Mientras en los países escandinavos la bancarización asciende a un 100%, en Guatemala apenas un 40% de nuestra población se encuentra bancarizada.
Pese a ello se han evidenciado en los últimos cinco años avances significativos respecto al uso de pagos electrónicos. Esto ha beneficiado de forma importante el acceso a servicios financieros en el país y ha permitido reducir la tenencia de efectivo que hoy es sinónimo de riesgo frente a la inseguridad del país.
Estas soluciones permiten desplazar al efectivo y darle mayor certeza a las transacciones por medio de medios electrónicos que a la vez permiten mayor cantidad de registros y minimizan riesgos.
Se estima que las transacciones con medios electrónicos podría alcanzar un crecimiento por encima del 10%. Sin embargo, este crecimiento es aún bajo al comparar niveles latinoamericanos que triplican esta cifra.
Mientras el país migre cada vez más hacía plataformas de servicios digitales seremos cada día más eficientes. Más allá de una transformación financiera, se debe pensar en una transformación social donde como sociedad se busque vivir de forma más ágil con servicios óptimos que faciliten la vida del guatemalteco.
La tecnología hoy nos permite realizar más de la mitad de nuestras tareas diarias. Por lo que en la medida que los servicios digitales crecen en el tiempo las economías crecen y se vuelven más eficientes.
Aunque nos encontramos frente a problemas estructurales como la pobreza y la informalidad, debemos estar claros que no podemos permanecer allí. Nuestro país merece cambiar y estamos en el camino correcto para lograrlo con más de un 70% de guatemaltecos que son menores de 40 años.
Estamos en el momento adecuado para digitalizar a nuestro país, contamos con el capital humano para lograrlo, es cuestión de tener voluntad de cambiar el rumbo. Debemos exigir que nuestros hijos gocen de una sociedad eficiente donde la calidad de vida sea su mayor activo.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Mientras en los países escandinavos la bancarización asciende a un 100%, en Guatemala apenas un 40% de nuestra población se encuentra bancarizada.
Pese a ello se han evidenciado en los últimos cinco años avances significativos respecto al uso de pagos electrónicos. Esto ha beneficiado de forma importante el acceso a servicios financieros en el país y ha permitido reducir la tenencia de efectivo que hoy es sinónimo de riesgo frente a la inseguridad del país.
Estas soluciones permiten desplazar al efectivo y darle mayor certeza a las transacciones por medio de medios electrónicos que a la vez permiten mayor cantidad de registros y minimizan riesgos.
Se estima que las transacciones con medios electrónicos podría alcanzar un crecimiento por encima del 10%. Sin embargo, este crecimiento es aún bajo al comparar niveles latinoamericanos que triplican esta cifra.
Mientras el país migre cada vez más hacía plataformas de servicios digitales seremos cada día más eficientes. Más allá de una transformación financiera, se debe pensar en una transformación social donde como sociedad se busque vivir de forma más ágil con servicios óptimos que faciliten la vida del guatemalteco.
La tecnología hoy nos permite realizar más de la mitad de nuestras tareas diarias. Por lo que en la medida que los servicios digitales crecen en el tiempo las economías crecen y se vuelven más eficientes.
Aunque nos encontramos frente a problemas estructurales como la pobreza y la informalidad, debemos estar claros que no podemos permanecer allí. Nuestro país merece cambiar y estamos en el camino correcto para lograrlo con más de un 70% de guatemaltecos que son menores de 40 años.
Estamos en el momento adecuado para digitalizar a nuestro país, contamos con el capital humano para lograrlo, es cuestión de tener voluntad de cambiar el rumbo. Debemos exigir que nuestros hijos gocen de una sociedad eficiente donde la calidad de vida sea su mayor activo.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo