la presidencia fue el pago por su fidelidad.
En ese entonces la vida parecía sonreirle a Rivera, quien no tuvo inconveniente en impulsar la agenda del Ejecutivo gracias al pacto político con los parlamentarios del partido Lider. Su gestión concluyó en 2013 cuando entregó la estafeta al también colega de partido, Pedro Muadi.
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Al dejar el cargo, mantuvo su poder como lider del bloque. Lejos estaba de imaginar que el señalamiento de tráfico de influencias por parte de la entonces magistrada Claudia Escobar en octubre del 2014, lo pondría en aprietos en el futuro cercano. Su sonrisa en las sesiones plenarias mostraban su seguridad en ese asunto, incluso gente cercana a él dijo que la denuncia “nunca le preocupó”.
[quote_center]Aunque salió a relucir la grabación de la conversación donde le garantizaba a Escobar su reelección como magistrada a cambio que su fallo permitiera que Roxana Baldetti continuar como Secretaria General del partido, el legislador aseguraba ser inocente.[/quote_center]
Pero la suerte empezó a abandonarlo en el 2015 cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) le dio validez a la denuncia de Escobar y lo denunció por tráfico de influencias.
La situación se agravó dos meses después cuando las autoridades destaparon la supuesta red criminal conocida como La Línea que causó la renuncia del binomio y su posterior encarcelamiento.
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Desde entonces el congresista ya no durmió tranquilo. Su temor aumentó cuando no pudo asumir la curul obtenida en el proceso electoral del 6 de septiembre del año pasado. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral decidieron que no era idóneo para el cargo por el proceso judicial en su contra. Su curul fue ocupada por Stella Alonzo.
El nueve de marzo del 2016 fue capturado y ligado a proceso por el delito de tráfico de influencias y cohecho pasivo. Siete meses después de haber perdido su libertad, el expresidente del Legislativo, fue condenado a 13 años y cuatro meses de prisión inconmutables por los delitos de tráfico de influencias y cohecho pasivo.
Se terminó la sonrisa y la buena suerte, sus protectores nada pueden hacer por él, y solo queda la última batalla, la batalla legal para intentar revertir la sentencia.