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Fabricio Bartok: La fábrica cultural*

Redacción República
17 de junio, 2017

Fabricio Bartok (también conocido como Fabricio Leonel Amézquita).

*Por Brandon Ramírez

El guatemalteco Fabricio Bartok (también conocido como Fabricio Leonel Amézquita) está a cargo actualmente del 70% de la gestión cultural de Quetzaltenango, cuyo oficio mantiene viva la chispa cultural de Xela.

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Desde su perspectiva, en Guatemala se necesita fortalecer la educación, tener el deseo de aprender nuevas cosas, contar con una formación humana diaria y no perder el sentido de la compasión. Si ello se cumple, la población se sensibilizará al respecto de la cultura y el arte.

Esta es la conversación en profundidad sobre la visión que tiene Fabricio Bartok acerca del arte, la cultura y algunos de los aspectos más distintivos de su trabajo:

Brandon Ramírez ―BR―: ¿En qué año te iniciaste como Gestor Cultural?

Fabricio Bartok ―FB―: Inicie en 2008 como voluntario en Casa Noj, a cargo de la museografía y gestión. En ese mismo año me dediqué a la creación del proyecto Fabrica de ideas que incluía una agenda permanente de cultura desde hace ya 4 años para Salcajá, Quetzaltenango. En abril de este año, me incorporé nuevamente al equipo de Casa Noj como gestor cultural, para brindarle al pueblo quetzalteco y al público extranjero espacios de arte y cultura.

Fabricio Amézquita es conocido en el mundo cultural como Bartok. Relata que se debe al papel que interpretó en la obra infantil de Anastasia, adentrándose en el personaje de Bartok, un vampiro pequeñito y a la facilidad de impostar la voz.

BR―: ¿Cómo te diste cuenta que querías ser Gestor Cultural?

FB―: Me di cuenta cuando después de mi primera actividad acabe satisfecho conmigo mismo, creo que el hacer bien las cosas y sobre todo hacerlas porque te nace, sin ningún interés económico ni personal y ver que sí hubieron resultados, fue el punto de partida de mi inicio como gestor cultural.

BR―: Si no fueras Gestor Cultural, ¿Qué serías?

FB―: Creo que siempre he sido un pintor frustrado, entonces si no fuera gestor, me dedicaría a la pintura y a mi formación académica como artista.

«Siempre tuve relación con el arte, no es algo que me jacte. Mi abuelo era tallador y escultor de imágenes y desde pequeño, yo lo vi trabajar en su mesa. Me dediqué al teatro por más de 15 años, mi influencia por el gusto al teatro es gracias a mi abuelo que también se dedicó a las artes escénicas», Fabricio Leonel Amézquita.

BR―: ¿Qué te inspira a diseñar y promover proyectos culturales?

FB―: Yo creo mucho en los jóvenes, la mayoría de los artistas que conozco son muy talentosos, ellos son mi inspiración.

BR―: ¿Cómo es el panorama cultural en Quetzaltenango?

FB―: En Quetzaltenango existe una diversidad impresionante: hay teatro, cine, música, pintura, performance, instalaciones, entre otras manifestaciones. Anteriormente la forma de la difusión de estos eventos era escasa y errónea, por lo tanto, Casa Noj está trabajando en una agenda global de todas las instituciones culturales para que no choquen entre ellas las actividades. Por otro lado, hay gente mayor que por desconocimiento no les da el valor real a las nuevas manifestaciones artísticas.

BR―: ¿Qué es lo más difícil en la gestión cultural?

FB―: La falta de recursos, siempre tenemos que hacer milagros. Pero hemos aprendido que a pesar de las carencias de esos recursos uno puede ser creativo, aprendiendo a improvisar y a utilizar métodos alternativos.

Es curioso porque en una ocasión no tenía para comprar hilo de pescar porque salía muy caro, llegue a una ferretería, vi alambre de flores y resulte comprando ese material. A partir de allí se están montando las exposiciones con alambre de flores en Casa Noj, por tres sencillas razones: una, porque es más barato; dos, el material no se estira cuando se está colocando la obra; tres, se puede montar la muestra con una sola persona.

“Para mí el arte es quien me da la vida, es de quien no dejo de aprender todos los días”, Fabricio Bartok Amézquita – Quetzaltenango.

BR―: ¿Qué proyectos tienes trabajando en Xela?

FB―: Tengo gestionando dos agendas culturales para el resto del 2017: una en Casa Noj y la otra en Salcajá.

