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Que no se vayan las hidroeléctricas

Antonio Wohlers
04 de marzo, 2017

Nuestra impresentable CSJ (Corte Suprema de Justicia) ordenó el cese de las operaciones de las hidroeléctricas OXEC y OXEC II el 4 de enero de 2,017, por pura ignorancia.

El guatemalteco indígena o ladino sueña con tener trabajo,  con alimentar a su familia y proveer salud, alimento y educación. Sueña que vengan empresas extranjeras para invertir, desarrollar infraestructura de primer nivel, abrir no 1 ni 5, ni 10 fuentes de trabajo, sino 65,000 fuentes de trabajo; queremos en Guatemala producir carros, avionetas, computadoras, electricidad, etc.

La realidad es otra, hasta las maquilas salen huyendo por la falta de certeza jurídica, por la falta de reglas claras.

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En Guatemala han habido muchas empresas internacionales que quieren desarrollar hidroeléctricas para dar trabajo, beneficios sociales y que baje el precio de la luz, en pocas palabras, volvernos competitivos.

Todo esto es en base al Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que obliga al estado de Guatemala a hacer consulta comunitaria sobre este proyecto de inversión productiva de explotación de recursos naturales en gran magnitud. Este convenio se ratificó el 5 de junio de 1,996.

Para variar el Estado de Guatemala no lo ha hecho, lo que ha obligado al sector privado y a las empresas internacionales que desean invertir en Guatemala a desarrollar convenios con comunidades de la mejor forma posible, situación beneficiosa al grado que el 4 de noviembre de 2,016 pobladores de 11 comunidades de Santa María Cahabón, Alta Verapaz, acudieron a la CC (Corte de Constitucionalidad) a pedir la continuidad de OXEC y OXEC II.

Por lo tanto es triste e ilógico que el Estado de Guatemala autorice el permiso para el proyecto de energía renovable de las hidroeléctricas y a su vez el mismo Estado desconozca estos permisos cuando el mismo Estado incumplió con las consultas a los pueblos indígenas según el Convenio 169 de la OIT.

Si las hidroeléctricas se van de Guatemala perderemos la oportunidad de producir electricidad limpia, renovable y amigable con el medio ambiente y tendremos que regresar a los derivados del petróleo, carbón, bunker, biomasa, geotérmicas o solar.

¿Cuál será el impacto en la factura que pagara el consumidor?

Se pagaría un 35% más de luz lo cual podría ir aumentando si ya no se construyen más hidroeléctricas hasta en un 400% a futuro.

La construcción de hidroeléctricas esta establecida en la Política Energética Nacional aprobada por el Estado.

Además se generaría una pérdida de empleo de hasta 65,000 puestos; disminución de ingresos fiscales, disminución del nivel de vida de la población y aumento de la emigración a EEUU.

Desgraciadamente en Guatemala siempre hay gente provocando problemas con el ánimo de que toda empresa se vaya de Guatemala y algún día convertirnos en una Venezuela.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Que no se vayan las hidroeléctricas

Antonio Wohlers
04 de marzo, 2017

Nuestra impresentable CSJ (Corte Suprema de Justicia) ordenó el cese de las operaciones de las hidroeléctricas OXEC y OXEC II el 4 de enero de 2,017, por pura ignorancia.

El guatemalteco indígena o ladino sueña con tener trabajo,  con alimentar a su familia y proveer salud, alimento y educación. Sueña que vengan empresas extranjeras para invertir, desarrollar infraestructura de primer nivel, abrir no 1 ni 5, ni 10 fuentes de trabajo, sino 65,000 fuentes de trabajo; queremos en Guatemala producir carros, avionetas, computadoras, electricidad, etc.

La realidad es otra, hasta las maquilas salen huyendo por la falta de certeza jurídica, por la falta de reglas claras.

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En Guatemala han habido muchas empresas internacionales que quieren desarrollar hidroeléctricas para dar trabajo, beneficios sociales y que baje el precio de la luz, en pocas palabras, volvernos competitivos.

Todo esto es en base al Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que obliga al estado de Guatemala a hacer consulta comunitaria sobre este proyecto de inversión productiva de explotación de recursos naturales en gran magnitud. Este convenio se ratificó el 5 de junio de 1,996.

Para variar el Estado de Guatemala no lo ha hecho, lo que ha obligado al sector privado y a las empresas internacionales que desean invertir en Guatemala a desarrollar convenios con comunidades de la mejor forma posible, situación beneficiosa al grado que el 4 de noviembre de 2,016 pobladores de 11 comunidades de Santa María Cahabón, Alta Verapaz, acudieron a la CC (Corte de Constitucionalidad) a pedir la continuidad de OXEC y OXEC II.

Por lo tanto es triste e ilógico que el Estado de Guatemala autorice el permiso para el proyecto de energía renovable de las hidroeléctricas y a su vez el mismo Estado desconozca estos permisos cuando el mismo Estado incumplió con las consultas a los pueblos indígenas según el Convenio 169 de la OIT.

Si las hidroeléctricas se van de Guatemala perderemos la oportunidad de producir electricidad limpia, renovable y amigable con el medio ambiente y tendremos que regresar a los derivados del petróleo, carbón, bunker, biomasa, geotérmicas o solar.

¿Cuál será el impacto en la factura que pagara el consumidor?

Se pagaría un 35% más de luz lo cual podría ir aumentando si ya no se construyen más hidroeléctricas hasta en un 400% a futuro.

La construcción de hidroeléctricas esta establecida en la Política Energética Nacional aprobada por el Estado.

Además se generaría una pérdida de empleo de hasta 65,000 puestos; disminución de ingresos fiscales, disminución del nivel de vida de la población y aumento de la emigración a EEUU.

Desgraciadamente en Guatemala siempre hay gente provocando problemas con el ánimo de que toda empresa se vaya de Guatemala y algún día convertirnos en una Venezuela.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo