La política migratoria de EE. UU. ha causado revuelta internacional, sin embargo, eso no ha desalentado a los guatemalteco a buscar el “sueño americano”.
El detonante de la situación migratoria desde mayo fue la política de “tolerancia cero”, que instruye a los oficiales de la Patrulla Fronteriza a separar a los menores de sus padres cuando cruzan la frontera de manera irregular.
El director de la Casa del Migrante, el padre Mauro Verzeletti, aseguró que la separación de los niños de sus familias constituye una violación al derecho superior de los menores, y es un abuso.
El directivo enfatizó en que las medidas adoptadas por ese país ha generado caos.
“Es una estrategia nefasta de EE. UU., detener y deportar”, señaló Verzeletti.
El religioso calificó la situación que viven los niños, niñas y adolescentes como “desastrosa”.
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Sin efectos
Verzeletti se pronunció junto al procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, quien dijo que los menores sufren una tortura psicológica al ser detenidos.
Recientemente los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, se reunieron con el vicepresidente de EE. UU. Mike Pence, para abordar temas de seguridad y migración.
La semana pasada los cancilleres del Triángulo Norte de Centroamérica se reunieron con la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, como seguimiento a la cita con Pence.
“Las visitas de los representantes de EE. UU. en Guatemala, no han hecho un trabajo capaz, eficiente y no se sabe la cantidad real de menores detenidos, no sabemos exactamente la nacionalidad”, señaló Verzeletti.
Rodas y Verzeletti exigieron que se agilice el derecho de las unidades familiares en el marco del debido proceso, la revisión de los casos y la garantía del interés superior de la niñez.
Además, otro aspecto que destacan es que se garantice la posibilidad de solicitar solicitar asilo y otras medidas de protección a las personas que ingresan por cualquier punto del territorio.
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Demandas
“Al Estado de Guatemala le demandan el diseño de políticas públicas para evitar las migraciones forzadas y dramas humanos”, señalaron.
El director de la Casa del Migrante indicó que en “Guatemala se están cometiendo los mismos errores que Donald Trump”.
El problema de fondo, según el religioso que ha servido más de nueve mil raciones de alimentos hasta la fecha en el albergue para retornados y migrantes en tránsito de la zona 1 de la capital, es que las personas siguen buscando mejores oportunidades.
La política migratoria de EE. UU. ha causado revuelta internacional, sin embargo, eso no ha desalentado a los guatemalteco a buscar el “sueño americano”.
El detonante de la situación migratoria desde mayo fue la política de “tolerancia cero”, que instruye a los oficiales de la Patrulla Fronteriza a separar a los menores de sus padres cuando cruzan la frontera de manera irregular.
El director de la Casa del Migrante, el padre Mauro Verzeletti, aseguró que la separación de los niños de sus familias constituye una violación al derecho superior de los menores, y es un abuso.
El directivo enfatizó en que las medidas adoptadas por ese país ha generado caos.
“Es una estrategia nefasta de EE. UU., detener y deportar”, señaló Verzeletti.
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Recientemente los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, se reunieron con el vicepresidente de EE. UU. Mike Pence, para abordar temas de seguridad y migración.
La semana pasada los cancilleres del Triángulo Norte de Centroamérica se reunieron con la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, como seguimiento a la cita con Pence.
“Las visitas de los representantes de EE. UU. en Guatemala, no han hecho un trabajo capaz, eficiente y no se sabe la cantidad real de menores detenidos, no sabemos exactamente la nacionalidad”, señaló Verzeletti.
Rodas y Verzeletti exigieron que se agilice el derecho de las unidades familiares en el marco del debido proceso, la revisión de los casos y la garantía del interés superior de la niñez.
Además, otro aspecto que destacan es que se garantice la posibilidad de solicitar solicitar asilo y otras medidas de protección a las personas que ingresan por cualquier punto del territorio.
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“Al Estado de Guatemala le demandan el diseño de políticas públicas para evitar las migraciones forzadas y dramas humanos”, señalaron.
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