La programación de Casa Noj, está integrada por la Exposición de Danza celebrando 25 años de danza en Xela del 8 al 15 de Julio, el Sexto Salón de Miniaturas, del 21 de julio al 18 de agosto, el festival de Chocolate en la segunda semana de septiembre. Entre otras actividades.

La programación en Salcajá, consiste en el décimo tercer festival de poesía de Quetzaltenango el 4 de agosto, el 23 de junio apertura de la muestra nuevo horizonte de Pablo S, Solares de México, el 12 de julio apertura de Bitácora de Francisco Trejo de México y el 18 de agosto apertura de la exposición de Josué Hernández.

«Pertenezco a una generación que todo lo hacía en la calle, tomábamos ciertos espacios y hacíamos todos los trámites burocráticos para poder realizar una proyección de cine, una muestra de pintura y fuimos permitiendo que las nuevas generaciones de gestores culturales cuenten por lo menos con los espacios para realizar actividades culturales», Fabricio Leonel Amézquita.

BR―: ¿Qué es lo que más destacas de la segunda ciudad cultural más importante del país?

FB―: Su gente, yo me admiro de la gente quetzalteca. El centro histórico de Xela es maravilloso, al igual que la nueva generación de artistas jóvenes que sorprenden con propuestas muy serias y concretas a su corta edad.

BR―: ¿Cuál es tu propósito como gestor Cultural?

FB―: Dejar un legado, suena pretencioso, pero en este caso es dejar un legado. No pretendo volverme rico ni que me construyan un monumento, pero sí que me recuerden alguna vez, eso me haría feliz.

BR―: ¿Cuál es tu visión a futuro como promotor de la cultura?

FB―: Yo creo mucho en que lo que se hace con el corazón se regresa al doble, suena totalmente cursi, pero estoy convencido que la vida gratifica a quienes hacemos las cosas por voluntad propia.

Por lo pronto me siento muy bien en Casa Noj, este había sido uno de mis retos personales el volver a esta institución. De momento seguiré gestionando, viviendo el momento, pero un poco planificado, por lo menos de aquí a seis meses si sé que tengo que hacer, pero ya así un sueño muy utópico no lo tengo aún. Sin embargo no quiero dejar de hacer lo que me gusta, la gestión cultural.

Fotos cortesía de Fabricio Bartok Amézquita ([email protected] – Salcajá, Quetzaltenango)

Fabricio Bartok: La fábrica cultural*

Redacción República
17 de junio, 2017

Fabricio Bartok (también conocido como Fabricio Leonel Amézquita).

*Por Brandon Ramírez

El guatemalteco Fabricio Bartok (también conocido como Fabricio Leonel Amézquita) está a cargo actualmente del 70% de la gestión cultural de Quetzaltenango, cuyo oficio mantiene viva la chispa cultural de Xela.

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Desde su perspectiva, en Guatemala se necesita fortalecer la educación, tener el deseo de aprender nuevas cosas, contar con una formación humana diaria y no perder el sentido de la compasión. Si ello se cumple, la población se sensibilizará al respecto de la cultura y el arte.

Esta es la conversación en profundidad sobre la visión que tiene Fabricio Bartok acerca del arte, la cultura y algunos de los aspectos más distintivos de su trabajo:

Brandon Ramírez ―BR―: ¿En qué año te iniciaste como Gestor Cultural?

Fabricio Bartok ―FB―: Inicie en 2008 como voluntario en Casa Noj, a cargo de la museografía y gestión. En ese mismo año me dediqué a la creación del proyecto Fabrica de ideas que incluía una agenda permanente de cultura desde hace ya 4 años para Salcajá, Quetzaltenango. En abril de este año, me incorporé nuevamente al equipo de Casa Noj como gestor cultural, para brindarle al pueblo quetzalteco y al público extranjero espacios de arte y cultura.

Fabricio Amézquita es conocido en el mundo cultural como Bartok. Relata que se debe al papel que interpretó en la obra infantil de Anastasia, adentrándose en el personaje de Bartok, un vampiro pequeñito y a la facilidad de impostar la voz.

BR―: ¿Cómo te diste cuenta que querías ser Gestor Cultural?

FB―: Me di cuenta cuando después de mi primera actividad acabe satisfecho conmigo mismo, creo que el hacer bien las cosas y sobre todo hacerlas porque te nace, sin ningún interés económico ni personal y ver que sí hubieron resultados, fue el punto de partida de mi inicio como gestor cultural.

BR―: Si no fueras Gestor Cultural, ¿Qué serías?

FB―: Creo que siempre he sido un pintor frustrado, entonces si no fuera gestor, me dedicaría a la pintura y a mi formación académica como artista.

