En 1996 Lionel Messi conoció a un compañero de las inferiores de Newell’s, Lucas Scaglia, quien resultó ser el primo de Antonella Roccuzzo. La pequeña niña de quien se enamoró a los 9 años, era la hija de José y Patricia Roccuzzo, los dueños de la cadena de supermercados “Único”, en la ciudad de Rosario.
De niños pasaban mucho tiempo jugando, según sus parientes y amigos cercanos. Messi le escribía cartas ya que era muy tímido para hablarle, y la promesa que de que algún día se casarían, fue el mensaje más importante.
En el año 2000 los pequeños tuvieron que separarse. Messi y su padre viajaron a España para probar suerte con las inferiores del FC Barcelona. Para ese entonces, Lio ya mostraba talento para el fútbol, lo que se confirmó con su permanencia en el club y entonces el amor entre él y Antonella tomó un camino diferente.
Mientras Messi avanzaba en las inferiores, Antonella continuó su vida y mantuvo una relación con otro joven de la ciudad de Rosario, por casi tres años. Pasó el tiempo y antes que Roccuzzo se graduara de Bachiller, una de sus amigas murió en un accidente causado por un ebrio.
Esta noticia llegó a los oídos de Messi que sin dudarlo viajó a Argentina para acompañarla, siendo este el reencuentro de la pareja. Fue durante este tiempo que la rosarina y el ya jugador del Barcelona afianzaron su relación, manteniéndola en secreto.
Antonella viajó a España por primera vez para visitar a Messi en el 2010, donde se instaló en la casa del jugador, dos años después Lionel hizo oficial que sería papá, luego de un gol realizado con la selección argentina. La rosarina estaba embarazada de Thiago, su primer hijo, desde ese entonces la pareja solo se mostraba a los medios durante algunas ceremonias.
Mateo, el segundo hijo de la pareja llegó en septiembre del 2015 y dos años después, este viernes 30 de junio, la pareja cierra otra etapa de su vida en esta increíble historia de amor.
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De niños pasaban mucho tiempo jugando, según sus parientes y amigos cercanos. Messi le escribía cartas ya que era muy tímido para hablarle, y la promesa que de que algún día se casarían, fue el mensaje más importante.
En el año 2000 los pequeños tuvieron que separarse. Messi y su padre viajaron a España para probar suerte con las inferiores del FC Barcelona. Para ese entonces, Lio ya mostraba talento para el fútbol, lo que se confirmó con su permanencia en el club y entonces el amor entre él y Antonella tomó un camino diferente.
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