San Salvador, El Salvador | AFP |
El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, aseguró este domingo que enviará al papa Francisco una carta para “unirse” a los obispos del país en su pedido por una pronta canonización del beato Óscar Arnulfo Romero.
“Tengo el compromiso también de unirme a esa delegación a través de una carta dirigida al papa, en la cual quiero rescatar ese amor del pueblo salvadoreño a monseñor Romero”, señaló el mandatario en un comunicado de la Casa Presidencial.
La reacción del gobernante ocurre luego que la Conferencia Episcopal de El Salvador (Cedes), anunció recientemente que a final de marzo durante una visita Ad limina, pedirán al papa Francisco la pronta canonización del asesinado arzobispo salvadoreño.
En la semana del 20 al 25 de marzo, los obispos de las ocho diócesis y del ordinariato militar tienen previsto viajar a Roma para realizar la visita Ad limina Apostolorum que cada diez años realizan para informar de la labor pastoral que se realiza en cada diócesis.
“Creo que ese escenario de su canonización generaría una nueva situación al país y que se encaminaría bajo todas las enseñanzas de monseñor Romero”, sostuvo Sánchez Cerén.
El pasado 28 de febrero, el arzobispado de San Salvador al finalizar la fase diocesana del “posible milagro” atribuido a la intercesión de Romero, envió las actas a la sagrada Congregación para la causa de los Santos en el Vaticano para que siga el proceso.
Una mujer de nombre Cecilia Maribel Flores de Rivas es la beneficiada del posible milagro atribuido a Romero, según detalla la rotulación de tres cajas con copias notariadas del expediente clínico que el Instituto Salvadoreño del Seguro Social entregó a la iglesia para su envío a Roma.
Llamado “la voz de los sin voz” por su defensa de los más desposeídos y por denunciar las injusticias sociales, monseñor Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2015.
Al anochecer del 24 de marzo de 1980, Romero fue asesinado por un francotirador de los escuadrones de la muerte ultraderechistas mientras oficiaba misa en la capilla de un hospital para cancerosos en la periferia de San Salvador.
San Salvador, El Salvador | AFP |
El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, aseguró este domingo que enviará al papa Francisco una carta para “unirse” a los obispos del país en su pedido por una pronta canonización del beato Óscar Arnulfo Romero.
“Tengo el compromiso también de unirme a esa delegación a través de una carta dirigida al papa, en la cual quiero rescatar ese amor del pueblo salvadoreño a monseñor Romero”, señaló el mandatario en un comunicado de la Casa Presidencial.
La reacción del gobernante ocurre luego que la Conferencia Episcopal de El Salvador (Cedes), anunció recientemente que a final de marzo durante una visita Ad limina, pedirán al papa Francisco la pronta canonización del asesinado arzobispo salvadoreño.
En la semana del 20 al 25 de marzo, los obispos de las ocho diócesis y del ordinariato militar tienen previsto viajar a Roma para realizar la visita Ad limina Apostolorum que cada diez años realizan para informar de la labor pastoral que se realiza en cada diócesis.
“Creo que ese escenario de su canonización generaría una nueva situación al país y que se encaminaría bajo todas las enseñanzas de monseñor Romero”, sostuvo Sánchez Cerén.
El pasado 28 de febrero, el arzobispado de San Salvador al finalizar la fase diocesana del “posible milagro” atribuido a la intercesión de Romero, envió las actas a la sagrada Congregación para la causa de los Santos en el Vaticano para que siga el proceso.
Una mujer de nombre Cecilia Maribel Flores de Rivas es la beneficiada del posible milagro atribuido a Romero, según detalla la rotulación de tres cajas con copias notariadas del expediente clínico que el Instituto Salvadoreño del Seguro Social entregó a la iglesia para su envío a Roma.
Llamado “la voz de los sin voz” por su defensa de los más desposeídos y por denunciar las injusticias sociales, monseñor Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2015.
Al anochecer del 24 de marzo de 1980, Romero fue asesinado por un francotirador de los escuadrones de la muerte ultraderechistas mientras oficiaba misa en la capilla de un hospital para cancerosos en la periferia de San Salvador.