«Siempre tuve relación con el arte, no es algo que me jacte. Mi abuelo era tallador y escultor de imágenes y desde pequeño, yo lo vi trabajar en su mesa. Me dediqué al teatro por más de 15 años, mi influencia por el gusto al teatro es gracias a mi abuelo que también se dedicó a las artes escénicas», Fabricio Leonel Amézquita.

BR―: ¿Qué te inspira a diseñar y promover proyectos culturales?

FB―: Yo creo mucho en los jóvenes, la mayoría de los artistas que conozco son muy talentosos, ellos son mi inspiración.

BR―: ¿Cómo es el panorama cultural en Quetzaltenango?

FB―: En Quetzaltenango existe una diversidad impresionante: hay teatro, cine, música, pintura, performance, instalaciones, entre otras manifestaciones. Anteriormente la forma de la difusión de estos eventos era escasa y errónea, por lo tanto, Casa Noj está trabajando en una agenda global de todas las instituciones culturales para que no choquen entre ellas las actividades. Por otro lado, hay gente mayor que por desconocimiento no les da el valor real a las nuevas manifestaciones artísticas.

BR―: ¿Qué es lo más difícil en la gestión cultural?

FB―: La falta de recursos, siempre tenemos que hacer milagros. Pero hemos aprendido que a pesar de las carencias de esos recursos uno puede ser creativo, aprendiendo a improvisar y a utilizar métodos alternativos.

Es curioso porque en una ocasión no tenía para comprar hilo de pescar porque salía muy caro, llegue a una ferretería, vi alambre de flores y resulte comprando ese material. A partir de allí se están montando las exposiciones con alambre de flores en Casa Noj, por tres sencillas razones: una, porque es más barato; dos, el material no se estira cuando se está colocando la obra; tres, se puede montar la muestra con una sola persona.

“Para mí el arte es quien me da la vida, es de quien no dejo de aprender todos los días”, Fabricio Bartok Amézquita – Quetzaltenango.

BR―: ¿Qué proyectos tienes trabajando en Xela?

FB―: Tengo gestionando dos agendas culturales para el resto del 2017: una en Casa Noj y la otra en Salcajá.

La programación de Casa Noj, está integrada por la Exposición de Danza celebrando 25 años de danza en Xela del 8 al 15 de Julio, el Sexto Salón de Miniaturas, del 21 de julio al 18 de agosto, el festival de Chocolate en la segunda semana de septiembre. Entre otras actividades.

La programación en Salcajá, consiste en el décimo tercer festival de poesía de Quetzaltenango el 4 de agosto, el 23 de junio apertura de la muestra nuevo horizonte de Pablo S, Solares de México, el 12 de julio apertura de Bitácora de Francisco Trejo de México y el 18 de agosto apertura de la exposición de Josué Hernández.

«Pertenezco a una generación que todo lo hacía en la calle, tomábamos ciertos espacios y hacíamos todos los trámites burocráticos para poder realizar una proyección de cine, una muestra de pintura y fuimos permitiendo que las nuevas generaciones de gestores culturales cuenten por lo menos con los espacios para realizar actividades culturales», Fabricio Leonel Amézquita.

BR―: ¿Qué es lo que más destacas de la segunda ciudad cultural más importante del país?

FB―: Su gente, yo me admiro de la gente quetzalteca. El centro histórico de Xela es maravilloso, al igual que la nueva generación de artistas jóvenes que sorprenden con propuestas muy serias y concretas a su corta edad.

BR―: ¿Cuál es tu propósito como gestor Cultural?

FB―: Dejar un legado, suena pretencioso, pero en este caso es dejar un legado. No pretendo volverme rico ni que me construyan un monumento, pero sí que me recuerden alguna vez, eso me haría feliz.

BR―: ¿Cuál es tu visión a futuro como promotor de la cultura?

FB―: Yo creo mucho en que lo que se hace con el corazón se regresa al doble, suena totalmente cursi, pero estoy convencido que la vida gratifica a quienes hacemos las cosas por voluntad propia.

Por lo pronto me siento muy bien en Casa Noj, este había sido uno de mis retos personales el volver a esta institución. De momento seguiré gestionando, viviendo el momento, pero un poco planificado, por lo menos de aquí a seis meses si sé que tengo que hacer, pero ya así un sueño muy utópico no lo tengo aún. Sin embargo no quiero dejar de hacer lo que me gusta, la gestión cultural.

Fotos cortesía de Fabricio Bartok Amézquita ([email protected] – Salcajá, Quetzaltenango)